Artículo Periodístico 3.245º: «Umbral y el calambre del escritor»

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Existe un miedo y temor ancestral, en casi todos/as los creadores-autores, sean de la rama que sean, de ciencias también, de no ser creativos o más productivos…

Siempre se habla de los escritores o pintores o músicos, que expresan el famoso temor ante el lienzo/papel/partitura en blanco, y/o que hay que rellenar, con qué y cómo y de qué modo. Pero se olvida que, también se indica, del científico, sea natural o físico o social, que puede haber llegado a alguna importante teoría o ecuación o conjunto de hipótesis y no sabe si va a volver a tener el golpe de suerte y azar y talento y genialidad y conocimiento, que le abra un nuevo conocimiento al ser y estar y al entender de la realidad. 

Pero en el mundo del arte/artes, y, aquí incluimos todas, incluso la gastronomía como actividad artística, también la perfumería, puede ocurrirles a todos los que están en este oficio, sean remunerados con $ o no, saben que existen precedentes/precursores, quizás, mejor que ellos, en calidad o en cantidad, que en un momento se detuvieron. Se habla, del enorme peligro del primer o segundo libro, tener un éxito universal, y, después, pasar lustros, sin que se repita. Podría citar autores, pero no queda bien, bajo mi modo de entender. Redacto y escribo para buscar verdades y verdades de bondad y con belleza y en racionalidad y prudencia y utilidad. No soy un polígrafo para abrir heridas. Aunque dicen que esto da muy buenos resultados si se hace con belleza… 

El maestro del articulismo y articulismo literario, Francisco Umbral publicó una columna titulada El Calambre del escritor, en El Mundo, nos narra a Larra, y sus vicisitudes. Pero en el fondo, el problema de la creación, es que intervienen, al menos dos grandes sujetos, uno, es el que firma ese texto, pero el firmante, es la síntesis de siglos de evolución y de tradición, el firmante solo añade algo a lo que escribe, el firmante toma el noventa por ciento de lo que redacta por selección de los ríos de las tradiciones en la que ha bebido. 

El segundo actor del acto creativo es el lector o público, sea especializado o no, que acepta ese texto o no, a ese autor o no, a esa tendencia o no. El lector, los otros, también, son hijos de siglos de evolución cultural, pero intervienen multitud de aspectos sociales, económicos, políticos, culturales de la época donde se fragua ese escrito o ese texto –sea imagen, sea ciencia, sea filosofía, sea teología, se arte plástico, sea literatura…-. 

Pero la literatura es un producto lleno de enigmas y misterios en sí, además de todos los que se sugieren en los párrafos anteriores. La literatura es una mezcla de carne y corazón y psique y mente y alma y sociedad y cultura y… y… Por eso, una obra literaria, puede ser de gran maestría y dormir en los cajones, porque intervienen los seleccionadores, y, por eso, los que seleccionan casi siempre aciertan, pero no siempre. 

Por eso, un artículo quizás escrito y publicado en un periódico digital de poca audiencia, local o provincial, puede ser de un gran calibre, pero entre diez mil al menos, que se publicarán en nuestro país cada día, quién es el pescador que sabe seleccionar algo que de verdad, podría estar al lado de Larra, Clarín, Azorín, Ortega, Unamuno, Sánchez Mazas, Alfonso Sánchez, Ruano, Alcántara, Umbral, Vicent y otros cien y otros mil… ¡Estamos hablando del artículo literario, como género de información y de literatura, como pequeñas obras de arte, pequeños bombones de palabras e imágenes y conceptos que anidan en el alma, y le suavizan, un poco la mirada y la sonrisa…! 

He oído y escuchado y percibido con mucha atención e interés, dos conferencias que se proyectaron hace unos años, conmemorando los diez años del fallecimiento del maestro genial del articulismo Umbral. Como en todos hay debates, hay elogios, hay desencuentros. No entro en todas esas polémicas, porque no es mi forma de ser y de estar en el mundo… solo puedo indicar, que pienso que con el tiempo, posiblemente, Umbral pase a ser considerado como el Quevedo de nuestra época, y, una cosa que le preocupaba mucho en su último periodo, si su obra perdurará, yo pienso que sí, por eso creo, lo he escrito, que si se recogiese todas sus crónicas y artículos publicados, sería una especie de En Busca del Tiempo Perdido, sería el Proust de la lengua española, porque en esos textos, ocurren cientos de actividades y actos, duermen y viven miles de personas y personajes, y, nos muestran miles de conceptos e ideas y argumentos… 

Cierto es que yo pienso que la verdad y la bondad y la belleza deben ir unidas, y que la verdad y la bondad es mejor/superior a la belleza, pero yo no soy el juzgador del hombre, aunque algunos actos no me parezcan correctos en unos seres humanos o en otros o en mí… 

Ante la polémica de su biografía, pienso que hay que tener misericordia y piedad con Umbral, aunque muchos dicen, que él no la tuvo con demasiados seres humanos, que fue demasiado avinagrado, acerado, venenoso. Pero yo pienso que Umbral es el ejemplo, de cómo la literatura cura heridas, porque qué podría haber sido de su vida, si no se hubiese ahogado en la literatura. Esto podría ser un misterio. 

Pienso que hay que tener misericordia con él, porque llevaba varios traumas/heridas muy profundos. Pero tampoco entiendo, qué tenga tanta importancia dar a conocer el nombre de su padre, y su nacimiento, y su realidad vivencial de niño. ¿Acaso él tuvo culpa y responsabilidad de ello? El no fue responsable de todo ello, en todo caso, una victima de las circunstancias y de las pasiones de los hombres. Aquí, reitero mi homenaje, aquí recuerdo la necesidad de una Fundación del Articulismo Español de estos dos o tres siglos… (¿La Fundación Umbral podría crear un archivo y documentación virtual de miles de articulistas de la segunda mitad del siglo XX?). Paz y bien… 

https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (19-26 octubre 2022 cr).

Fin artículo 3.245º: «Umbral y el calambre del escritor».