Charlas Conmigo Misma: «Si la Madre Tierra Hablara»

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Ya sé, Esperanza, lo triste que estás por lo que pasa en Turquía.

Pero ante la fuerza de la naturaleza no hay nada que hacer; solo nos queda ayudar en todo lo que podamos, y rezar, sí, rezar mucho por tantos muertos, y también por los que quedaron vivos, pues no es nada halagüeño la vida que les espera.

A veces pienso que la naturaleza se esta quejando del trato que le estamos dando a la tierra. Ya no importan nada los árboles, ni la fauna; solo importa el dinero de las viviendas que se construyen sin medida; parecen las ciudades hormigueros verticales. Yo, que soy una persona criada en el campo, que aprendí de mi padre a respetarlo y a quererlo, entiendo a la Tierra perfectamente, aunque lamente la forma de protestar que tienen algunos.

LA MADRE TIERRA

Si la madre tierra hablara,
seguro que nos diría:
“¿Por qué queréis destruirme
si solo os regalo vida?

Os doy, árboles y flores,
Ríos, montes y océanos
las arboledas frondosas,
las llanuras y los lagos.

Dejo, que el sol os caliente
y un cielo todo estrellado;
la luna alumbra la noche
del paraíso soñado.

Animales diferentes
he dejado que crecieran
y aves de mil plumajes
para que todos comieran.

Los mares llené  de peces
de mil formas diferentes;
hasta puse a las sirenas
para cantarle a la gente.

Esa gente de la mar
que antaño la respetaba
ahora solo la esquilma
y la va dejando sin nada.

Y mi tierra casi estéril
muy pocos la están sembrando;
nadie la quiere cuidar.
Solo la están arrasando.

Habéis quemado los bosques
donde habitaban los duendes;
lo estáis destruyendo todo.
¡No queda bicho viviente!

¿Qué es lo que queréis hacer
con el paraíso azul?
Ya de azul no tiene nada.
¡Se está quedando sin luz!

¡Qué pena, pues Dios me hizo
un paraíso divino
para que lo respetarais
y lo hereden vuestros hijos!

Pero al paso que lleváis
no quedará ni una piedra
que le podáis enseñar
a la gente venidera.

Y el hombre se adueñará
de mi pobre tierra bella
porque el hombre no ha sabido
procurar que no suceda.”