Perfectos desconocidos conciencia entre risas en el Teatro Cervantes

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Hace frío en las calles de Málaga y el Teatro Cervantes abre sus puertas a los espectadores que llegan en el sábado del puente de diciembre. Los acomodadores van indicando a la gente sus asientos: “Seis, ocho, diez, doce… ”. Asientos separados, pero todos los espectadores juntos en la espera de que empiece la obra. La alegría no la ocultan las mascarillas. “Qué bien que a esto sí podamos venir”, se escucha a una mujer que ya ocupa su localidad.

Se apagan las luces y las voces. Parece que la obra empieza, pero antes una pantalla muestra las recomendaciones de seguridad. Termina y entonces se sube el telón y comienza. Málaga acoge, en un frío 5 de diciembre, a Perfectos desconocidos, un teatro de Pentación Espectáculos.

Una voz en off comienza la historia y aparece el decorado de un apartamento. Luces de la ciudad que se aprecian de fondo desde las ventanas de este, del cual se nos muestran tres habitaciones: cocina, salón y baño. Los actores comienzan y, ya en la primera escena, comienzan también las risas. Los espectadores se han entregado del todo a la obra y la obra responde.

Durante la siguiente hora y media de espectáculo continuado, Perfectos desconocidos desarrolla una historia en la que un grupo de amigos deja el móvil encima de la mesa, cada mensaje y llamada será visto y escuchado por todos. ¿Qué secretos tiene este grupo de amigos? La tensión tras cada notificación de los smartphones es palpable en la sala y los actores la transmiten con mucho más que sus palabras sin ningún filtro. El primer silencio incómodo en la historia ya trae consigo las risas del público. Gestos y miradas de los actores crean toda la realidad dentro de esta ficción.

Aunque en un principio no pareciera tener mayor importancia, el pequeño baño creado para el escenario deja los momentos más íntimos de estos actores. Son personas, como tú. Utilizan el baño en las horas que pasan una reunión, como tú. Es una habitación íntima en la que nadie te ve y a los actores tú lo estás viendo. ¿Se esconde algo en la intimidad que da un baño igual que lo que se esconde en la intimidad de tu móvil?

Los secretos se van revelando. Infidelidades, acciones ocultas dentro del matrimonio, amigos que no se cuentan todo. En nuestro móvil está toda la vida de las personas, las cosas buenas y las malas. “Estas cosas nos están arruinando la existencia”, señala el personaje de Ismael Fritschi, Lucas. Entre risas y momentos de enfado, tensión y tristeza, se muestra el mensaje más importante de la obra: ¿Nuestros secretos lo son tanto si los tenemos todos en nuestros teléfonos? ¿Dónde estamos desarrollando nuestra verdadera vida, con las personas o en esos aparatos?

Al final de la obra, los matrimonios se han roto y la amistad entre los siete amigos también. La luz del escenario se atenúa y entonces se retrocede en el tiempo. Aún no ha comenzado la cena y se propone el juego. Mejor no. Si se quiere contar algo, mejor que provenga de uno mismo.

Las luces de la sala se encienden y los espectadores aplauden con ganas. Todo el teatro está de pie y los actores, que han estado brillantes en su interpretación, saludan a su entregado público. De nuevo, sonrisas tras las mascarillas y amigos que comentan la obra. Los acomodadores indican como salir y las personas que han visto Perfectos desconocidos ahora piensan cuánto saben de las personas que los rodean y cuántos secretos esconde su teléfono móvil.