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El programa Vacacionantes favorece unas vacaciones normalizadas y divertidas a los menores a través de actividades y muchos juegos
(Prensa Junta Andalucía) A María, Olga, Mario, Pablo y Lola lo que más les ha gustado del verano ha sido bañarse en los chorros de agua y en el río, salir al parque, jugar con los globos, pintar estrellas… cosas habituales de niñas y niños en vacaciones. Pero María, Olga, Mario, Pablo y Lola -son nombres ficticios por cuestiones de seguridad- no tienen precisamente una vida demasiado normal. Desde hace meses viven en los recursos de acogida del Servicio integral de atención y acogida a las mujeres víctimas de violencia y personas dependientes a su cargo del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), es decir, están en estos centros por ser víctimas de la violencia machista. Este verano 350 menores han disfrutado de unas vacaciones normalizadas y divertidas gracias al programa Vacacionantes, que se viene desarrollando desde el año 1999, y en el que también participan las mujeres acogidas; así en total han intervenido en las diferentes actuaciones 791 personas, un 3,2% más que en 2019.
Este programa, que se ha llevado a cabo entre el 1 de julio y el 6 de septiembre, tiene especial importancia para la población infantil acogida, ya que es un espacio para crear, divertirse, aprender, compartir y conocer su nueva ciudad. La intervención socioeducativa es vital para promover su transformación en agentes de cambio, convirtiendo su papel de víctimas en el de ciudadanos y ciudadanas activas, empoderadas, protagonistas de su propia vida y con capacidad de generar cambios sociales. No en vano Vacacionantes se basa en la educación en valores para conseguir en las personas acogidas una correcta expresión de emociones, resolución de conflictos, respeto a la diversidad, y refuerzo de la autoestima o aumento de la autonomía, entre otros beneficios.
A este respecto, la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, ha destacado que “este programa, en el que han participado más de 55.000 personas desde su creación, está pensado, creado y planificado especialmente para la población infantil con el objetivo de paliar las consecuencias psicológicas y emocionales, así como personales y vitales, de vivir procesos tan complejos, a la vez que duros y de extrema necesidad y supervivencia, como es tener que reconstruir una nueva vida huyendo de la violencia machista”.
Así, con este proyecto se persigue ofrecer unas vacaciones de verano -y también en Navidad- divertidas, normalizadas y libres de violencia machista a las personas acogidas, brindándoles la oportunidad de desarrollar su creatividad a través del desarrollo de actividades tanto dentro como fuera de los recursos de acogida.
Al mismo tiempo que se acompaña a las niñas y niños en su proceso de adaptación y recuperación de las secuelas de las experiencias vividas y se ofrece un ambiente de seguridad, respeto y no violencia en el que el buen trato y la corresponsabilidad sean los principios fundamentales para ofrecer modelos de convivencia alternativos a los vividos hasta ahora.
Este verano 350 menores y 441 mujeres de toda Andalucía se han divertido y también aprendido con las decenas de actividades programas, la mayoría de ellas al aire libre por la situación sanitaria debido al COVID-19. Por provincias han participado en Almería 37 menores y 58 mujeres, en Cádíz 29 menores y 52 mujeres, en Córdoba 18 menores y 37 mujeres, en Granada 61 menores y 65 mujeres, en Huelva 20 menores y 32 mujeres, en Jaén 54 menores y 43 mujeres, en Málaga 50 menores y 51 mujeres y en Sevilla 81 menores y 103 mujeres. En total han sido 791 personas, un 3,2% más que en 2019.
La consejera ha subrayado que esta situación “puede parecer dura, y lo es, pero también es la realidad a la que se enfrentan estos menores y mujeres, que están en situación de riesgo, vulnerabilidad y, a las que desde el Instituto Andaluz de la Mujer, damos respuesta para garantizar una vida digna y libre de violencias. Ante la violencia de género, hay salida, y quiero transmitir a toda la sociedad que tanto la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación como el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) están aquí, las mujeres y sus hijas e hijos no están solos”.
