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(Prensa Ayto Cártama) Ciudadanos, empresas y entidades públicas ya pueden presentar sus solicitudes al Programa de incentivos a la Rehabilitación Energética de Edificios (PREE) de la Junta de Andalucía para acometer actuaciones de mejora en viviendas unifamiliares, bloques de comunidades de vecinos, inmuebles de uso administrativo, docente, sanitario y cultural, entre otros. Gestionado por la Agencia Andaluza de la Energía (entidad adscrita a las Consejerías de Presidencia y Hacienda y Financiación Europea), el programa cuenta con un presupuesto de 49,3 millones de euros para Andalucía, cofinanciados a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), en el marco del Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020 (POPE), y el Fondo Nacional de Eficiencia Energética.
Así, ya se pueden solicitar incentivos, mediante un procedimiento 100% telemático, para rehabilitar de forma integral, por ejemplo, una vivienda unifamiliar actuando sobre la cubierta, la fachada y las ventanas e incorporando una instalación fotovoltaica (medida que favorece tener mayor intensidad de incentivo pero que, por sí sola, no se subvenciona) para reducir la factura eléctrica. Una comunidad de vecinos también puede sustituir la iluminación del parking e instalar una caldera de biomasa para calefacción centralizada. O un centro educativo puede renovar sus ventanas y la climatización, incluyendo una instalación de aerotermia.
Estos son sólo algunas de las mejoras energéticas que ciudadanos, empresas y entidades pueden llevar a cabo con este programa, que incluye tres tipos de actuaciones, a través de las cuales los edificios o viviendas deben mejorar en, al menos, una letra su clasificación energética.
La primera de ellas, mejora de la eficiencia energética de la envolvente térmica, incentiva las soluciones constructivas convencionales que afectan a fachadas, cubiertas, carpinterías exteriores, vidrios y protecciones solares. En el caso de soluciones constructivas de arquitectura bioclimática se apoyan medidas como muros trombe (permiten calentar los espacios interiores en invierno y enfriarlos en verano), invernaderos adosados (sistema de calefacción pasiva), sistemas de sombreamiento (como lamas) o ventilación natural.
Las fuentes limpias tienen un lugar destacado en la segunda línea de actuación, mejora de la eficiencia energética y de energías renovables en las instalaciones térmicas, donde se ofrecen incentivos para reducir el consumo de energía convencional mediante el uso de energía solar térmica, geotermia o biomasa para producir agua caliente sanitaria, calefacción, refrigeración y/o climatización de piscinas en edificios existentes. También ofrece apoyo para energía renovable capturada a través de bombas de calor de última generación como la aerotermia, tecnología limpia que aprovecha la temperatura ambiental del aire exterior para aportar refrigeración, calefacción e incluso agua caliente; o para hidrotermia de alta eficiencia energética, aprovechando el excedente energético de las aguas grises que desperdiciamos en las duchas, fregaderos, lavavajillas o lavadoras reutilizándolas.
El aprovechamiento de energías residuales, los sistemas de regulación, control y emisión de las instalaciones térmicas, los sistemas de ventilación natural y forzada, de enfriamiento gratuito por aire exterior o de recuperación de calor y del aire de extracción, también se incentivan en esta actuación.
El consumo medio en iluminación de los edificios supone, de media, un 30% del consumo total de electricidad. Para ayudar a reducir esta factura energética, las entidades públicas, las empresas y las comunidades de vecinos, a través de la tercera línea de actuación, mejora de la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación interior, pueden recibir incentivos para la sustitución de luminarias, lámparas y equipos por otras de mayor eficiencia; la reubicación de los puntos de luz para reducir el consumo eléctrico anual o la instalación de sistemas de encendido y regulación del nivel de iluminación que permitan el aprovechamiento óptimo de la luz solar (control por presencia, control automático de toldos, persianas o cortinas del edificio).
En cuanto a las intensidades de las ayudas, en el caso de que las mejoras energéticas se realicen sobre edificios completos (opción A), el incentivo base es del 35% de la inversión. Si es sobre una o varias viviendas o locales de un mismo edificio (opción B), la ayuda mínima es del 25%, teniendo un límite máximo de 6.000 euros por vivienda en el caso de los usos residenciales. En el caso específico de la iluminación, la ayuda base será del 15%.
Este incentivo se puede incrementar en caso de que se realicen instalaciones integradas (varias actuaciones), el beneficiario disponga de determinadas características sociales o se consiga con la actuación una mejora notable de la calificación energética.
Los consumidores que tengan concedido el bono social contarán con un 15% de ayuda adicional para la actuación 1 y un 10% para algunas medidas de la actuación 2; al igual que los trabajos que se realicen en edificios de viviendas calificados bajo algún régimen de protección pública o situados en Áreas de Regeneración y Renovación Urbanas o Rurales.
La eficiencia energética de un edificio se determina a través de una escala de calificación que mide el consumo de energía necesaria para satisfacer anualmente su demanda energética en unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación. Esta escala va de las letras A (edificio más eficiente) a G (menos eficiente). En este programa de incentivos, superar el cambio mínimo exigido de calificación energética puede suponer un incremento de la ayuda, hasta un 15%, cuando el edificio consiga calificación final A o B, o incremente dos o más letras.
Toda la información sobre las condiciones de este programa y cómo solicitar las ayudas está disponible en la página web de la Agencia Andaluza de la Energía (https://www.agenciaandaluzadelaenergia.es/).