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Ana María Jiménez Gómez, (Estudiante de Periodismo en la UMA) Comienza la 23ª edición del Festival de Cine de Málaga sin alfombra roja, pero con una clara protagonista: la precaución para combatir la Covid 19. El elenco de “artistas” que la han acompañado han sido la medición de temperatura previa a las entradas a los teatros, el aforo reducido en todas las salas y las mascarillas como complemento estrella de la gala.
El golpe de claqueta lo ha dado la película La boda de Rosa de Iciar Bollain, que ha sido la primera proyección del día en el Cine Albéniz. Esta película compite en la Sección Oficial del Festival de Cine junto con otros 14 largometrajes.
La mayor parte de la acción ha continuado en las salas del Albéniz ya que, durante la tarde, 12 de las obras de la Sección Oficial de Cortometrajes han llenado sus salas. Manteniendo las distancias, el Teatro Echegaray ha acogido las cuatro obras presentadas hoy como parte de la Sección Oficial de Documentales Largometrajes y Cortometrajes, entre las que ha destacado El secreto del doctor Grinberg por la profundidad de su investigación periodística.
Del 21 al 30 de agosto cualquier rincón de Málaga queda convertido en pequeños trozos de cine. Es el caso de Calle Larios que ha quedado prendada de la recopilación de retratos del cine Cineastas en un solo plano de Oscar Fernández Orengo, o de numerosas exposiciones que tienen lugar en el centro de la ciudad como Los Goya en Málaga de Daniel Pérez y La mirada Horizontal de Jorge Fuembuena.
Como secuencia final del día, la gala en el Teatro Cervantes. El momento más aplaudido ha sido la entrega de la Biznaga Premio Málaga Sur a Pilar Lara Domínguez, trabajadora del Hospital Clínico de Málaga, como reconocimiento y agradecimiento por parte del Festival de Cine al trabajo del personal sanitario durante la crisis.
La celebración ha tenido un final de película: Bonito¸ en recuerdo a Pau Donés, cuyo homenaje en la 23ª edición del Festival de Cine de Málaga aún no ha terminado.