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Este método permite identificar los ganglios y conductos linfáticos que está afectados por el tumor para un tratamiento quirúrgico curativo menos invasivo y agresivo
(Prensa Junta Andalucía) El área de Ginecología y Obstetricia del Hospital Costa del Sol ha extendido el uso de la técnica del ganglio centinela -utilizado principalmente en el cáncer de mama- para la detección y tratamiento de los cánceres ginecológicos y, por tanto, para la prevención del linfedema (hinchazón que, por lo general, aparece en brazos o piernas como consecuencia de la obstrucción del sistema linfático).
La detección del ganglio centinela en tumores ginecológicos es muy importante porque su análisis ayuda a decidir qué actitud terapéutica seguir con la paciente y, en lo posible, evitar realizar las linfadenectomías que pueden tener efectos secundarios para las pacientes. La detección del ganglio centinela en ocasiones es compleja, sobre todo cuando está localizado en zonas atípicas.
La biopsia del ganglio linfático centinela es un procedimiento en el que se identifica, se extirpa y se examina el primer ganglio al que drena el tumor para determinar si hay células cancerosas presentes. Un resultado negativo de la biopsia sugiere que el cáncer no se ha diseminado; por el contrario, si resulta positivo (presencia de células cancerígenas) permite sospechar de la extensión de la enfermedad por lo que se debe formular un plan adecuado de tratamiento.
El estudio del ganglio centinela pretende evitar linfadenectomías innecesarias (extracción de la cadena linfática para evitar la difusión del tumor) una técnica que está asociada con mayores complicaciones y morbilidad.
«Para identificar los ganglios centinela es necesario inyectar una sustancia que posea la capacidad de migración por los canales linfáticos. Se han utilizado tradicionalmente dos tipos de marcadores: colorantes (azul de metileno) o radiotrazadores (Tecnecio 99).