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Los ingredientes básicos serían huevos de gallina, patatas, garbanzos, carne de cerdo de distintas partes, sal, agua, fuego…
En este camino entre la realidad y la imaginación y la creación y el diseño, llevar el artículo periodístico un poco más lejos, y la realidad de la gastronomía popular, también un poco más allá, sin entrar en los terrenos de la nueva cocina, o la cocina de vanguardia, o la cocina de autor, nos ha llegado un pajarito que nos ha indicado que existe o podría existir este alimento o plato o fogón o comida o degustación…
Esencialmente, consiste en que se cuece/cocido garbanzos, carne de cerdo en un recipiente, cuándo se haya realizado esa operación se pone en un plato. La carne de cerdo, des las distintas partes, se desmenuza y se hace pequeños trozos y se limpia de los hueso. Mientras tanto se pela patatas en trozos pequeños se bate con huevos de gallina, y cuando ya está realizada la magia de la mezcla y el combinado de patatas/huevos, se echa a una sartén con aceite y, al mismo tiempo los ingredientes que hemos cocido anteriormente: garbanzos, carne de cerdo…
Como en una tortilla tradicional, cuando ya se haya cuajado al gusto del cocinero/a pues se le proporciona todas las volteretas que se crean convenientes, y, ya se expone al sabor y al gusto de los viandantes…
Alrededor de este plato típico de Lalín, realidad real o realidad imaginaria, realidad cunqueriana e inventada por las interrelaciones de las neuronas, aprovechando que ya disponen de un día y un mes de la Fiesta del Cocido de Lalín, pues se muestra esta variedad. O, quizás, si el concello lo aprueba, se celebra como invención, con jocosidad, con alegría, como experimento, otro día de la Tortilla de Lalín, así tendría dos días en mes diferente, celebrando la comida de la comarca, la invención de la realidad…
Al final, nadie se rasgue las vestiduras, por mil motivos, los platos populares vienen de la noche de los tiempos, pero se han ido incorporando caminos nuevos, ingredientes nuevos, hechuras nuevas, alimentos nuevos, formas de exponerlos nuevas. Y, siguen siendo comida popular comida típica de tal región o de tal otra…
Siguiendo al maestro Cunqueiro que mezclan los celtas con los dioses y héroes griegos, lo real con lo simbólico, y ambos con la imaginación o imaginario, en definitiva, el paisaje interior con el exterior. La realidad del presente con el pasado y ambos con algo del futuro. En tiempos, y todos los son, de alegrías y tristezas, con sangre y fuego en el Este de Europa, pues quizás un ejercicio de imaginación-diseño-creatividad, siguiendo las pautas de la comida tradicional y tradicional gallega, sin entrar en esa comida de autor, pues podría ser interesante. Y, en esta serie de columnas que estoy pergeñando sobre la comida popular gallega, sería, diríamos una nota de color y de calor y de cariño y de humor y de respeto. Y, una invitación a un nuevo toreo…
Hacia el otoño el concejo de Lalín, desde hace un siglo, ha inventado un día de fiesta y un concurso sobre la Tortilla de Lalín, cientos de personas, miles asisten a él, se acercan y valoran las tortillas diferentes con esos ingredientes básicos. Dan un premio. Se celebra un Día de Fiesta dedicado a la Tortilla de Lalín, y, dicen que todos los presidentes de la Xunta, asisten ese día, y degustan un trozo de esta tortilla, y sus quehaceres les obligan a irse pronto. También, indican que han hecho todos los Presidentes de Gobierno de la Democracia, como ejemplo, de incentivo y del desarrollo de una fiesta popular, para crear-criar trabajo, empleo, turismo, paz y bien interior y exterior…
Una paloma me ha indicado, que redacte este artículo y columna, y, que lo presente a un premio, que ya si es real, del articulismo y la gastronomía gallega. Y, que quizás, les llegue a los responsables de esa entidad municipal. Y, quizás, se detengan a estudiar si esta sugerencia, en forma de paloma voladora, hecha con sonrisas y alegría y respeto. La analicen, y, quién sabe, que se digan a si mismos, tenemos la fiesta del cocido en invierno, pues por qué no seis o siete meses después, podemos inventar o crear la Fiesta de la Tortilla de Lalín al final del verano, cuando los turistas recorren las playas de Galicia, o al principio de otoño…
¡Y, si esto ocurre alguna vez, y este escribiente, todavía respira, se dirá a si mismo, por una vez, una columna periodística gastronómica, ha servido no para la vanidad o soberbia del escribiente, sino para que una realidad imaginaria, buena y legal, se materialice y cristalice en algo que pueda ser bueno y bello y bondadoso para los hombres…! ¡Paz y bien…!
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Fin artículo 3.307º: «Tortilla de Lalín».