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Chocomundo o Museo del Chocolate de Estepa, Sevilla, es considerado el mayor museo del chocolate en España, gestionado y promocionado por la empresa la Despensa de Palacio.
Otros museos en España: Museu de la Xocolata, Barcelona, Museo del Chocolate de Astorga, León, Museo del Chocolate Comes, Sueca, Valencia, Museo del Chocolate del Monasterio de Piedra, Zaragoza, Museo Valenciano del Chocolate, Villajoyosa, etc.
En el mundo estarían el Museo del Chocolate de Colonia, Choco Story en Bélgica, Museo del Chocolate y Heindl SchokoMuseum en Viena, Chocolate Nation en Amberes, Mundo del Chocolate en Gramado, Brasil, etc.
A veces, pienso, que el ser humano es el ser-estar que todo lo que toca-percibe-siente-ve-huele-piensa lo cambia. Es decir, es no solo «panta rhe» o todo fluye, como diría el maestro Heráclito, sino que todo, el mismo, es el río y es el agua y es la tierra-piedra-cauce-árbol-paisaje.
Por tanto, el ser humano coge-recoge una entidad-realidad-producto, por ejemplo, las semillas del cacao, y las transforman-cambia, la utiliza de un modo o de otro, le añade otras esencias-substancias-entidades, y se va transformando-cambiando-reformulando…
Diríamos que el chocolate ha tenido dos grandes momentos, el chocolate en Mesoamérica, utilizado de diversas formas, antes de Colón, y el chocolate posterior a Colón, que pasó por varios estadios, pero su gran cambio es cuándo se le añadió leche y azúcar, surgiendo, diríamos las dos grandes modalidades actuales, el chocolate de tableta o chocolate de bombón sólido y, el chocolate líquido o de taza.
Cierto es, que el cacao y por consecuencia el chocolate, debe tener algunas substancias o principios químicos que agrada al sistema neurológico humano, además de la glucosa, es decir, el azúcar, además de la leche, además del cacao-manteca en sí mismo. Por lo cual, es un producto que por lo general, en algunas de sus formas o maneras de consumo, agrada, pienso a la inmensa mayoría de la población humana, de niños a ancianas, en forma de bombones o tabletas o líquido. O, incluso en el terruño de Hispania-España-Celtiberia-Ibería, en la forma combinada de chocolate líquido a la taza con churros. Es decir, dos ingredientes, populares, que para el gusto de estar tierras, podría ser considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad –guante que lanzo a los contertulios del vientre de la ballena de Internet-.
Desde el punto de vista psicofilosófico y psicoantropológico debemos valorar los pequeños placeres-alegrías-felicidades de la vida-existencia, es decir, aquellas que son legales y morales correctos, porque el devenir del tiempo-historia trae sus infelicidades-angustias-penas-derrotas-fracasos, a unas personas de un tipo y a otras de otro.
Todo el anterior párrafo para indicar, que una degustación del chocolate, en alguna de sus formas o maneras, prudente y racional y mesurada pienso que es bueno, para afrontar la vida, cada uno con sus fardos de alegrías y penas, de desánimo y desaliento, cada uno con sus circunstancias y su ciudad.
Quizás, un uso más prudente de la razón-entendimiento, pero también del cuerpo-carne, de la psique-mente, sería ser conscientes, que cada soplo de aire y vida que atraviesa nuestro ser-estar, que cada bocanada de vida, seamos conscientes del gran misterio y enigma y alegría de la vida-existencia. Es decir, en lenguaje más simplificado, que no nos comamos cinco trozos de chocolate en cinco minutos, sino quizás uno o dos, degustándolo y disfrutándolos y alegrándonos que la vida-existencia nos ha permitido, quizás en un día ajetreado, una pequeña nota en la sinfonía de cada mundo, de cada ser humano en sus circunstancias-quehaceres… ¡Que este pequeño y modesto producto, junto con otros, nos ayuden a sonreír y alegrarnos de y en la vida…!
En tiempos difíciles como los que estamos atravesando, aunque todos los tiempos han sido difíciles y felices, o felices y difíciles, me atrevería a sugerir, que quizás, para incentivar el comercio y el turismo y el turismo cultural, en definitiva, la economía y el empleo a nivel local y comarcal y regional y nacional, que estos diversos museos del chocolate que existen en la Piel de Toro, podrían crear una Red de Museos del Chocolate de la Península Ibérica.
Que todos y cada uno tuviesen en Wikipedia una entrada. Que podrían crear sinergías entre ellos, que podrían todos los museos de gastronomía y de alimentos de este territorio crear una Red de Museos de Gastronomía y Alimentos. Crear Museos Virtuales del chocolate y de otros alimentos, que en las Webs oficiales, podrían recoger textos literarios de autores de todos los tiempos en relación al chocolate…
Que podrían completar y complementar la oferta turística nacional que tanta importancia tiene para nosotros, para vivir y sobrevivir, y por tanto, ofrecer a los nacionales y extranjeros una posibilidad más de ocio cultural, de utilización de su tiempo, de valorar, en general, el chocolate en tableta o en bombones o líquido. En definitiva, de promocionar algo de la realidad llena de verdad-bondad-belleza-racionalidad-prudencia…
Ya que los bípedos racionales-irracionales que tanto se mueven-conmueven, bien harían, en alguno de esos viajes, se acerquen a ver-visitar-sentir-pensar este museo que estamos narrando o algunos de los que existan cerca de sus terruños-comarcas-provincias-regiones…
https://www.youtube.com/channel/UCP1qKD3iC1dhkOschAftOAQ © jmm caminero (08-21 abril 2021 cr).
Fin artículo 2.503º: «Chocomundo o Museo del Chocolate de Estepa«.