El programa Vacacionantes se organiza en torno a cuatro grandes bloques: actividades educativas, deportivas-cooperativas, creativas y lúdicas. Las de agua son las que más disfruta la población infantil, pero sobre todo agradecen “la diversión, el entretenimiento, salir de casa, ver nuevos paisajes…”. Los y las pequeñas también se alegran por las relaciones que mantiene con sus monitoras y con el resto de niñas y niñas. Y así lo describe el personal que los acompaña durante estos meses: “Las salidas siempre tienen una carga de ilusión y motivación. Son momentos de convivencia donde los problemas se desvanecen y sacan una sonrisa”.
Así, entre las decenas de acciones llevadas a cabo las pasadas vacaciones destacan el programa ‘La tribu de verano’ en el que se realizan todo tipo de actividades de carácter lúdico y socioeducativo, siempre siguiendo el eje de la educación en valores. En La tribu del verano cada persona encuentra su lugar, ya que una vez entran a formar parte ella, las niñas y niños se sienten queridos, protegidos, felices y, sobre todo, libres para expresar su individualidad. Uno de los planes con más éxito es el de ‘Olimpiadas en casa’ con juegos y ejercicios para desarrollar la psicomotricidad y la libre expresión.
Este año la principal novedad ha sido el programa ‘COVID Warriors’ con el que se ha buscado favorecer un ambiente de seguridad, confianza y tranquilidad, apoyando el proceso de superación tanto del momento actual de alerta sanitaria como de la situación vivida de violencia de género, ofreciendo herramientas lúdicas educativas para un ocio y aprendizaje activo ante el COVID 19. Este proyecto, que dio comienzo en marzo de 2020, ha continuado este verano con diferentes actividades a través de misiones, magazines semanales, lectura del libro ‘La fuerza de lo pequeño’, el juego ‘Rapid Warriors’, manualidades… siempre haciendo especial hincapié en actividades que faciliten la interiorización de las medidas higiénico sanitarias de prevención: uso de la mascarilla, distancia social, limpieza correcta de manos, respeto al medioambiente, etc. Todos estos materiales se pueden descargar a través de la página web http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/covidwarriors/ que ha habilitado el IAM para amplificar la difusión de esta iniciativa y sus recomendaciones.
La propuesta ‘El vieja en globo’ también ha tenido mucha aceptación entre la población infantil y juvenil, ya que facilita el proceso de adaptación a la situación de acogida (dejar su casa, cambiar de colegio, de ciudad, convivir con otras personas a las que apenas conoce,…) con las mínimas consecuencias traumáticas, mediante la identificación con la protagonista de la historia, contribuyendo a la incorporación de valores positivos y a darle sentido a los cambios que están viviendo. Rocío Ruiz ha explicado que “se eligió el globo como metáfora de los recursos de acogida por su carácter transitorio, pasajero y también porque, visto por los ojos de un niño o una niña, el período que permanecen acogidos y acogidas puede vivirse como una aventura similar a un viaje. La metáfora del globo nos sirve también para explicar de un modo sencillo y atractivo las características especiales de vivir en él, ayudándoles a entender sus derechos y deberes como personas acogidas”.
Además, se han desarrollado actividades de cocina creativa, cinefórum, clubes de lectura y múltiples salidas a espacios naturales y culturales, en él se han fomentado las buenas relaciones maternofiliares, con la programación de actividades mixtas tanto dentro como fuera del recurso. Este verano han primado las salidas a espacios al aire libre y en grupos pequeños por la situación epidemiológica.
El Servicio Integral de Atención y Acogida a Víctimas de Violencia de Género cuenta con 34 centros con casi 500 plazas, de los que nueve son centros de emergencia, ocho casas de acogida y 17 pisos tutelados. Esta amplia red y su ubicación permiten que ninguna mujer y las personas dependientes a su cargo que se encuentren en una situación de riesgo en Andalucía estén a más de 200 kilómetros de un recurso de acogida.