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Según un estudio, las mujeres del mundo rural víctimas de violencia de género permanecen en las relaciones de maltrato una media de 20 años
La diputada provincial del PSOE, Irene Díaz, ha pedido al equipo de gobierno en la Diputación de Málaga que aumente los recursos en materia de violencia de género en el ámbito rural. Los socialistas han presentado una moción con esta petición que se debatirá en comisión la próxima semana.
En concreto, el PSOE insta mediante esta iniciativa al equipo de gobierno a que acerque la administración al mundo rural «facilitando el acceso a los recursos existentes, a través de campañas específicas y dirigidas al entorno rural». Asimismo, el PSOE pide al gobierno provincial que promueva jornadas formativas de sensibilización y prevención de la violencia de género en el mundo rural de manera continuada y no sólo en torno al Día Internacional de las Mujeres Rurales.
Por último, los socialistas solicitan la creación de una estructura de coordinación entre el mundo rural, las entidades del tercer sector y las asociaciones que trabajan con las víctimas, así como con las redes de apoyo informales, como pueden ser familiares, amistades o vecinos, de forma que ante una situación de peligro o riesgo puedan actuar con mayor inmediatez.
Díaz ha hecho referencia al estudio ‘Mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural’, realizado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), en siete comunidades autónomas, entre ellas la de Andalucía, y cuyo objetivo principal es avanzar en el conocimiento de cómo es la situación de las mujeres en el medio rural respecto a la igualdad y a la violencia de género.
Según este estudio, las mujeres en el medio rural perciben la violencia de género habitualmente más como una cuestión del ámbito familiar y privado que como un problema social y estructural. Asimismo, casi todas las mujeres víctimas de violencia machista entrevistadas han permanecido en las relaciones de maltrato una media de 20 años. Razones como la dependencia económica, el miedo al qué dirán, el miedo a la reacción del maltratador, el férreo control social y familiar, el desconocimiento de los recursos de protección y atención o la desconfianza hacia la efectividad de los mismos, son algunos de los argumentos que explican la larga permanencia en esta situación de maltrato.
«Todos estos datos demuestran que desde las distintas administraciones tenemos la obligación de seguir trabajando para erradicar esta lacra social», ha concluido Díaz.