«Bibliotecas Nacionales»

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Hasta dónde sé y conozco, en todos los países-sociedades-Estados Occidentales, existen una entidad, por lo general, bibliotecas nacionales que acumulan toda la producción bibliográfica de su sociedad, país, lengua o lenguas del Estado.

Generalmente, dicha acumulación, de uno o varios ejemplares o copias de dicha publicación o edición bibliográfica, queda conservada en dicha entidad, catalogada y guardada para las generaciones futuras. Por lo general, exigen diríamos unas condiciones, por tanto, un número, que en España se denomina de Depósito Legal, cada provincia, otorga esa mención, rellenando una serie de instancias y entregando unos ejemplares, por lo general, tres o cuatro copias, que se reparten por diversas entidades bibliográficas, una de ellas, la BNE.

Supongo e imagino, que cualquier Entidad Máxima Bibliográfica de cualquier sociedad-país-Estado, cuándo se le presente, una copia de un ejemplar, si ése, por lo general, reúne las condiciones que hemos indicado, pero es «una de las tres obras más extensas en número de palabras, de un solo título y un único autor», esa entidad, sea esa obra escrita en inglés, alemán, francés, sueco, italiano, esa Máxima Entidad de Recogida de la Bibliografía de su propia sociedad y país, «será algo así como una fiesta», porque esa entidad, por un lado, recoge una producción cultural bibliográfica única, es decir, una de las tres obras más extensas del mundo, de un único título y un único autor, de todas las lenguas y tiempos y culturas.

Y, por otro lado, es o sería un orgullo nacional o de identidad, de su propio idioma, de su propia sociedad, de su propia cultura, de su propio quehacer histórico, «que una entidad, que tiene la obligación y el derecho de conservar, un ejemplar o varios de toda producción bibliográfica», tenga en su poder, una obra de este tipo, debe, supongo, debería ser, para si mismos un motivo de orgullo y de sentimiento de identidad nacional. Sin entrar en su calidad, que eso deberían juzgarlo la crítica, las generaciones futuras…

No creo, que en ningún lugar, se produzca, que una obra, por ejemplo, en DVD, que contiene treinta y cinco tomos, treinta y cinco mil páginas, diecisiete millones de palabras, de una obra, de un único título y un único autor, que está autopublicada en DVD de una forma muy modesta y rústica, con muy pocos ejemplares o copias, sin venta, gratuita, que dispone del Depósito Legal, cierto es un DVD, que su carátula está escrita a mano, con rotulador, entre otras razones, para demostrar, que no es una obra en venta, es una edición testimonial, gratuita, etc., por esa razón, solo esa razón o motivo, la Entidad Máxima que debe guardar y conservar la producción bibliográfica de su país-sociedad-Estado, se niegue a «catalogarla», y por tanto, la conserve o guarde, pero sin darle una ficha, etc., que es en definitiva son unas cuántas líneas, cinco o diez, en el Archivo General o Directorio de todo lo que conserva y se puede consultar, y otorgarle un pequeño lugar, el pequeño espacio que un DVD con una funda pueda ocupar.

Supongo, que no catalogar una obra así, con estas características, es condenar a dicha producción a que no exista, porque de alguna manera, cuándo se indica si existe un libro así, una producción cultural así, como nadie se cree que eso es posible, lo primero, que hace todo el mundo de esa sociedad y de otras sociedades, críticos, consultores, profesores de universidad, revistas, etc., es «mirar y consultar los catálogos oficiales de la Biblioteca Nacional o Entidad de esa sociedad o país, que tiene la obligación de conservarla», a ver si ese dato o información es verdadera o no lo es. Es decir, si esa producción cultural existe o es un bulo-fiasco-engaño de alguien que dice haber realizado dicha obra, pero no existe…

Entre otros motivos, para que no se produzca, otro caso de J. Gould, norteamericano de Nueva York, que durante lustros fue expresando que estaba haciendo el libro más extenso del mundo, y que después, Mitchell, periodista del New Yorker, demostró o que se había perdido, o había sido un fiasco. Mitchell escribió un libro sobre este tema y se ha convertido en una película. El caso de Darger, también estadounidense de Chicago, persona con ciertos desequilibrios, se ha conservado un libro-titulo muy extenso, y el orgullo norteamericano, utiliza-pregona-difunde-exhibe-promociona dicha realidad, como uno de los libros más extensos en número de palabras, de todo el mundo y culturas y lenguas…

Supongo e imagino, que si en cualquier otra sociedad, no solo norteamericana, que están dispuestos, incluso a realizar películas de libros inexistentes, o que se han perdido o destruido, solo por el hecho de ser de los más extensos en números de palabras del mundo y de su idioma. Supongo, decía que en cualquier sociedad o país o Estado, o de cualquier región de Occidente, con un idioma en su región, se les presentase un libro, uno de los tres libros más extensos de todas las lenguas y tiempos, sea escrito en inglés o alemán o en sueco o en noruego o en catalán o en vasco o en bable o en aragonés o en gallego o en equis, se sentirían orgullosos, y lo catalogarían y promocionarían y exhibirían como uno de los orgullos de sus regiones, de sus idiomas, de sus sociedades y de sus Estados…

¡¿Supongo que esto también sucedería o debería suceder, si se presentase esta realidad a la Biblioteca Nacional de España, que alguien, presentase, uno de los tres libros más extensos, en número de palabras, de un único título y un único autor, de todas las lenguas y culturas y tiempos, y desde luego, posiblemente, el más grande en lengua castellana!?

¡¿Supongo que se sentirían orgullosos de que una obra así, se les presentase, que en su tiempo y en su época, en sus manos, quizás en una edición modesta y rustica, tener uno de los libros con más palabras del mundo, de un único título y un único autor, de todas las lenguas y tiempos y culturas…, supongo que una obra así, la Entidad Máxima de recogida bibliográfica, sería un motivo de fiesta para ellos, porque cuántas veces, se puede producir, un evento o acontecimiento cultural de este tipo, a lo largo de una vida o de una generación o de una sociedad…?!

¡¿No catalogar, por la Biblioteca Nacional o Entidad Máxima que tiene ese deber administrativo, un libro así, sería una irracionalidad, poniendo cualquier excusa, por ejemplo, que la carátula, está escrita a mano, pero olvidando que lleva Depósito Legal, que es la condición de todo libro en la producción cultural de esta sociedad…!?

¡¿Esto en una lógica racional normal, nunca se podría producir, en ninguna sociedad, al menos occidental, y tampoco, menos aún en España, porque sería un orgullo, que un libro, escrito en español o castellano, un libro así, hubiese sido escrito en la Península Ibérica, y tuviese sus contenidos la calidad que tuviese, sería una riqueza para esa sociedad, país, Estado, sería una signo de identidad, etc.!?

 http://twitter.com/jmmcaminero          © jmm caminero (23 nov.-09 dic. 2020 cr).

Fin artículo 2.351º: «Bibliotecas Nacionales».