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Hasta dónde sé y conozco la sociedad en todas sus entidades sociales tiene una serie de sistemas de selección de personas, unas son aceptadas y otras son rechazadas.
Es más, casi todas las personas son y sufren ese doble baremo o tamiz o tapiar, por un lado, seleccionan a otras, por otro, se presentan a sistemas de selecciones o elecciones, en los cuales, en unos han sido aceptadas y en otras, han sido rechazadas…
El articulismo literario tiene, creo, como una de sus grandes funciones y finalidades, en tratar temas que son de la realidad, pero que de tanto suceder, puede que se olviden. Uno, es éste. Todo el mundo arrastra una historia larga o corta, según su vida, en la que se ha presentado a multitud de entes sociales, con distintas finalidades, en unos han sido seleccionados y se han insertado dentro, un tiempo, o mucho tiempo, en otros han sido rechazados… Ahora se habla RRSS, Recursos Humanos…
Lo vemos y sentimos como una cosa casi natural, parecido a como viene la tarde y viene la noche. Se dice, que las opciones son diversas en cualquier situación, y, muchos son los llamados y pocos los escogidos, la demanda, por lo general, siempre es mayor que la oferta…
Tengo una imagen, en la infancia, de ver personas, jóvenes, al lado de las puertas de la plaza de toros, los maletillas, que eran seres humanos que se querían dedicar al toreo, iban de plaza en plaza, de corrida en corrida, algunos llegaban a saltarse y meterse en la plaza, porque por lo general, no tenían dinero para comprar la entrada, y, algunos se tiraban al foso ovoide y circular, mientras que el torero hacia su faena, para dar unos pasos con la tela del capote como un baile de la danza de la vida y de la muerte. Esperando que algún seleccionados le hiciese una prueba más larga y más extensa, y, ser seleccionado como torero –pasando las distintas fases-. Esta realidad, hasta dónde conozco hace lustros que no se produce, porque se crearon las «escuelas taurinas».
Pero cada uno, lleva en su corazón, en sus sueños y en sus velos y desvelos, que se presentó a tal o cual prueba, a tal o cual trabajo, a tal o cual selección de estudios, y, no fueron seleccionados. Cada cual se plantean como habría sido su vida y su existencia, si aquella mujer u hombre, le hubiese dicho que sí, y, hubiesen intentado un noviazgo corto o largo, o hubiese aprobado aquella oposición, o hubiese terminado aquel oficio o aquella carrera, o si le hubiesen dejado entrar o no entrar.
Hay entidades sociales en nuestra sociedad, que llevan siglos, seleccionando a personas, a unas las aceptan y siguen sus carreras vocacionales y profesionales, a otras, las rechazan, en un momento o en otro, y, empiezan en otras carreras de la vida. Puede que parezcan todo lo mismo, pero esos caminos o esas metas o esas redes para seleccionar a unos y a otros, han podido tener consecuencias imprevisibles e impredecibles y distintas en unos individuos y en otros.
Hace unos lustros, una parte de las personas adultas, no sé la proporción habían pasado, algún o algunos años, por colegios religiosos de formación básica o secundaria, o, habían pasado algunos años por noviciados o por seminarios. Como es obvio y evidente, salvo lo que se dice, que en algún año de la década del cuarenta o cincuenta del siglo anterior, en la provincia del norte de España de los jesuitas, ese año salieron mil o casi mil jesuitas. Salvo, digamos esa cifra, por lo general, existiendo mucha mies y muchos segadores de mies, siempre se seleccionaba bastante, muchos eran descartados o descartadas, muchos eran admitidos o admitidas. España no se puede entender sin esta realidad que ha sucedido generación tras generación, siglo tras siglo, me temo que tampoco Europa. Salvo ahora, desde hace unos lustros, que los sistemas de enseñanza han pasado, mayoritariamente a lo público y al Estado.
Echo en falta estudios, tesis doctorales y TFG, que puede que existan sobre multitud de estos temas. Supongo que se harán, porque tenemos más de setenta universidades en el suelo patrio. Y, de cada una de ellas, pues nacen doctorando y tesis y terminaciones de carreras, y, todas estas personas tienen que realizar tesis o tesinas de investigación.
Echo en falta, aunque ya se hacen en parte, dos cosas, que darían mucha luz: una, que esos trabajos de investigación no deberían quedar solo para los especialistas, sino que fuesen masivamente, ahora en Internet, algunas universidades lo hacen, que esas tesis doctorales y TFG, fueran posible ser consultadas por todas las personas. Creo que es una riqueza cultural que podría ser visitada por personas de fuera del mundo académico. Esto hecho de forma masiva y como obligación hacia la sociedad.
Igual que echo en falta, que las «positio», los estudios y documentación de los procesos de beatificación, también fuese expuestos en Internet, para ser visitados por las personas que los quisieran. Al final, todos son sistemas de selección también: sean tesis doctorales, sean procesos de beatificación…
Creo que la humanidad daría un salto cualitativo, si se creasen sistemas de selección más justos, más racionales, más eficientes, más científicos. Creo que es una de las asignaturas que mi sociedad, mi país deja mucho que desear, a y en todos o en casi todos los ámbitos… Porque al final, una sociedad, será más eficiente, racional, moral, si se selecciona mejor a los candidatos, a una realidad o a otra… a entrar en el redil de los poetas, de opositores a jardineros, a profesores de universidad, a maestros, al Premio Cervantes… ¡Paz y bien y bondad y buena voluntad…!
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Fin artículo 4.026º: «De la selección: aceptación y rechazo».