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En este artículo no vamos a dar cifras y números, ya que entendemos que en cada dígito existe una persona y una familia, que sufrirá durante años dicha realidad.
Solo indicar que en el 2020 la cifra de suicidios fue de 3941, casi triple las cifras de fallecimientos por accidentes de tráfico. Cada día, de media en España realizan dicho acto, unas once personas.
¿Qué se puede hacer para disminuir, o, incluso desaparecer esta epidemia o plaga social y humana y biológica y moral y espiritual y…? Por supuesto este modesto articulista que lleva en sus manos esta pluma electrónica, que soy yo, no soy un especialista, ni un experto en esta temática, pero quizás desde las humanidades, desde el sentido común, desde la literatura, desde la observación del mundo, y, desde otras perspectivas puedo indicar algunas realidades conceptuales posibles…
No hay que indicar, la enorme necesidad, que una persona que sienta esa espada que se acerca a su ser, debe indicarlo a los familiares, o, y, al sistema de salud de su ciudad o barrio o pueblo. Dicho, sencillamente, expresarlo claramente a su médico de cabecera, y, o, a los distintos resortes que cumplen esas funciones o finalidades, de intentar que ese mal no se produzca. Existen también teléfonos de ayuda para esta finalidad, etc.
Pero yo, hoy, al titular esta columna/artículo como lo he hecho, quiero fijarme, en un aspecto, que pueden tener cierta importancia. O, que podrían ser estudiados y analizados por los organismos y personas y departamento que se ocupan de intentar evitar estas realidades, de reducir el número, si es posible, de hacer desaparecer este flagelo y esta guadaña, que tiene atrapado con sus dientes y fauces llenos de sangre una parte importante del mundo, porque las cifras oficiales de suicidio en el mundo, están cada año, de media, en un millón de personas.
Un millón son muchas personas, un millón de familias, que a todos sus miembros le quedarán para el futuro, heridas de enorme calado, de enorme sufrimiento, de enorme pena, de enorme angustia, de enorme cantidad de preguntas…
Digo a los especialistas y expertos, sería, aunque fuese una pequeña ayuda, que las organizaciones y entidades que se ocupan de esta temática, en su Web oficial, abriesen una etiqueta o entrada en la cual, fuesen publicando o haciendo enlaces con los artículos que sobre este tema, se han ido realizando. En una doble dimensión, diríamos, por un lado, artículos más científicos, que con un lenguaje más técnico solo lo pueden entender especialistas. Y, otra entrada, con columnas y artículos periodísticos, como este, que están abiertos, con un lenguaje sencillo y simplificado, pueden ser comprendidos por todo tipo de personas. Y, que en cinco minutos, se lee cada uno, y, quizás, abran esperanzas. Quizás, de formación a personas interesadas, quién sabe, si de ayuda, a una persona que está en ese dilema o trance o tentación o caída en el sufrimiento tan grave, que piensa que no tiene otra salida.
Esas Webs podrían ir coleccionando y archivando y documentando, cientos de artículos y columnas sobre esa temática, y, posiblemente, fuese una razón o motivo de documentación, de sugerencias de ideas, de quizás, de leer lo mismo, pero un autor o autora, utiliza una metáfora o un símbolo o una descripción que podría ser interesante para una persona. Al final, dar un paso tan grave y tan trágico, quién sabe, si un buen consejo a tiempo, una idea a tiempo, un símbolo a tiempo, una razón a tiempo, evita esta realidad trágica y dramática,,,
Porque al final, puede que dichas personas, estén tan angustiadas y apenadas y sufrientes, que no ven nada más que su dolor, y, posiblemente, quizás, una frase, de un especialista o médico o de una lectura buena y conveniente, pueda ser de gran ayuda… Porque en Internet, hay de todo, bueno y malo, incluso artículos que pueden incentivar este enorme mal. Por lo tanto, pienso que entidades y organizaciones, públicas y privadas, que intentan que esta realidad no se produzca, podrían tener una pequeña arma e instrumento en esta idea o sugerencia (evidentemente, con todos los demás pautados y estudiados y aplicados del sistema de salud…). Ahí y hay dejo como paloma mensajera esta posibilidad, que la estudien los expertos y personas que tratan diariamente, sobre esta temática…
Siempre he pensado que el refrán popular que dos ojos ven más que uno, es cierto y verdadero, pienso que cien kilos de cerebro piensan y perciben y analizan y sugieren más que un kilo de cerebro. Cien personas más que una. Por tanto, pueden que en artículos periodísticos, que es de lo que estamos hablando –y, pequeños informes en la prensa y en otros medios de comunicación-, que durante años, se han ido cristalizando en periódicos normales, no especializados y especializados, existan ideas y sugerencias, que quizás, alguna pueda servir.
Solo hay que recogerlas, solo hay que ir haciendo un archivo documental, una simple pestaña abierta en todas y cada una de las organizaciones que se ocupan de esta temática. ¡Y, si la abren, siguiendo la selección que los responsables crean conveniente, se irán llenando como abejas en su panal, de artículos e ideas y reportajes y entrevistas y sueltos que pueden ser de ayuda a/en esta temática…!
Por ejemplo, existe un concurso o varios en este terruño sobre columnas de/en/sobre esta temática. Ir acumulando y coleccionando –un título y un autor y un enlace-, las que crean convenientes, podría ser una ayuda o un pequeño incentivo, para intentar reducir las cifras, e, intentar que esta plaga y guadaña de muerte desaparezca… ¡Si la humanidad ha reducido o ha hecho desaparecer epidemias de virus y bacterias que durante siglos nos han estado mordiendo el corazón, porqué y por qué no vamos a ser capaces de esta epidemia de la automuerte, desaparezca de la faz de la tierra…! ¡Tenemos que tenemos esperanza y espera, tenemos que diseñar ideas y métodos y conceptos y argumentos y razones y actuaciones…! ¡Paz y bien…!
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Fin artículo 3.176º: «Autolisis y automuerte y archivo de datos».
