Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 11 segundos
El dispositivo de medición instalado en la institución académica de Alhaurín de la Torre, uno de los centros educativos de Andalucía Occidental que colabora con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en tareas de medición y control, testa el cambio actual en el modelo climático registrando temperaturas récord en Málaga y en el Valle del Guadalhorce durante el pasado verano, con un registro máximo de 42,5 grados en el mes de julio
(Departamento Comunicación Colegio El Pinar Alhaurín de la Torre) Casi 43 grados a la sombra difíciles de ver en entornos de la franja litoral mediterránea y temperaturas máximas sostenidas durante varias jornadas por encima del límite psicológico de los 40 que es una cifra a la que es difícil acostumbrarse en Málaga pese a la obstinación del mercurio. Episodios de calor extremo, a los que genéricamente se conoce como ‘Terral’, que van en aumento y que, más allá de ser una ‘sensación’ térmica, tienen su traslación objetiva en datos. En concreto, los de la Estación Meteorológica del Colegio El Pinar, que al cierre de esta temporada estival y más allá de las cifras ‘récord’ de días puntuales con acumulados superiores a los 41 y 42 grados, constata un incremento sostenido de temperatura media de 1,3 grados centígrados respecto a los meses de julio y agosto de 2020; una tendencia que se consolida verano tras verano. Los registros computados en el dispositivo del recinto educativo muestran una temperatura media total de 27 grados en julio de 2020; números que contrastan con los 28,3 del mismo mes de 2021. En el caso de agosto, la diferencia es aún mayor; pasando de los 28,4 de hace un año a los 29,6 que han quedado recopilados hace apenas cinco semanas en los sistemas oficiales de medición de la estación del centro.
Pese a que suelen ser los registros máximos los que más llaman la atención en los canales habituales, los datos de la estación meteorológica de El Pinar arrojan otras claves no menos significativas que son las relacionadas con el paulatino incremento de las temperaturas mínimas absolutas. La variación interanual en este capítulo llama poderosamente la atención con una elevación de casi dos grados entre las mínimas de agosto de 2020 y las de este año, que superaron la media mensual de los 25 grados; una cifra preocupante si se tiene en cuenta que el umbral del sueño se sitúa en torno a los 21, según apuntan los expertos; con el consiguiente impacto que este dato conlleva en el descanso nocturno. No en vano, durante el pasado mes de agosto las mínimas llegaron a rozar los 29 grados y se mantuvieron por encima de los 25 durante varias noches.
FENÓMENOS EXTREMOS
El calentamiento global está provocando fenómenos climatológicos radicales en latitudes nunca antes vistas como está ocurriendo en la provincia de Málaga, donde la escasez progresiva de precipitaciones y acentuada en los últimos años por la sequía se ve interrumpida por episodios de lluvia extrema como los que tuvieron lugar el pasado invierno; incidencias que también registró la Estación de El Pinar, que entre el 7 y el 8 de enero de este año recogió 354,4 litros por metro cuadrado en el momento álgido del paso del temporal ‘Filomena’ al otro lado de la cara Norte de la Sierra de Mijas, una cifra récord de precipitación acumulada desde la instalación de este complejo de medición en el recinto educativo; es decir, en la última década.
No conviene olvidar que los modelos científicos apuntan a que el incremento sostenido de dos grados en la temperatura global conllevaría un grave impacto sobre la biodiversidad del planeta con fenómenos como la subida del nivel del mar, acidificación del océano, frecuencia y severidad de olas de calor, sequías o precipitaciones extremas en muchas regiones, impactos en biodiversidad y ecosistemas y finalmente riesgos graves para la vida y la en salud de las especies.