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El próximo jueves 25 de marzo, Francisco Javier Rodríguez Barranco firmará ejemplares de su última obra, Los perfiles olvidados, en Casa del libro de Málaga (C/. Nueva, 5), de 5 a 8 de la tarde, una obra que recorre nuestra vida tal como era hace un año.
Mediante los cuentos incluidos en esa obra, sin caer en la desesperación, pero muy conscientes de la tragedia colectiva, Rodríguez Barranco narra en forma de ficción los diferentes estados anímicos que experimentó en la soledad de su morada cuando las paredes del hogar se convirtieron en los muros de una prisión. Se trata, en definitiva, de «relatos agridulces de unos meses vividos en la más estricta intimidad», según los define el autor.
La obra se estructura en dos partes, dedicada la primera al confinamiento en sentido estricto y la segunda a la, así denominada, nueva normalidad, valga el oxímoron, y fueron escritos en su totalidad durante cada uno de los períodos recién mencionados, salvo el último, «Ese pequeño detalle», cuya factura es anterior, como señala el autor el prólogo, «pero tampoco es necesario que uno le cuente todo, todo, todo al lector», admite. Será necesario preguntarle a qué se refiere.
El autor vivió esos meses en el estado de shock propio de una circunstancia inédita: por primera vez en la historia de la humanidad el mundo se detuvo. Durante la segunda mitad del mes de marzo de 2020 y gran parte de abril, como todos recordamos, las cifras de infectados y fallecidos eran aterradoras.
Pero algo hubo también de retiro espiritual en todo aquello que no ha finalizado aún, porque la ocasión era propicia para dedicarse a las actividades que tanto ama (lectura, escritura, música, películas e incluso la serie Breaking Bad, que se vio entera, desde el primer capítulo de la primera temporada hasta el último de la última en un maratón apasionante). Salir a la calle para ir al supermercado o a la oficina de correos le producía efectos contradictorios: desde un aroma de microlibertad hasta la preocupación por algo que estaba cambiando la vida en el planeta y también la punzada de algo parecido al sentimiento de culpa por si podía ser él un agente transmisor involuntario de la enfermedad.
Los días de lluvia, que fueron regulares en esa etapa, intensificaron esos momentos de intimidad absoluta y, además, observó que se repetían las situaciones de la pandemia de 1918, tal mal denominada gripe española, un adjetivo políticamente incorrecto y una falsedad histórica.
En efecto, si profundizamos en la lectura de El jinete pálido, de Laura Spinney, escrito en 2017, anterior, pues, a la pandemia por coronavirus, comprobamos que se repiten vivencias, como el desconcierto de la comunidad científica, las torpezas administrativas o el debate sobre el origen de la epidemia que afectó a la Tierra, algo que hace un siglo se resolvió situándolo en España, que, al fin y al cabo, ya gozaba de una penosa y secular imagen internacional, poco menos que culpables de todos los males del ser humano durante las últimas cinco centurias.
Sin embargo, el autor observó también que en la primavera de 2020 se activaba un inmenso sentimiento de solidaridad entre las personas, con una sinceridad igualmente desconocida hasta la fecha y que, por desgracia, parece que ya se ha desvanecido. Es por ello que, en su faceta como director del sello malagueño Ediciones Azimut, impulsó un concurso de relatos inspirados por el confinamiento y que se recoge en el libro Relatos ganadores del concurso literario La cuarentena, en el que él no participó por cuestiones de deontología profesional y porque de todos modos «ninguno de mis textos habría encontrado un hueco en esa magnífica selección», confiesa Rodríguez Barranco.
El próximo jueves 25 de marzo, por lo tanto, de 5 a 8 de la tarde, firmará ejemplares de su obra Los perfiles olvidados en Casa del libro de Málaga (calle Nueva, 5).
Señalar por último que este libro estaba ya en circulación cuando el autor recibió la grata nueva de que su cuento «14 de abril», uno de los que componen dicha obra, había sido galardonado con el Segundo premio en el V Certamen de Relatos (2021), convocado por la Fundación Pintor Julio Visconti (Guadix).