Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 18 segundos
He estado leyendo la tesis doctoral El Humor Gráfico en el Diario El País durante la transición política española 1976-1978), de N. Meléndez Malavé, presentada en el 2005.
Narra-describe-analiza-sintetiza la relación del humor y humor gráfico con la transición política, pero en ese proceso se ve obligada a realizar catas profundas sobre la sistematización de lo que es el humor, el humor gráfico, el humor y la política, y, estudia la situación de los medios de comunicación en esa época, especialmente de El País, y también, varios humoristas de ese diario en ese tiempo, especialmente, Peridis y Máximo.
Considero a Máximo, junto a Mingote, Forges, Peridis…, como una generación de oro del humorismo en esta Piel de Toro, arrugada y aplanada al mismo tiempo. No niego que hayan existido otras épocas, de gran renombre-relumbrón-luz-genialidad-talento. Pero esa época, que es la del último tercio del siglo veinte, podría, si me lo permiten considerase la Edad de Oro del humorismo gráfico en esta sociedad –ya sé que La Codorniz, es la madre-parturienta de todo-. No minusvaloro la etapa actual, en la que me encuentro, pero yo, si debo ser sincero empecé también en esa época, en los años ochenta, pero después, diríamos hubo una paréntesis, por las razones de la historia y de la experiencia, que no viene a cuento narrar aquí.
Me he acercado a Máximo, siempre pensado, que sus viñetas, aunque a él, no le gustaba, ese término, era un ejercicio intelectual, de pensamiento, rozando-nadando-buceando lo filosófico, muchas veces. Y, en la óptica en la que yo siempre me he movido, ha sido en esa doble dimensión, no solo de analizar lo real-realidad, trozos de ella, pero mezclando y combinando esos aspectos, lo real más lo plástico, más lo literario-filosófico. Por tanto, en cierto sentido, siempre me he sentido cercano a él. Lamentablemente ya no está con sus viñetas interpretándonos el mundo, que nos habría dicho hoy, me digo a mi mismo, con su dibujo claro, de líneas rectas predominantes, con tinta, supongo que con plumín, o un emisor de tinta muy fino, sin color, que nos habría indicado de los avatares del hoy.
La realidad es que esa generación, que pongamos por caso, empezó hacia los años sesenta, salvo Peridis, todos han ido volando al Misterio del Ser Único, al que muchos de ellos tanto hablaron-dibujaron-conceptualizaron (Máximo, Mingote, Forges, Chumy Chumez…),
Tengo entendido que los herederos de Máximo, han donado doce mil dibujos de su padre a la BNE, Biblioteca Nacional de España, y en ella, ésta entidad-institución con buen criterio, está reuniendo miles de dibujos o viñetas o dibujos de humor o humor gráfico, además de otros documentos en relación, con varias decenas, si mis datos, son ciertos, de autores de este género. A mi entender, deberíamos realizar una esfuerzo mental-conceptual-creativo, para aceptar que el humor gráfico, es un género literario y plástico, tiene ese doble posibilidad, y que podría-debería ser considerado, si se hiciesen los estudios pertinentes, a la misma altura, que el dibujo artístico, o que el aforismo o la poesía o el fragmento textual literario, o similar, además de la mezcla con la información, con el estudio de la realidad.
Personalmente, me he acercado a Máximo, como cuando uno se deja llover o que caiga la lluvia sobre su ser, muy despacio percibiendo-analizando-meditando-reflexionando a la luz de sus líneas-palabras, durante muchos años, leyendo-viendo-percibiendo sus chistes gráficos, palabra que no le gustaba, sino «dibujos de humor«. No voy a indicar, que pienso, que algunos de estos dibujos, de estos grandes de la Edad de Oro, que he indicado, deberían estar en salas de Museos de Arte Contemporáneo, al igual que los dibujos artísticos de los grandes nombres del mundo y de este terruño casi cuadrado…
Indicaba que he bebido de las aguas-sales-aceites-vinagres-pan de Máximo y de estos humoristas, en varios sentidos, como interpretadores del mundo, como maestros que han sido de mí actividad, yo como modesto humorista gráfico, como autores que realizaban obras que a mi entender, algunas son pequeñas piezas-tesoros en los terrenos de lo literario-plástico, como asistir al espectáculo-teatro de mentes que están interpretando, al menos intentarlo, una cosmovisión del mundo, del micromundo y del macromundo, del interior y del exterior.
Porque una obra de arte, y, muchos de estos dibujos lo son, arte plástico-literario, son como espejos que nos muestran-enseñan lo real-realidad de multitud de modos y formas y maneras. Nos abren el horizonte. Cierto es, nadie está de acuerdo con todo lo que expresa otro ser humano, incluso, ni siquiera lo que uno expresa de si mismo y en si mismo y consigo mismo. Pero nos dan pistas para interpretar lo que somos-estamos o lo que puede suceder. El artista como el viejo maestro cínico filósofo griego, con su linterna-antorcha está intentando descifrar que es el hombre, que es algo más que bípedo y quizás más que bípedo racional, sino un ser racional e irracional, con combinaciones diferentes de cada parte.
Como en una viñeta un colega suyo, le pintaba, Máximo volando al cielo. Aunque creo que confundo las varias que le hicieron a Forges, Máximo, Mingote, con la misma temática. Espero que los tres y todos los demás, que quizás, se habla menos de ellos, pues estén con el Buen Dios. Y, pido a los actuantes-actores-protagonistas actuales representantes de la Cultura, que aprovechando que existen varios centros de Estudio del Humor y del Humor Gráfico, que realicen, un Centro Documental, dónde al menos, con un modesto curriculum, puedan estar los miles, docenas de miles de humoristas gráficos de primera o quinta fila, que han pasado por este lagar-lugar-terruño que denominamos de tantos nombres, pero Hispania, es uno de ellos. Paz y bien.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (24 oct.08 dic.2021 cr).
Fin artículo 2.803º: «Máximo, el hombre que dudaba».