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Un equipo multidisciplinar formado por científicos y clínicos de la Universidad de Málaga y los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la victoria trabajan en este pionero estudio
(Prensa Junta Andalucía) Investigadores malagueños del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), que desarrollan su actividad en la Universidad de Málaga (UMA) y los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, publican en la revista científica ‘Nature Scientific Reports’, un trabajo colaborativo entre dos grupos de investigación liderados por el profesor de la Universidad de Málaga y responsable del grupo IBIMA ‘Clinimetría’, Antonio Cuesta-Vargas; y por el director de la Unidad de Gestión Clínica de Oncología Intercentros de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, Emilio Alba, quien además es coordinador del Área de Oncología de IBIMA y director del Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES) de la UMA.
Este estudio es el primero que se publica sobre este tipo de biomarcadores en esta población que se encuentra en tratamiento del cáncer metastásico. En este sentido, Emilio alba ha asegurado que “se abre una ventana de oportunidad al control y seguimiento de las personas que sufren cáncer metastásico, que cuentan actualmente con una mayor esperanza de vida”. Además, el coordinador del área de Oncología de IBIMA ha recordado que este hito supone “un elemento motivador para los grupos de investigación que vienen colaborando en esta línea de investigación desde hace cuatro años y han dado soporte a más de 200 mujeres malagueñas”.
La publicación destaca el potencial que tendría un nuevo biomarcador basado en ecografía de los tejidos musculares y grasos válido para pacientes con cáncer metastásico. Para llegar a esta conclusión un equipo interdisciplinar de ambos grupos de investigación han trabajado partiendo de los cambios en la composición corporal y la disfunción neuromuscular frecuentes en este tipo de cáncer de avanzado estadio.
El propio Emilio Alba señala que “este seguimiento se hace muy costoso e invasivo mediante la densitometría, por lo que este tipo de hallazgos aportan la posibilidad de utilizar nuevos biomarcadores mediante variables ecográficas del tejido graso y muscular”.
La metodología de esta nueva técnica consiste en la extracción mediante un software original de procedimiento de imagen, a través de una imagen ecográfica del muslo y otra del brazo, de unas características personalizadas para la monitorización de la composición grasa y muscular del paciente, determinante en este tipo de pacientes oncológicos, siendo además una de las características modificables con peso específico en el pronóstico de la enfermedad.
Un trabajo multidisciplinar entre clínicos y científicos
Para llegar a esta conclusión, la aportación de un grupo de fisioterapéuticas y nutricionistas ha sido clave, ya que “tras un programa de fisioterapia con ejercicio terapéutico y nutrición durante 12 semanas, junto con el trabajo interdisciplinar entre clínicos como oncólogos y fisioterapéuticas junto con científicos como ingenieros biomédicos y expertos en procesamiento de imagen, se han podido llegar a estas conclusiones”, ha resaltado Antonio Cuesta.
Algo que, en palabras del propio Cuesta “es fruto de esta colaboración intergrupal, uno de los pilares básicos de la propia naturaleza del IBIMA para fomentar la producción científica entre distintos profesionales”.