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Destacadas ONG, incluidas Survival International y Amnistía Internacional, han publicado una declaración conjunta a las puertas de la COP15 sobre biodiversidad, que se celebra este mes de diciembre, denunciando la negociación del plan para la creación de Áreas Protegidas en el 30% de la Tierra para 2030 («30×30»).
En la declaración las organizaciones advierten que «sin una revisión rigurosa, el llamado objetivo 30×30 devastará la vida de los pueblos indígenas».
Continúan diciendo que también «será enormemente destructivo para otras comunidades dependientes de la tierra para su subsistencia, al tiempo que desviará la atención de los verdaderos impulsores de la pérdida de biodiversidad y el colapso climático».
Además de Survival y Amnistía, los otros firmantes son Minority Rights Group International y Rainforest Foundation UK.
La declaración describe una preocupación clave: «lo más probable es que las Áreas Protegidas de carácter excluyente constituyan la mayor parte del objetivo [30×30]». Tales Áreas, «que son el objetivo principal de los esfuerzos de conservación liderados por Occidente, han dado lugar a expulsiones masivas, hambre, mala salud y violaciones de los derechos humanos, incluidos asesinatos, violaciones y torturas en los continentes africano y asiático».
Las organizaciones hacen un llamado para que cualquier objetivo de conservación incluido como parte de un nuevo Marco Global de Biodiversidad se concentre en «dar prioridad al reconocimiento y protección de los sistemas de tenencia territorial colectiva y consuetudinaria de los pueblos indígenas» y «reconocer los derechos de otras comunidades dependientes de la tierra para su subsistencia a ser protegidas frente expulsiones forzosas», entre otras demandas.
Fiore Longo, directora de la campaña para descolonizar la conservación de la naturaleza de Survival, ha declarado: «La idea de que el 30×30 es un medio eficaz para proteger la biodiversidad no tiene base científica. La única razón por la que todavía se está discutiendo en las negociaciones es porque la industria de la conservación presiona con fuerza en su favor, ya que ve la oportunidad de duplicar la cantidad de tierra bajo su control. Si sigue adelante, constituirá el mayor robo de tierras de la historia y despojará de su sustento a millones de personas. Si los gobiernos tienen verdadera voluntad en la protección de la biodiversidad, la respuesta es simple: reconozcan los derechos territoriales de los pueblos indígenas».