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Sean Connery fue un exitoso actor y productor del cine británico que falleció el pasado 31 de octubre. Ganador de un premio Óscar, dos premios BAFTA y tres premios Globo de Oro. Fue el primer actor que interpretó a James Bond como el agente 007. Este rol le llevó a convertirse en uno de los hombres más elegantes del cine y de la época en Hollywood.
Según la experta en tendencias y directora de Superguapas, Renata Suárez, el actor británico destacó gracias a su vestimenta en la película, logrando establecer las directrices de la moda masculina de los años 60. ‘’Gracias a esta popular película, el traje de tres piezas y de corte tubo alcanzó gran popularidad en el mercado’’.
Muchos datos se conocen acerca de la vida de Sean Connery, sin embargo, pocos conocen su especial conexión con la ciudad de Marbella por más de dos décadas. Allí encontraba lugares ideales para retirarse y disfrutar esos tiempos dorados al culminar sus películas.
Fue el príncipe Alfonso von Hohenhole (una de las grandes figuras de la jet-set) el responsable de que Sean Connery descubriera el Marbella Club, el mítico hotel de la ciudad malagueña. En este ya se habían alojado celebridades como Ava Gadner, Audrey Hepburn, Kim Novak o James Stewart.
Connery al conocer la ciudad de Marbella se impresionó de sus atractivos turísticos, pero sobre todo porque encontró un lugar para descansar, así que compró una lujosa mansión en un paraje virgen, que finalmente bautizó como Malibú. En este sitio pasó largas temporadas de retiro, especialmente para mantenerse lejos de los paparazzis.
El golf era una actividad predilecta que practicaba en los campos de Las Brisas, Aloha y Los Naranjos. También disfrutaba de ser un anfitrión para todos sus amigos que llegaban desde distintas partes del mundo para dejarse cautivar por su grandiosa mansión, pero sobre todo por las noches de diversión junto al actor.
Muchos de sus amigos cercanos cuentan que Connery y su pareja Micheline Roquebrune no se perdía de las fiestas más importantes de Marbella. Sin embargo, la ciudad que le brindó tranquilidad y disfrute, cambió al tiempo, porque alrededor de su mansión construyeron chalés y urbanizaciones de lujo.
Por esta razón, en 1999 decidió vender su casa y a los años ambos se vieron envueltos en un caso de fraude y delito contra la ordenación del territorio y contra la hacienda pública, tras la venta de su mansión. Inclusive para su pareja llegaron a pedir dos años y medio de cárcel y 23 millones de euros de indemnización.
El ambiente se tornó tenso porque Connery se negaba a colaborar con la investigación y más bien recurrió a influencias del más alto nivel, a fin de que no lo relacionaran al caso. No fue hasta 2014 cuando Connery accedió a brindar su testimonio desde Bahamas a través de una declaración jurada en la que negó toda responsabilidad en la operación.
No admitió la validez de la solicitud de auxilio judicial librada por las autoridades españolas a las de Bahamas y explicó que se había desvinculado de las dos sociedades participantes al transferirlas a su esposa. De esta manera Micheline siguió como imputada y el actor fue sobreseído.