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Antonio Muñoz Molina, publicó en El País, el 05 de abril de 1998, una columna titulada Signos de perfección, en la que describe que, quizás, no seamos, suficientes perceptivos para visualizar la perfección y perfecciones de la vida, quizás, estamos metido demasiado en nuestros dolores e incertidumbres y penas y angustias, y cada día, pueden existir varias, que nacen de dentro o que nacen de fuera. Y, que se incrustan en el corazón de cada uno. Personales o sociales o políticas o económicas o culturales o profesionales o afectivas. Quizás, ese atractivo, que dicen, que es grande, que el pueblo al ver los dolores de las elites, son conscientes, que ellos con tanto poder, también lloran, a veces, en demasía.
Pero esa alegría del vivir y de la vida, quizás, la hayamos perdido en parte. Unas veces, porque las realidades cotidianas como cepos de hierro y cemento armado, nos atrapa el corazón. La vida se va desarrollando como un carrusel que atraviesa los silencios y los ruidos, van pasando tormentas y felicidades por tu rostro interior y exterior… Podríamos citar, a multitud de autores y autoras, rellenar este campo de palabras con nardos de enunciados, de mis estimados prohombres y promujeres de la cultura-literatura-filosofía-ciencia, pero pienso-siento, que es mejor, esa mezcla de sencillez en la frase tachonada con cierta oratoria. Para que cualquier persona, haya terminado la ESO o tenga un Nóbel en su bolsillo, les pueda servir de alimento-dulzura-recreación-pasatiempo-reflexión.
No negamos que tienes/tengas dos grandes problemas, hoy, y en este día, pero ya que te has detenido, cinco minutos en leer estas palabras. Te debo expresar, no puedo negarte esas realidades que embargan tu alma y tu corazón y tu mente y tu conciencia y tus carnes. Pero, sin negar que esa realidad, que la desconozco, porque cada uno puede tener diversas y diferentes. Pero, reitero el pero, además de ese problema personal y, quizás, otro social o político, que también te embarga-sientes-percibes, un trastorno sociopolítico en el horizonte.
Además de todo ello, sin negarte que pienses en cómo resolver esa realidad. También piensa y percibe la realidad externa a ti, existen pájaros, existen niños jugando, existen personas que se aman, existen sinfonías que nos abren a otro sentir, existen grandes obras de pintura, existen grandes obras de cultura, existen una medicina que te curará total o parcialmente, existen tantas cosas buenas. No permitas que el problema-angustia-pena-desaliento-tristeza que tienes y que arrastras, o los dos o tres. Pero no permitas olvidar todas las cosas buenas que existen fuera de ti, y que tú, puedes tomar, posiblemente, sin que te cueste nada. Puedes también tomar un buen café o un buen chocolate que te anime el rostro interior y exterior.
Además, mira hacia ti mismo, no todo en el presente es negativo y es malo, no todo lo del pasado ha sido pernicioso, no todo han sido fracasos. Han existido en esas mieses, mucho bueno, y mucho muy bueno. Aunque ahora, con la pena que te embarga, no lo recuerdes. Has conocido personas malvadas, pero quizás, también personas bondadosas. Has tenido fracasos, pero también éxitos, has tenido alegrías en días y tristezas en días… No percibas, solo las manchas y heridas de la escultura-busto-rostro, que es el tuyo, sino los esplendores y las luces…
El caballo del corazón-alma-mente-conciencia-carne, unas veces, tienes que mesurarlo, otras, darle un mayor grado de velocidad y rapidez. La vida y la sabiduría de la vida, es difícil. Existen docenas de filosofías, metafísicas, religiones, saberes, artes, culturas que su finalidad es esa, enseñar, directa o indirectamente a vivir, a vivir mejor. Cada uno, en su circunstancia. A todos, todos los seres humanos, llevan/llevamos una herida o trauma, profundo, cuándo no dos o tres o cuatro. Unos, les han sucedido a ellos mismos, otros los han heredado de sus familias, de la historia familiar, aquellos de la sociedad, cultura, historia de su momento, o pueblo o región…
Intenta no perder la paz interior. Concepto, que cuándo lo expresas, todo el mundo se echa hacia un lado. La paz interior, tiene muchas definiciones, pero una, sencilla y profunda, es que mires dentro de ti mismo y fuera de ti mismo, con sosiego y paz y tranquilidad, sin dejar de analizar la realidad, en lo bueno y menos bueno. Pero vive más despacio, en los pasos que realices, en los pasos interiores y exteriores…
En definitiva, continúa caminando en conceptos y en actos, con mayor grado de paz, que se alcanza, con mayor grado de verdad y de bondad y de bien y de belleza, en sosiego y mesura. Para terminar, acabemos con una frase-oración-enunciado de Rousseau: «Si quitáis de nuestro corazón el amor de lo bello, nos quitáis todo el encanto de vivir«. Yo, no diría todo, pero si mucho. La vida-existencia está llena de cosas bellas, también de no bellas, pero pienso-siento-presiento que existen más cosas bellas que no bellas, pienso, que más cosas bondadosas que no bondadosas, pienso, más cosas verdaderas-verídicas que no verdaderas. Usted, con mesura, debe ir tomando trozos de lo bello y bueno y verdadero. Aunque el mundo, no entienda, que usted es un ser de belleza-verdad-bondad-bien…
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Fin artículo 2.916º: «Lo bello, lo bueno, lo verdadero».