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(Redacción: Mar Bassa, Fotografía: Juan Manuel Torres) García y García es la nueva comedia dirigida por Ana Murugarren y llegará a los cines el próximo 27 de agosto. Este largometraje tiene una peculiaridad: muchas de las escenas están grabadas en aeropuertos y con aviones. Hispavia, una compañía low cost, contrata a dos Javier García para desempeñar distintos papeles (un mecánico y un consultor), pero les confunden e intercambian los roles. Hablamos con Eva Ugarte (Cloe) y Martita de Graná (Eva), que, además, es su primera película.
P: ¿Qué tal estrenar la película García y García en el Festival de Málaga?
Eva Ugarte: Una absoluta alegría para todos, una sorpresa. Con todo el ambiente agradable que tenéis juntarnos después de un año es una alegría.
Martita de Graná: Claro. Además, juntarnos todos después de tanto tiempo es muy guay, y aquí, en Málaga.
P: ¿Clausurar el Festival con una comedia es lo más acertado?
E: Yo no he tomado la decisión (risas).
M: Eso es (risas). Nosotras hemos venido a lo que nos han dicho. Nos llaman y aquí estamos.
P: ¿Cómo fue la fase de preparación de vuestros personajes? ¿Tuvisteis que estudiar el guion?
E: A los seis meses nos fuimos a Nueva York con un coach cada una (risas), en el gimnasio, clases de esgrima…
M: Totalmente. El gimnasio a mí se me nota en la película (risas). La verdad es que quedábamos en verano, justo después de desconfinarnos. Yo iba a Madrid, porque ellos son de allí, a ensayar con Ana, y luego nos hemos juntado varias veces con Pepe (Viyuela. Sí, la verdad que ha habido una preparación guay, también por parte de la directora, que yo no lo sé, pero dicen que no es muy normal tampoco que haya tanto ensayo.
E: A veces se intenta hacer como, “¡venga!, dos semanas antes de la película, marcamos un poco y tal”. Con Ana, la verdad es que es un lujo. Tanto la lectura de Zoom estando en confinamiento, incluso en cuanto nos desconfinaron estábamos quedando para ensayos, todo muy medido, pero ya empezando a ensayar. Y es verdad, que eso lo ha contado Ana en rueda de prensa, y es que ha ayudado mucho porque llegamos al set y prácticamente ya sabíamos qué teníamos que hacer, y entonces haces pocas tomas y te dedicas a la técnica de la toma, no a buscar la interpretación porque ya estaba todo listo.
P: Esa fase por Zoom, ¿cómo ha sido? Porque debía de ser la primera vez que se hacía.
M: Todo es resultado de la pandemia, al final. Bueno, al final era leer un poco el texto con Ana por Zoom, yo, sobre todo, para conocerme, porque Eva sí, pero yo no tenía ni idea, era para conocerme y ver cómo iba. Fue raro.
E: Sí, ella cuando dice Eva es el personaje.
M: Claro, yo soy Eva en la película y a veces había un poco de confusión. En la película era: “¡Eva!”, y mirábamos las dos, porque yo soy el personaje y ella es de verdad Eva. Entonces fue un poco lioso (risas).
P: ¿Qué esperáis que piense la gente de esta película?
M: Nosotros no esperamos nada. Nosotros queremos que la gente se divierta y que se tenga buena crítica, como todas las películas, pero bueno, ya iremos viendo cómo va.
E: No es una comedia de pensar mucho. El planteamiento del argumento es muy sencillo, es muy arquetípico reconocible. Entonces, es una película que queremos que la gente se monte en el vuelo, se lo pase bien, se empiece a reír hasta por cosas que dices, “¡Ah, pues no tiene tanta gracia!”, pero ya ha entrado en esas cosas y viva un fiestón.
P: Rodar una película en un aeropuerto, ¿cómo ha sido?
M: Fue una cosa muy loca. Además, Teruel que es un aeropuerto que no tiene viajeros…
E: Es un cementerio de aviones.
M: Sí, paran los aviones allí para limpiarlos. Desde la autovía ves el aeropuerto lleno de aviones. Aquello es impresionante, la verdad. Luego grabas, bueno, yo he estado más en la terminal.
E: Ella es la parte más de directiva y yo la del hangar. Yo sí he estado bastante en el hangar, que es un sitio espectacular para rodar, es bastante alucinante. Estar debajo de un avión entre plano y plano es muy divertido, pero también es duro por las condiciones meteorológicas, mucho viento, mucho sol, siempre mucho ruido, muchos trabajadores.
P: Al estar con tantos aviones, ¿habéis aprendido algo?
M: Nada (risas).
E: No te lo explicas, cuando ves lo que hay debajo de un avión, impresiona mucho. Si se cae un tornillo…
P: ¿Podéis contar alguna anécdota que os haya pasado en el rodaje?
