Eso que Évole nos ha dado

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 18 segundos

Ana María Jiménez Gómez, (Estudiante de Periodismo en la UMA) “El director real de este documental es Pau Donés. O sea que si no os gusta la culpa es suya”. Los asistentes ríen ante la presentación que hace Jordi Évole en el estreno de Eso que tú me das. La entrevista al difunto cantante de Jarabe de Palo es una de las proyecciones más esperadas y peculiares de esta edición del Festival de Cine de Málaga y no hay más que entrar en el Albéniz para darse cuenta: todas las entradas están vendidas.

Las luces se apagan y un teléfono da los primeros toques de una llamada. Un trayecto en coche por carretera guía la conversación de Évole con la oncóloga de Pau Donés. El paisaje, las luces y el tiempo cambian conforme transcurre la llamada, con días y noches, como la vida misma. O como el cáncer.

Paciente terminal tras cinco años luchando contra su enfermedad. En dos semanas, el 9 de junio, habrá fallecido. Pero ahora está vivo en la pantalla con la sonda nasogástrica puesta, con la mirada llena de vida y con ganas de hablar de todo, también de la muerte, con su amigo Jordi en esta última entrevista.

“No sé ni qué preguntarte”. Aunque sí que sabe y lleva la entrevista entre alegrías y penas, ente salud y enfermedad, entre pasado y presente. Y también por el corto futuro:

—“Esto se verá cuando tú ya no estés”.

—“Ostia, esto da, así como un poco de respeto”. Acto seguido una sonrisa, una mirada a cámara y una imitación de “la típica escena de película” en la que se dice: si estás viendo esto es que he muerto.

Y ríe.

Y vive.

Y revive.

“Desde el día que me dijeron que me iba a morir a mi lo que me interesa es la vida [..] “Yo, vida, vida”, sentencia el cantante. Reuniendo fuerzas consigue arrancar de su garganta la canción de los créditos de una vida, de su vida, El sitio de mi recreo de Antonio Vega.

Y canta.

Y vive.

Y revive.

La pantalla ennegrece, un aplauso largo y emotivo en recuerdo de Pau Donés inunda la sala, y el público continúa el aplauso en agradecimiento por eso que Évole nos ha dado.