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Fotolibro o Photobook es un libro con fotografías, que estás narran una realidad. Se considera el primer fotolibro de 1843-1853 realizado por Anna Atkins (1799-1871), la primera mujer fotógrafa.
Algunos autores combinan el concepto de fotolibro o libro con fotografías, con libros de Artista o Libros-Arte, realizados por artistas. Especialmente, si ambos, disponen de la materia básica la fotografía.
La realidad se complejifica, porque la tecnología a su vez, permite más posibilidades, por lo cual. La fotografía se puede percibir-ver-pensar, como fotografías sueltas, o cómo fotografías, expuestas en una sala o en una colección particular. Pero los fotógrafos, empezaron muy pronto, por razones científicas, como es el caso de Atkins, que era botánica, o por causas, artística, a darse cuenta, que podían mostrar sus imágenes en libros, que es en definitiva, un paso más del grabado.
Como en todo lo humano existen interpretadores de cualquier fenómeno, el que sea, más puristas o más radicales, y, otros más expansivos, más abiertos a posibilidades. Entre los puristas, indican, que un fotolibro tiene que llevar una historia interna de narración entre las fotografías, el estilo, sean realidades externas o internas. Por tanto, inducen, que un álbum de fotos no es un fotolibro, una colección de simples fotos tampoco.
Pero, personalmente, tengo mis dudas, porque una fotografía es una fotografía, realizada por un experto fotógrafo, o realizada por un niño. Otra, cuestión es la esencialidad o radicalidad o conceptualización o formalización de esa fotografía. De todas formas, los cambios estéticos de las generaciones van haciendo mella. Hubo, recuerdo, un tiempo, que la fotografía en color, no se consideraba, en principio artística, tenía que ser en blanco y negro.
Al menos, esas colecciones de fotos familiares, podrían entrar en la categoría de fotografía popular, y los libros que se forman, porque ya existen, en cualquier lugar de Europa, en cualquier familia, al menos, podrían ser considerados «fotolibros populares«.
Las diversas crisis que se están afrontando en estas últimas décadas, ha ido creando el humus, de la necesidad, que la fotografía artística, no solo se exponga en museos o galerías de Arte, sino también en fotolibros de arte o fotolibros artísticos. Pero ha irrumpido el fenómeno de fotolibros digitales, que su soporte no es el papel, sino la electrónica, por lo cual, se pueden construir en cualquier lugar del mundo, y ser, percibidos-sentidos-soñados-pensados en el otro extremo del mundo. De alguna manera, ha desaparecido la distancia física y material. Y, la fotografía, al ser una imagen, ser recibidos por cualquier persona –no se necesita conocer las cuatro o siete mil lenguas del mundo, una imagen fotográfica, puede ser sentida por cualquier persona-.
Los fotolibros están entrando, desde hace décadas en las bibliotecas generales, en los museos de arte formando secciones específicas – BNE, Museo Reina Sofía…-. Por lo cual, también, por coleccionistas, tanto artistas, Martin Parr, es conocido por ello, además de sus fotografías, o, por Gabriela Cendoya, Pedro Melero…
Este artículo o columna, entra en el campo de lo que se denomina, articulismo personal o literario, en los cuales el ethos, que se denomina así, desde el viejo y querido maestro Aristóteles, muestra la personalidad de la persona que va engarzando palabras y conceptos de oros y plata y bronce y platino de ideas y enunciados.
Dicho de otro modo, conozco a un autor, que ha realizado cuarenta y cinco fotolibros, que los muestra en Internet, con el nombre y título específico de fotolibros o Photobook, seguido de una numeración simple, del uno al cuarenta y cinco, al estilo, de cómo los romanos, hombres prácticos, denominaban a sus hijos, Primus, Secundus…, -Primero, dende deviene el nombre de Primo, Primitivo, Secundus o el nombre y apellido de Segundo, etc.-. Decíamos, cuarenta y cinco fotolibros y, el silencio ha rodeado ese mar de imágenes, apenas varias visitas. https://www.youtube.com/playlist?list=PLo8mmyRZ4_PUP8yXbcunB0dIZAmUwjqu6
Por lo cual, siempre estamos en la misma situación. Dirán, que puede, con razón, que esas fotografías son deficientes, pueden que no se pierde hoy, ningún Quijote, pero la realidad, es posible, que existirán muchas Vivian Maier, que se han dormido en el silencio de los carretes olvidados, ni siquiera pasados a imagen o papel…
Quizás, los Museos de Arte y las Bibliotecas tengan que abrir una sección, para ir acumulando y coleccionando y conservando fotolibros, que no tienen soporte material, sino electrónico, y, coleccionarlos-conservarlos para el futuro. Y, dicha sección completaría y complementaría la sección de fotolibros con soporte material en papel, incluso soporte material electrónico en discos o en otros sistemas.
Porque lo que es obvio y evidente. Que el inmenso volcán de la WWW, no solo tiene fotografías sueltas de autores y de colecciones, sino también fotolibros, photobooks, realizados y construidos, en primer lugar de forma electrónica, posiblemente, nunca se pasarán a papel, pasados y exhibidos en sistemas digitales y en la red. Si el arte y si el arte fotográfico y si el coleccionismo de fotografía es coherente, debe empezar, a crear una sección de fotografía expuesta esencialmente, en Internet, y de fotolibros también en ese medio. Siempre, admitiendo, ser generosos en la recogida de material –es decir, conservar a autores/as conocidos y desconocidos…-. Paz y bien…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (13 febrero-23 marzo 2022 cr).
Fin artículo 2.945º: «Fotolibro Arte».