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Cuánto siento tu sufrir,
mi linda Sierra Bermeja.
Y odio la mano humana
que ha iniciado tu tragedia.
Mi corazón llora a solas
por la terrible impotencia;
no puedo ayudar siquiera
a esta mi madre tierra.
Lloro por su fauna y flora,
por los árboles quemados;
también por los animales,
pues ninguno se ha salvado.
No va a quedar ni una flor
donde su vuelo posar
esas lindas mariposas
para su néctar libar.
¿Qué será del pajarillo?
¿A qué nido volverá?
Y los demás animales
¿qué refugio encontrarán?
Yo no quiero ni pensar
qué pasó por la cabeza.
de ese hombre sin entrañas
que quemó tanta belleza.
No sé si lo encontraran.
Pero si un día lo hacen,
escarmiento le han de dar
pero que sea de verdad.