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(Comunicación Hermandad Nuestro Padre Jesús Nazareno) Con motivos de la Festividad de los “Dolores Gloriosos de la Virgen”, el pasado martes 15 de septiembre, la Ermita de San Sebastián acogió una Solemne Función Religiosa para Honor y Gloria de Nuestra Sagrada Titular, María Santísima del Mayor Dolor.
El acto fue celebrado respetando el aforo limitado y cumpliendo rigurosamente con todas las normas de seguridad e higiene que indica las autoridades, ante la pandemia causada por el Covid-19.
La Eucaristía empezó a las 21.00 horas, oficiada por el Reverendo Párroco el Padre Don Mario Fernando Mestanza O.A.R, y en ella participaron las hermanas, mujeres de trono que portan sobre sus hombros a Nuestra Virgen la tarde del Viernes Santo. Fueron ellas la que pusieron voz a cada una de las partes de la Celebración Religiosa ante la presencia del Hermano Mayor, Don Salvador David Pérez González, miembros de la Junta de Gobierno y representantes de la Comisión de Mujeres de trono de nuestra Sagrada Titular.
Tras la Misa, y como viene siendo una tradición en esta fecha, se lo otorgó un reconocimiento, acordado en Junta de Gobierno y presentado por la Vicepresidenta de la Hermandad, Doña Antonia Farfán Farfán, a las hermanas Doña Ana Serrano Ortuño y Doña Francisca del Carmen Vega, reconociéndoles así su trabajo al servicio de la Hermandad y su gran labor a lo largo de los años, “engrandeciendo, cada día, a Nuestros Sagrados Titulares”.
Ambas recibieron emocionadas, de manos del Hermano Mayor, el obsequio que se les otorgaba dedicándolo a sus respectivas familias, de profunda tradición “morá”, y afirmando que también lo merecía otras muchas hermanas que trabajan tanto o más que ellas. También mostraron su compromiso para seguir trabajando como siempre por nuestra Real Hermandad.
Al finalizar este emotivo momento, el Hermano Mayor dirigió unas palabras a los asistentes exaltando la importancia del día que se celebraba en la Ermita en honor a María Santísima del Mayor Dolor, a pesar de las circunstancias que nos encontramos, y agradeciendo a las hermanas homenajeadas su “buen hacer” y el amor desinteresado que le procesan a la Hermandad.
Horas antes de la Solemne Función Religiosa, las puertas de la Ermita de San Sebastián habían permanecido abiertas, siempre cumpliendo con la normativa establecida por el Covid-19, para todos aquellos hermanos, vecinos y devotos que desearon visitar a María Santísima del Mayor Dolor y a Nuestro Padre Jesús Nazareno, Él en su camarín y Ella a sus pies en el Altar Mayor.