Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 28 segundos
La malagueña Francisca García única representante española en el Campeonato del mundo femenino de Ajedrez para ciegos
El torneo se celebrará hasta el día 17 en Castelnaudary (Francia)
La malagueña Francisca García debutará hoy como única representante española en el Campeonato del mundo femenino de Ajedrez que se celebra en la ciudad francesa de Castelnaudary.
Esta será la primera gran competición de Francisca, que vive el ajedrez desde el entretenimiento, pues dice compaginarlo con actividades como el teatro o la pintura que se organizan desde los centros de la ONCE, se siente muy ilusionada por su participación. Sin embargo, al mismo tiempo, cree tener “la responsabilidad de hacer un buen papel”, pues a sus 65 años se enfrentará a grandes ajedrecistas de todo el mundo. García es segoviana de nacimiento aunque malagueña de corazón, ya que con apenas 17 años se fue a vivir a la ciudad andaluza.
El encuentro mundial se desarrollará en el Hotel Ibis Style Castelnaudary, Francia, hasta el próximo 17 de julio. Se regirá bajo el protocolo sanitario reforzado de la Federación Española de Deportes para Ciegos, teniendo en cuenta que este deporte requiere estar en constante contacto con las piezas y los tableros.
Francisca empezó a competir en ajedrez hace aproximadamente 12 años con la Federación Andaluza de Deportes para Ciegos, y actualmente, es la única mujer en Andalucía que compite en esta disciplina. Este será su gran campeonato, que espera disfrutarlo y vivirlo intensamente, e irá acompañada por Daniel Rivera como entrenador, y Pablo Martínez como técnico.
El ajedrez, uno de los deportes más integradores
El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.
Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto.
Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.