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¿Qué y cual es la esencialidad humana, podemos pasar sin una pierna y seguimos siendo humanos, sin un brazo y continuamos siendo humanos, pero que es la esencia de la esencia?
¿Cuál es la esencia de la esencia de lo humano, qué es lo que tenemos o disponemos o somos o estamos, en la cual, si nos falta, podemos decirnos, ya no somos humanos…? ¿Podrá usted pensar que esta cuestión es cosa sin importancia, pero durante siglos o milenios, unos hombres les han hecho a otros, barbaridades, porque pensaban que eran «hombres», seres biológicos de dicha especie, pero no «eran personas», no eran totalmente humanos. Por ejemplo, la esclavitud. De alguna manera, durante siglos, se defendía la esclavitud por esa separación de esos dos conceptos o ideas o enunciados o intereses…
Los cambios acaecidos durante estos últimos cinco siglos, con distintas fases, que denominamos: revoluciones científicas e intelectuales, revoluciones culturales y filosóficas, revoluciones políticas y parlamentarias, revoluciones económicas e industriales, etc., han llevado a ser conscientes, que «todo ser humano, sea cual sea la situación, por ser solo eso, ser humano, tiene todos los derechos que el resto de seres humanos». Dicho de otro modo, sea el más pobre del planeta, pobre en todos los sentidos, tiene los mismos derechos esenciales y es la misma realidad esencial, que el más rico del planeta, rico en todos los sentidos –económico, cultural, de sabiduría, de moralidad, de poder, etc.-.
Pero esto, todavía, no está claro para todas las cabezas. Enseguida, vienen y se cruzan sistemas ideológicos, de un color o de otro. Que dicen o se dicen a sí mismos, puede que todos seamos iguales o seamos de la misma pasta de derechos y de deberes, de dignidad humana, que es la palabra clave, pero… Y, vienen los peros, pertenece a otra ideología, sea secular o no-secular. Y, entonces, le ofrecemos menos derechos en la práctica. Y, esa es la raíz, o una de ellas, de las hecatombes que sucedieron en el siglo veinte.
Y, este es el problema y cuestión. Cosa que podría suceder en este nuevo siglo, que alguien, sujeto individual y colectivo, se diga, si, sí, todos somos iguales en dignidad y todos somos seres humanos, pero no piensas como yo, en tal conjunto de temas o cuestiones, entonces, te despojo de derechos, que pueden ser a lo primero, secundarios, pero que después, sean esenciales o primarios… Y, este es uno de los peligros existentes… ¡Repito, estos peligros existen…!
Estas preguntas y cuestiones, que es en definitiva, la interrelación de ideologías, filosofías, culturas, religiones, han estado conmigo, ya no me acuerdo desde cuándo. Pero al enfrentarme o confrontarme con un artículo de David Gistau, se han vuelto otra vez presentes, dicha columna titulada: El jefe de la caverna, publicada en XL Semanal, el 23 de febrero del 2014.
Si ustedes, se fijan, podría quitar el anterior párrafo, nadie se daría cuenta, y podría exponer los mismos pensamientos o uno más, por disponer de cinco líneas más de texto. Pero pienso, que hay que ser generoso con los que no han precedido, este artículo es anterior al mío, aunque esta cuestión, llevo tratándola en otros escritos desde hace décadas. Pienso que es una forma de homenaje/respeto a Gistau, que el tiempo y las circunstancias se lo llevó por los huracanes del misterio demasiado pronto. Quizás, también, una forma de consuelo para sus hijos, si alguna vez, se encuentran con este texto, porque es una forma y manera de homenaje. Y, es también, recordar, que toda la ciencia, funciona, unos pies se suben en los hombros de otros, siguiendo la frase, no dicha de Newton.
¿Pero estamos con el problema esencial de qué es el ser humano…? ¿Cuál es la esencia… unos dirán que tenemos una base biológica o animal y, tenemos una base psicológica o cerebral o neuronal, y, otros dirán que además tenemos alma-espíritu inmortal, y, que vivimos y somos y estamos en una realidad o mar que denominamos Naturaleza Física, y, estamos nadando en una Sociedad y en una o en varias Culturas, que es la interpretación del mundo que hacemos…?
Dirán, todos o casi todos que «somos una unidad substancial o esencial» sea de cuerpo-carne con psique-mente-cerebro-conciencia, que son las formulaciones que tienen su base en Aristóteles, y, que han ido emergiendo y entrecruzándose en estos siglos. Y, otros dirán que además de lo anterior, tenemos alma-espíritu inmortal, que será la base de todas las ideologías o filosofías o religiones o metafísicas religiosas o trascendentes, entre otras las del cristianismo… -. Ésta última, viene a inducir o deducir, que tenemos alma o principio de inmortalidad, y, que existe un Ser Supremo Infinito y Omnipotente o Dios…
Usted, se tiene que situar, en una de las dos formulaciones o en uno de los dos equipos o bandos o grupos. Eso es lo que hacemos, desde hace siglos o milenios, cambiando los nombres y cambiando las formas y los conceptos. Pero esencialmente es esta cuestión y estas dos respuestas.
Existe una tercera, que puede usted situarse en la duda. No sabe cual de las dos es verdad. Y, entonces, algunos días se acoge a la primera, otros días, a la segunda…
Pero, usted crea y se crea que solo es «un animal biológico con un desarrollo evolutivo psicológico e intelectual grande», o crea usted que es lo anterior «pero además con alma-espíritu inmortal, y que existe un Ser Supremo o Dios Personal Infinito y Omnipotente…». Crea usted en la primera fórmula o en la segunda, o esté dudando como la corriente alterna durante toda la vida… Sea cual sea, existe una realidad que usted no puede saltarse, una «realidad natural moral o moral natural fundamental y esencial…»:
Es que usted tiene que respetarse a usted mismo y amarse a usted mismo, de forma correcta, y, usted debe tratar al otro ser humano, de forma correcta y adecuada. Es decir, usted debe ser con usted mismo, ser y estar y tener una moral y ética correcta, y, tiene que ser y estar con el otro ser humano, con y en una moral y ética correcta…
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Fin artículo 3.947º: «¿Qué, cual es el hombre esencial y D. Gistau?».