Artículo Periodístico 2.725º: «La autoidentidad del escritor»

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Tendríamos que hacernos docenas de preguntas, en definitiva, no ya solo del escritor, aplicables a cualquier oficio-profesión-vocación, es mirarse al espejo para analizarse dentro del dentro.

El escritor-escribiente-polígrafo-poeta-pintor-artista-científico-filósofo-panadero-comerciante-ejecutivo-médico-abogado la realidad de la vida-existencia le lleva a. por un lado producir una mercancía o servicios, y, a replantearse-reanalizarse en su oficio-vocación-profesión.

No podemos obviar-olvidar hoy, que una parte importante de la población, ha tenido distintos oficios, temporales o constantes en el tiempo. Diríamos que la existencia ha exigido esos cambios-muestras. Es como la mar con sus olas-gotas de agua y aire-vientos que se marea en distintas estructuras geométricas por el tiempo y el espacio.

Se supone que el escritor es aquella persona que redacta textos, en mayor o menor medida, literarios-poéticos-estéticos, que conforman su estructura, en parte, información-cultura-conocimiento y, en otra, estética-belleza. Intenta aunar lo bello con lo verídico-verdadero-bueno-bondadoso-conocimiento-información, con frases-palabras que en parte son demostraciones-argumentaciones, en parte, son puntos de vista-perspectivas-dimensiones, en parte, son emociones-sentimientos-pasiones, también, en parte, fines-metas-intereses. En definitiva, proporciona-muestra un mundo-cosmos-macrocosmos-microcosmos. Para que todo ser humano que se acerque a esas palabras, intente verificar el mundo desde distintos puntos de vista-opciones-situaciones-soluciones-posibilidades-encontronazos.

No puede existir escritor, no puede existir ninguna persona, si no observa, si no analiza-piensa, si no intenta argumentar-razonar-demostrar-mostrar. Todo ese conjunto de cosas-realidades es la pasta de la que estamos hechos-fabricados-construidos. Necesitamos encontrar significados y significantes y contenidos a lo que nos encontramos en el mundo, sean realidades o cosas materiales o espirituales o culturales o creadas por el ser humano. El ser humano es un ser de sentido. Siempre busca el sentido, dentro de sí mismo, fuera de sí mismo.

Si miramos hacia atrás, no solo hacia el presente, no solo hacia el presente-futuro, nos encontramos-hallamos siempre, que han existido, una boutades, cientos de generaciones anteriores, en su territorio de usted, que habita usted o usted es habitado por su territorio, además de todos estos siglos que han atravesado el alma de su tierra, antes de los romanos, existían ciudades-estado, a semejanza de las griegas, comarcas-estado, me gusta a mí, me parece más apropiado, insertas en tribu. Todas instaladas, en mayor o menor tiempo, en el Neolítico. Es decir, desde que se inventó-descubrió, alo largo de varios milenios, el Neolítico es nuestra forma de ser-estar en este mundo. Es decir, desde hace ocho o diez o doce milenios. Cambiantes los tiempos, según, geografía y lugar y territorio, según aire-mar-tierra-viento…

¡Cuántas y cuántas generaciones de seres humanos, han estado antes que usted, por este mundo, por esta Eurasia, por esta Europa…! ¡Cuántos sueños habrán tenido, cuántos sufrimientos y penas y angustias y alegrías y felicidades habrán pasado…! ¿Cuántos tatarabuelos y tatarabuelas, habrá usted tenido, a lo largo de estos milenios, al menos, si situamos cuatro generaciones por siglo, hasta Roma, cuarenta generaciones… cuarenta…!

Toda esa materia-espiritual-mental-cultural, toda esas dimensiones-paráfrasis-metáforas-realidades, algo de todo ese enorme mundo, es lo que un escribiente-escritor-polígrafo intenta plasmar. Todo ser humano, unos solo hablan en el fogón de su casa, para unos cuantos, otros realizan otra labor cultural o de búsqueda, algunos se dedican a poner palabras en páginas de papel o de cuero. Cientos de miles, millones de seres han existido en este mundo, que han colocado verbos y adverbios y adjetivos, intentando contener ideas-conceptos-frases que nos expliquen mejor el mundo, que nos expliquemos mejor a nosotros mismos. Si son personas de buena voluntad, de intentar aportar alguna luz, una pequeña vela, en este enorme laberinto del ser-estar del cosmos humano y social y natural en el que estamos insertos.

Dentro de nada, ya sabemos, los humanos, y los humanos con entidades de inteligencia artificial, ya estarán dando vueltas y habitando el sistema solar. Ya, ya habremos salido de este planeta. Serán como nuevos fenicios, nuevos griegos que crearon ciudades-aldeas-pueblos-colonias a lo largo de todo el Mediterráneo, llegando con el tiempo, también a esta tierra rellena de sed, seca y con sol, rodeada de mucho agua salada por casi todos los lados.

Un escritor-pensador, solo intenta aportar un poco más de bondad con las palabras, más bondad que verdad, porque quizás con el método de las palabras solas, sin método científico, la verdad que se puede escribir es limitada. Pero si se puede intentar llenar de pasteles de palabras con buena voluntad. Un escritor y un no-escritor, es diríamos, lo que nos hace humanos esencialmente, saber que existe el bien y el no-bien moral… Porque no es lo mismo, un adolescente jugando con un perro y dándole galletas, que ese mismo adolescente restregando un calcetín sucio a su padre. Esta es la moralidad de los seres humanos. Esta es, posiblemente, el núcleo de su esencialidad. Es decir, disponer de alma-espíritu inmortal…

 http://filosliterarte.blogspot.com.es     © jmm caminero (10-19 octubre 2021 cr).

Fin artículo 2.725º: «La autoidentidad del escritor».