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Como el mito de Sísifo, parece que tenemos el destino de ascender la piedra constantemente, de comernos a nosotros el hígado constantemente. No sé porqué es y porqué será. Hasta que llegue una vez, que el hígado no se vuelva a reproducir, que la piedra se quede en la alta montaña o, quién sabe qué y cómo. Desde 1640 parece que estamos en retroceso. Cada generación un pequeño retroceso. De vez en cuando uno más grande. Otros son más simbólicos y paradigmáticos.
Quizás la famosa emancipación de América fue mucho más radical, pero como terminamos de una guerra de independencia contra el francés –el francés en muchos sentidos-, pues quizás no fuese tan traumático. Y, el 98, siendo menos el territorio fue mucho más. En este asunto, siempre hay que recordar que quizás zonas y comarcas de Extremadura o la Mancha vivían en esos tiempos, las personas peor que en muchas zonas de América española, de esa época.
Quizás, las cafeterías no las inventamos nosotros. Quizás nos viniese de Centroeuropa en el siglo diecinueve, quizás fue un poso que se fue dejando en forma de tascas y tabernas en la Piel de Toro, de las legiones romanas y del imperio romano, que atravesó los visigodos, y que después, siglos después, se asentó otra vez con loa árabes o bereberes que arribaron a estos lugares y convivieron en estos espacios y tiempos… Quizás, la invención del café y de la cafetería que achacamos a los europeos, no es esencialmente europea, en nuestro caso no es de esos lugares, sino que está antes con nosotros desde hace siglos.
El notable y excelente escritor JG, que posiblemente, se mereció el Nobel, si las fuerzas vivas y semivivas de este territorio, lo hubiesen apoyado. Aunque no se esté totalmente de acuerdo con todos sus postulados. Porque la inteligencia cultural y política y económica francesa o inglesa apoya a sus candidatos posibles y potenciales, aunque no estén de acuerdo con ellos, en todos los temas. Por eso, ahora, que yo sepa, no tenemos ningún Premio Nobel nacido en la Península Ibérica.
El egregio y eximio escritor Juan Goytisolo, redactó un artículo: El café español, publicado en Cuadernos de Ruedo Ibérico, en agosto-septiembre de 1965, en el que nos relata y narra y describe y argumenta algo de los migrantes españoles, los viejos exilados y exiliados, y, algo de los cafés como fondo de la tertulia, como fondo del encuentro, como fondo de las esperas y esperanzas de cambios y recambios en esta Celtiberia tan larga en el tiempo, tan alta y ancha en hectáreas, a veces, la denomino Rectángulo casi perfecto, a veces, Pentágono casi perfecto –en total según si introducimos a Portugal, o si no…-.
En todas las capitales de provincias, en todos los pueblos grandes o medianos, en todos durante este último siglo, en algunos lugares antes, por influencias europeas modernas, se han insertado los cafés tertulias y las tertulias de café. En todas las capitales siempre existía un lugar. Donde se concentraban la intelligentsia en/de parte de esos lugares, en las grandes capitales, varios, según las personalidades de los grandes contertulios que dirigían dicho cotarro. En ellos, hablaban de todo, se veían todos, intentaban llegar a ser grandes en sus oficios y profesiones, casi siempre artísticas. Era un modo fácil y relativamente barato de conocer a todos los de la profesión. En España, durante el anterior sistema sociopolítico, también fácil para informar e informarse a y en y para las instancias superiores…
Todo el mundo ha soñado con el Café Gijón, todo el mundo, más cuándo Umbral le otorgó el último balompié de ponerlo en el candelero. Pero debemos aceptar la realidad, son más los llamados que los escogidos, en casi todos los campos de la realidad. Hay muchos empresarios que desearían ser como el señor de Mercadona o Zara o… y, se tienen que conformar solo con llegar a ser gestores y propietarios de medianas empresas o, incluso de pequeñas. Hay muchos que desean ser como Velázquez o Goya o El Greco o Picasso, pero que al final, sus nombres se olvidan, incluso por sus descendientes. Y, también en la escritura-literatura…
¿Dónde se reúnen ahora, porque ese deseo continúa siempre siendo y existiendo, dónde? ¿Quizás en torno a revistas culturales en papel, cada vez menos, quizás, en torno a revistas digitales, quizás en redes sociales, quizás, todavía continúan los grupos, como decía una escritora, que de la noche a la mañana, tuvo un gran premio, y, se reunía en una reunión café y tertulia de escritores, en una ciudad del Norte de España, ellos no hacen nada más que hablar, yo, también escribo, o hablo menos que escribo…? ¡No sé que habrá pasado de esa escritora, después de aquel gran éxito…!
¡Cada uno lleva su pequeña luz y antorcha y vela a un café literario-artístico, real o imaginario, esperando que otros, le otorguen y le valoren que su lucecita es un enorme rayo de claridad y de significado…! ¡Pero son más los llamados que los escogidos, pero mejor es dedicarse un tiempo al trabajo/familia y otro tiempo a la literatura, que no un tiempo al trabajo/familia y otro tiempo a los alcoholes o semejantes…!
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (13-22 marzo 2023 cr).
Fin artículo 3.487º: «Puchero de café español».