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¿Cuál es el ideal humano más alto y más elevado, más verídico o verdadero como humano y humanos, más bondadoso, más racional, más útil a la larga y a la corta, más prudente…?
Suponemos que lo ideal sería una persona de un alto conocimiento y entendimiento de la realidad, y, al mismo tiempo, un alto nivel teórico y práctico ético o moral. Pero si tenemos que seleccionar o escoger cual de los dos sistemas de vectores-factores-valores es el más importante, cual escogeríamos o cual creeríamos es el mejor, mejor en todos los sentidos o el menos malo…
¿Qué prefiere usted encontrarse hoy, o le gustaría hallarse hoy, ante diez personas, por distintos motivos y profesiones, que fuesen más bondadosos o más morales pero menos sabios o menos entendidos en su saber o en su especialidad o en su oficio, o, por el contrario, que preferiría usted encontrarse con diez personas, en distintos oficios, muy competentes en sus oficios, pero con un nivel ético y moral y de bondad y de bien moral más inferior…?
Supongo que cuándo tengamos programas de investigación informáticos que puedan entrar/responder a estas preguntas con una serie de imputs, para hacerse y hacerles estas cuestiones, nos dirán soluciones posibles o proporcionadas o cualitativas. Cuándo se utilicen los ordenadores cuánticos, supongo que este problema será muy fácil de resolver. Pero hoy, hoy y aquí, es enormemente complejo, al menos, para mis conocimientos, mi inteligencia, mi voluntad, mi sensibilidad y mi percepción. En definitiva, hay que combinar intereses y fines de muchas clases, además de causas y de hechos y datos concretos y problemas reales… las famosas cuatro causas aristotélicas, que en tiempos pasados, tuve el atrevimiento, de insertar una quinta –que en toda la barahúnda o masa de escritos, en algún lugar estará, si es que no se ha perdido…-.
El filósofo y escritor y articulista notable, Gabriel Albiac –se esté o no se esté de acuerdo con él, en todos los parámetros, pero quién está de acuerdo en todo con uno mismo-, en un artículo publicado el 24 de abril del 2023 en El Debate, titulado: ¿Peor un malvado o un tonto? Que es en definitiva, trata/r la cuestión anterior, o mejor dicho, es un caso de la temática que anteriormente hemos citado… Ciertamente, que el columnista Albiac plantea esta cuestión, en forma negativa y en una temática concreta. Pero la realidad es tan compleja, y las palabras son tantas y las percepciones tienen tantos matices…
Pueden que muchos articulistas, -si me puedo admitir dentro del gremio de esta esfera o área o conjunto de Cantor-, la mayoría resuelven problemas y cuestiones, y, yo, como modesto plumífero, más bien planteo cuestiones-preguntas-dudas. Porque mi inteligencia y voluntad y conocimientos-cultura y sensibilidad es limitada. Percibo que muchas cuestiones, son demasiado complejas para mí, me temo, que también para el estadio actual de la evolución cultural de mi tiempo y especie y acumulación cultural social…
Recuerdo, hace ya, quizás muchos años, en un prólogo a un santoral –un santoral, por si no lo sabe, son pequeñas biografías de santos y santas y beatos y beatas admitidos y aprobados oficialmente por la Autoridad de la Iglesia Católica, y, se expresan de forma diaria, cada día-. Dicho esto, en ese prólogo ese escritor del santoral, modesto y pequeño era el libro, jesuita, -ya que existe una gran tradición de esta temática entre los jesuitas, porque a Ignacio de Loyola, le influyó mucho un santoral medieval, cuanto estaba enfermo, le influyó mucho en/a su conversión-. Se hacia esta pregunta: ¿Qué es mejor ser santo o ser sabio…? Y, él indicaba, si mi memoria no me falla, y, posiblemente, yo haya añadido razones en estos largos años. Que lo ideal es que todo el mundo fuese santo y sabio.
Es decir, fuese y tuviese grandes conocimientos teóricos y prácticos, en su oficio y su profesión y en su vida teórica y práctica, así pudiese ejercer su función humana y social y familiar de forma eficiente y, sirviese de ese modo al bien común y general, y, al bien de otras personas, con su buen oficio: ser un buen médico, ser un buen electricista, ser un buen panadero, ser un buen articulista, ser un buen padre/madre/hijo. Y, al mismo tiempo, ser santo, intentar alcanzar la perfección moral y espiritual –no puedo aquí explicar que la perfección moral y ética, no es exactamente, lo mismo, aunque muy interrelacionado con la perfección espiritual, debida en el cristianismo a los dones y gracias de Dios y del Espíritu Santo, quizás a usted le suene estas distinciones un poco largas/abstrusas/abstractas/ideales/irreales en el tiempo y en el entendimiento…
El problema de una persona inmoral, amoral antimoral, en mayor o menor grado, es que si tiene un alto grado de inteligencia y un alto grado de conocimientos-cultura, y, si encima tiene un alto grado de persuasión y de manipulación y, si tiene un alto grado de poder en una entidad: el mal que puede hacer y construir es enorme…
Pero una persona buena o bondadosa, aunque no tenga un alto grado de conocimientos, de eficiencia, de cultura, de inteligencia, de poder… quizás, hará su oficio lo mejor posible, quizás su oficio será modesto, pero el bien que sembrará será grande, y el mal que dejará de construir y de hacer y de sembrar, también será grande…
Quizás, una persona no sabía o no demasiado sabía, no descubrirá grandes principios, ni escribirá grandes frases, pero sembrará mucho menos cizaña, y, en esa suma de positivos y negativos, dejará más flores que secanos… ¡¿Quizás hacer menos pero bien, que no hacer mucho pero mal –mal en varios sentidos…-!?
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (05-14 junio 2023 cr).
Fin artículo 3.627º: Gabriel Albiac: ser sabio o ser santo».