M: Bueno, yo me acuerdo mucho de grabar con Pepe Viyuela, que me he reído muchísimo. Había escenas que teníamos que repetirlas muchas veces porque no aguantaba la risa. Es más, creo que hay una escena en la película que al final me han sacado riéndome, porque no podía evitarlo, es la escena donde Pepe va por las escaleras, se le cae todo y, al final, es que era imposible grabar sin reírme.
E: Es que el rodaje en sí es una anécdota. Como vives tantas cosas al día, son 12 horas de anécdotas, pues no te quedas con una. A mí me pasó que pensaba que tenía el estómago girado porque una vez me reí tanto que hasta me dolía la tripa y notaba que se me giraba. Voy al osteópata y me empieza a colocar las vísceras y me dice: “¡Cómo tienes esto!”, y le contesto: “¿Tengo girado el estómago?” (risas).
P: ¿Algún momento desternillante?
E: Todo ha sido de muy buen rollo.
M: Bueno, ese momento en el que aparece Ricardo vestido de Cher, yo ahí casi me muero (risas). Ver a Ricardo vestido así ya es una anécdota.
E: Me acuerdo de los pelos aplastados con la media, que le pintaron las uñas y no tenía paciencia, entonces se pintó todas las medias con pintauñas en los pelos. Eso fue una maravilla. La purpurina… Se puso todo lo que pudo.
P: ¡Qué rodaje más sano!
E: Sí, después de un confinamiento y vivir la pandemia estábamos todos con ganas de esto.
M: Además, después de los rodajes, todo el equipo nos íbamos a bebernos unas cervezas y esos momentos fueron tan bien… Hicimos piñita todos.
P: ¿No había miedo o respeto después de haber pasado esa cuarentena?
E: A ver, sí, todo fue con mucho cuidado. Estábamos aislados en Teruel prácticamente. No había nadie y menos en agosto.
P: ¿Teníais muchos controles contra la covid-19?
M: Sí, todos los días de rodaje nos hacían, ya sea una prueba de antígenos o una PCR.
E: Sí, hemos tenido mucho coche. Nos trasladaban desde Madrid para ir en efecto burbuja. Estuvimos cuidándonos todo lo posible y, esto sí es anécdota, no tuvimos ningún caso ni problema.
M: La verdad, hay un contagio en Teruel y se tiene que parar todo un rodaje. Menos mal que no ha pasado nada, hemos tenido mucha suerte.
P: ¿Cómo definiríais la película?
M: Es un momento de despeje y disfrute. Te desahoga. Es como ir a ver un monólogo, ese rato que vas a ver la película, que vayas a reír y dispuesto a todo lo que pasa, que al final es una locura.
E: Para no repetir, diría que es una comedia muy disparatada llena de acción. Llena de turbulencias. Es que no paran de pasar cosas. Es una comedia muy disparatada, muy americana, muy grande.
P: ¿Qué fue lo más difícil de vuestro papel?
M: A mí me costó no ser Martita de Graná porque es muy fácil caer, porque está todo el rato haciendo el tonto, pegando voces y que habla malamente. Entonces meterme en el papel de Eva, aun teniendo el puntito de Martita, era una chica seria, preocupada por la empresa, que estaba todo el rato pendiente de todo… Pues eso fue al final lo que me costó. Además, al ser mi primera vez, yo entiendo que es lo complicado que deben hacer los actores. Ponerme en ese rol serio fue lo que me costó.
E: Está estupenda, yo no veo a Martita, cuando la veo, veo a Eva. Lo fácil sería haber hecho lo que ella dice, y ella hace un papelazo, está en el personaje. Tiene ese punto de comedia que no está buscado, estoy orgullosa de mi compañera.
P: Se nota que habéis hecho esa piña que decís.
E: Desde el principio.
M: Como después de cada rodaje hemos tenido momentos de cervezas, y de todo…
E: El primer viaje que fuimos a Teruel en la caravana con José Mota, Pepe Viyuela y Marta durante esas tres horas, ya era eso como un campamento.
P: Yo tengo un dicho que dice: “El primer día todo se lía”. ¿Os pasó algo ese primer día?
M: Se lio porque cuando llegamos el equipo entero al hotel de Teruel, todos llevaban desde por la tarde allí en la terraza bebiendo, yo llegué un poco más tarde. Y se lio. Iban todos con resaca al día siguiente (risas).
E: Pero bueno, es que el equipo era muy joven (risas).
P: ¿Os alojasteis en el hotel donde estuvisteis grabando o fue en otro?
E: ¡Mira, os cuento una muy buena del hotel! Allí había un camarero, yo creo que es el mejor camarero de mundo. Era un chico joven que nos daba todos los detalles. ¿Cómo se llamaba? Javier García (risas). Os lo juro, el auténtico Javier García estuvo ahí en toda la película (risas). Maravilloso. Tampoco es muy difícil que haya un Javier García.