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Me gustaría saber y conocer cuántos miles de articulistas y columnistas, en los miles de periódicos en papel-digitales, radios, televisiones, Internet materializan un artículo o una columna de opinión-personal-literaria-de autor.
Me gustaría saber y conocer, aunque sea aproximadamente, cuantos docenas de miles de columnistas existen en esta sociedad y país, que al menos, publiquen una columna o un artículo uno al menos, al mes, o uno, al menos cada tres meses…
Me gustaría conocer y entender el dato de cuantos articulistas y columnistas de opinión o personales o literarios existen en el mundo, supongo que cientos de miles…
Me gustaría saber y conocer, cuántos artículos o columnas de opinión, tanto en prensa, papel o digital, radio, televisión, Internet cristalizan cada día en el mundo…
Me gustaría saber y conocer…
Diríamos que miles, decenas de miles de columnas y artículos llenan y rellenan la información cada día. Son como un enorme tapiz que cada día va cambiando, se va modificando, se va mezclando y entremezclando. Miles y decenas de miles de voces, como si fuesen poemas o versos, rellenan un trozo de espacio y tiempo, y en forma de prosa o de cualquier microgénero, insertan un parecer o un análisis o un entretenimiento o una sugerencia o un argumento o una petición o un lloro o una queja o una alegría…
A veces, pienso, que los actuales columnistas de prensa, en todos los formatos y medios y materiales, son los medievales versificadores y cantores que iban por plazas con sus dibujos, narrando alguna historia. Yo, llegué en mi infancia más pequeña a ver a alguna de estas personas, en alguna de las ferias de mi pueblo-ciudad. Después, aquel oficio o profesión que pudo durar o permanecer durante siglos. Cantores de historias con un papel duro y plegable que exponían en algún atril, y, los niños y mayores, algunos mayores escuchaban alguna historia.
La televisión y la radio cambiaron y modificaron el consumo de historias, y, terminaron con este oficio, que no sé el origen, quizás en la primera etapa medieval, quizás, quizás incluso más antiguo, y, que ha permanecido posiblemente hasta el siglo diecinueve, con algunas reminiscencias en el siglo veinte, según zonas geográficas -no sé cuántos de estos carteles-historias quedarán en los museos de España, Europa y del Mundo-. Como los actuales contadores de cuentos y relatos, que todavía existen, eso dicen, en el Norte de África en cafés y recafés…
Decenas de miles de artículos tachonan cada día, el amanecer de la realidad. Al final, son solo interpretaciones de grandes hechos o de pequeños hechos. De la última moción de censura, del último discurso o arenga de algún ministro, de algún problema social o humano, de alguna observación o percepción de algún ser humano, empezando por el articulista. O, como en este caso, intentar no convencer a nadie de nada, no estoy para persuadir a nadie de nada, solo de hacer observaciones y que otros, piensen que quizás hay realidades que no se han fijado, o algún argumento o razón o sugerencia.
En este caso, que sea usted consciente, quizás, no lo haya pensado, que a semejanza e imagen de que existen muchos pájaros en el cielo y en la tierra, también, cada día amanecen, miles y decenas de miles de artículos y columnas en todos los medios de información. Pequeños poemas y sonetos y sonatas en prosa que aparecen un día, y, al día siguiente, reaparecerán otras nuevas, olvidándose las antiguas. A no ser que se conviertan en materia de libro…
Algunos articulistas son periodistas de profesión o vocación, que construyen artículos de datos/análisis/argumentación, otros son escritores literarios que desean dejar una impronta en la prensa diaria –sea en papel o digital o radio o televisión o Internet…-. Ambos mundos se unen y se juntan. A un tanto por ciento, les otorgan un dividendo económico, a la mayoría, solo las gracias. Pero ambos intentan descifrar algo del mundo y de la realidad, algo del ser y del estar de lo humano y de la humanidad. Algo de todo y algo de lo poco y algo de lo mucho y algo del exceso y algo de la carencia, algo del corazón, algo de la carne y algo del alma…
Puede que lleve meses o años o décadas repasando las hojas, de papel o electrónicas de la información, y sabe y conoce, que existe un trozo de espacio dedicado a la opinión, a veces, acompañada de viñetas, otras no. Puede que no se haya fijado, que existen en esta sociedad y cultura y tiempo y civilización, ahora de momento y de momento ahora, miles de articulistas que han dedicado unas decenas de minutos en insertar una opinión sobre algún tema, grande o pequeño, general o abstracto, concreto o individual o colectivo.
Puede que no se haya fijado, que alguien lleva muchos meses o años o lustros observando realidad y realidades, para ofrecer una opinión o idea o sugerencia. Puedes que no se haya fijado que alguien, muchos alguien, le están ofreciendo puntos de vista, que se olvidarán, pero que como una pequeña conversación al atravesar una calle o un puente, es simplemente, un punto de vista, una opción posible, no sabemos si mas probable o menos, más certera o menos, pero le están regalando una posible manera de entender algo del mundo.