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Durante esta pandemia creada por el coronavirus en la que seguimos inmersos, muchas de las grandes industrias productivas se han visto inevitablemente dañadas debido a los estancamientos y el confinamiento obligado que tuvo que pasar toda la civilización desarrollada.
Hoy en día, estamos observando como las grandes compañías del entretenimiento pasan por épocas donde los proyectos más esperados se vieron con fechas de atraso o suspensión indefinida. Con ello se ha dejado un enorme vacío de distintas opciones de ocio y distracción para una sociedad aburrida, una que busca sobrellevar estos meses de la mejor manera posible, pese a lo complicado de la situación.
Dentro de este ocio generalizado, sale a la luz el negocio de los juegos de azar en línea que sigue aumentando sus ganancias no obstante las crisis sanitaras. Durante este año, millones de jugadores, apostadores y distintos consumidores mostraron el interés de crearse un avatar o un usuario para poder acceder a las plataformas de casinos online disponibles online y para poder tener experiencias que solo pueden presentarse dentro de este tipo de servidores.
Si nos cuestionamos por qué ocurre tanta demanda de estos servicios últimamente, debemos mencionar un conjunto de factores que permiten el éxito de este mercado durante una época tan dura. En primer lugar, la migración de los antiguos usuarios de casinos físicos a estos servidores ha sido una realidad radical, producida por la decisión de los usuarios de aventurarse en los clásicos juegos y actividades de los grandes proveedores. Por otro lado, también está el aburrimiento como factor de decisión de muchísimos nuevos consumidores que, navegando por la web, consiguen las distintas promociones y ofertas de estas organizaciones y páginas, las cuales utilizan bonificaciones y ofertas de depósitos duplicados para atraer nuevos segmentos de clientes a su infinidad de productos.
Por último, se debe entender que este tipo de organizaciones se han sabido adaptar de manera soberbia a estas nuevas situaciones, generando regulaciones y controles de clientelas a los distintos proveedores por parte de la DGOJ. Con ello todos los agentes involucrados intentan llegar al ansiado juego responsable, concepto que es sinónimo de buena salud, dentro de un sector que no tiene techo.
De esta manera, se presenta el contexto en el que viven los negocios de los juegos de azar. Unos que forman parte de la industria del entretenimiento y van desarrollándose con paso firme bajo una nueva demanda de clientes que mantienen su capacidad de sorpresa intacta.