España donante, 31 años, líder mundial

Eduardo Madroñal
Eduardo Madroñal. Foto por Luis Huerres

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Que España se mantenga en 2022 -un año más que suman ya 31 años- como líder mundial en actividad de donación de órganos -aportando uno de cada cuatro donantes fallecidos en la Unión Europea (UE), el 25% cuando nuestra población es sólo el 11% del total europeo, y contribuyendo el 5% a nivel mundial cuando sólo representa el 0,6% de la población de nuestro planeta- despierta un profundo orgullo nacional porque se apoya en la solidaridad, la unidad y una organización ejemplar.

Donantes y trasplantes

España ha elevado la tasa de donantes a 47 por millón de población (p.m.p), seguido de Estados Unidos, con 44,5 donantes p.m.p. Los datos completos pueden consultarse en el último informe del Observatorio Mundial de Donación y Trasplante -que desde hace 17 años gestiona la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) como centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- que se publican anualmente en la Newsletter Transplant del Consejo de Europa.

Un donante puede hacer donación de un órgano o de varios. Con donantes menos mayores se puede trasplantar más de un órgano. Por eso, hay más trasplantes que donantes. España fue en 2022 el segundo país en número de trasplantes realizados con 115,3 p.m.p., superado por Estados Unidos con 130,7 p.m.p. La triste razón es que el perfil del donante estadounidense es de menor edad, vinculado principalmente a las muertes provocadas por sobredosis -en una situación de crisis socio-sanitaria que sufre la población del país más poderoso del mundo- por lo que tales donantes alcanzan el 17% del total; sin embargo, en España los donantes fallecidos por esta causa son una excepción.

La donación en asistolia

Precisamente, la disminución muy significativa de accidentes en carreteras estos años en España, con un porcentaje alto de personas jóvenes -que es una buenísima noticia- ha supuesto una dificultad para mantener el número de donantes y poder responder a la creciente demanda de trasplantes. A pesar de ello, España ha mantenido una situación privilegiada -32/35 donantes fallecidos por millón de población (pmp)- basada en la identificación de donantes potenciales y su conversión en donantes reales, sobre un sustrato legislativo, estructural sanitario, técnico y político adecuado.

Un avance clave ha sido la donación en asistolia -donación a partir de personas cuyo fallecimiento ha sido diagnosticado por criterios circulatorios y respiratorios durante más de cinco minutos- que se ha demostrado como una de las fuentes con mayor capacidad de aumento de donantes en España.

Por supuesto, también existen donantes vivos en los casos del riñón y del hígado, que fueron el 39% y el 24% respectivamente en 2022. Sin embargo, en el territorio europeo todavía mueren cada día diez pacientes a la espera de un órgano.

Solidaridad, unidad y organización ejemplar

Primero. La solidaridad del pueblo de toda España más allá de la vida ha penetrado nuestra propia legislación, que especifica que en la donación «se respetarán los principios de voluntariedad, altruismo, confidencialidad, ausencia de ánimo de lucro y gratuidad».

Segundo. La persistente unidad del sistema público de salud a pesar de la transferencia de competencias a las autonomías. Porque la ONT se apoya en un sistema sanitario que posibilita que las donaciones viajen desde Andalucía hasta Cataluña, desde Canarias hasta el País Vasco, desde Murcia hasta Galicia, pasando por todas las demás, y viceversa.

Tercero. Una organización ejemplar. Beatriz Domínguez-Gil -la actual directora de la ONT que ha sustituido a Rafael Matesanz, el histórico director durante 28 años hasta su jubilación- destaca que la clave está en nuestro modelo que se ha convertido en un ejemplo mundial. Su columna vertebral son los coordinadores de trasplantes. Y el principal músculo es la enfermería, desde las oficinas de la ONT hasta los hospitales, la coordinación de enfermería y su implicación en cada peldaño del proceso de donación y trasplante es vital.

Rafael Matesanz lo sintetiza así: uno, es «la generosidad de la población, cuando el mensaje es correcto y hay confianza en el sistema, en este caso, que el órgano va a ir a la persona que más lo necesita, con criterios médicos y sin discriminación». Dos, es la existencia de «un sistema que atiende a todo el mundo» y por ello «que todo el mundo puede donar porque todo el mundo lo puede necesitar». Y tres, es la organización, «el sustento profesional, los coordinadores de trasplantes que, con el soporte del resto, han posibilitado alcanzar tales cifras de donación», un sistema organizativo conocido, y admirado, internacionalmente como el ‘modelo español’.

Frente a las constantes campañas despectivas que nos inoculan los grandes medios de información de fuera y de dentro de España sobre nuestros valores y capacidades, nuestro ya largo liderazgo mundial desenmascara la falsedad de tales ataques a nuestra valía como pueblo y a nuestra potencia organizativa como país… si la causa es justa. Dos fortalezas siempre negadas por la propaganda de las grandes potencias extranjeras y siempre renegadas por nuestra sumisa oligarquía.

Posdata

Aunque cometimos la falta de no escribir hace un año el debido artículo para celebrar este liderazgo mundial español, tenemos artículos en años anteriores -para el lector interesado- con los títulos «España, 29 años de liderazgo mundial», «España, líder mundial durante 28 años», «La vida donante, en pandemia, siguió», «España puede ser líder mundial 28 años», «Celebremos que España es líder mundial», «España donante, récord más allá de la vida», y «España, el pueblo más solidario, incluso más allá de la vida»; en los que hemos ido destacando en qué se asienta esta destacada y prolongada trayectoria de nuestro país y de nuestra gente.