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Rompo una lanza a favor de que el Mail Art se abra a la posibilidad que dentro de este género se incluyan obras literarias, con unas variables y características de tamaño limitadas.
Estimo que existe una misma necesidad, semejante a cómo cuándo hace unas décadas, en el siglo veinte, se pensó que podría existir un Arte Postal, realizado por cualquier persona, con unas condiciones, y enviarse de una zona a otra del mundo. De tal manera, que cualquier autor o autora, pudiese expresar sus vocaciones artísticas plásticas a otras personas. Era una manera de incluir en un modesto sobre postal o una modesta postal de correo ordinario, una necesidad estética y artística plástica y de contenido y conceptual…
Pues lo mismo, siguiendo esa idea, unir el Mail Art clásico, en todas sus formas y variedades pero que dentro tenga libritos u hojas unidas o incardinadas formando unidades de escritos, sean poesías o sean relatos o sean novelas cortas o sean conjuntos de fotografías, o sea lo que sea. Evidentemente siempre con un tamaño, sea en papel o sea en DVD, y, si es posible, el autor-a lo haya registrado bajo su propiedad, incluso libritos publicados con ediciones limitadas, que a su vez, han podido rellenarse de dibujos, formando «libros de artista», que se envían dentro de sobres que son a su vez Mail Art. Es decir, dentro un libro literario o un libro de artista-arte, y, fuera un soporte de Arte Correo…
Creo que es una necesidad, lanzo esta sugerencia al Mundo del Mail Art para que la recoja, para que pruebe alguna experiencia, para que realicen certámenes combinados o mezclados con ambos sistemas, quién quiera, solo obras en Mail Art clásico, y, si alguien quiere en esta variedad de Mail Art Literature o Arte Postal Plástico + Literario…
Miles de autores-as tienen sus obras, con pequeñas autoediciones, o manuscritas o en los vientres de sus ordenadores, y, algo han podido publicar, algo está en Internet, pero quizás, se deberían encontrar otros circuitos posibles. Creo que es una necesidad histórica y una necesidad cultural, una necesidad creativa, y, es una obligación moral y social hacia esas personas. Que han podido dedicar un año o diez o treinta, y, han sido capaces de crear cien o mil o cinco mil poemas, y, algo de ello lo han publicado, y, han enviado a amigos y conocidos, pero diríamos que están encobertados y encosertados en el silencio. Pongo el ejemplo de los poemas y versos, sean de mejor calidad o de menor, de todas formas quién tiene la capacidad de valorar la calidad de las obras de arte. Y, esto podría ser una manera de difundir, de conservar para el futuro obras de las letras, obras de diversos géneros, siempre con una medida, siempre registradas la propiedad intelectual por sus autores, etc.
Es unir desde la periferia el arte plástico y el arte literario, en un nuevo género o subgénero o soporte que es el correo postal clásico y oficial. A través de ese conducto enviar hipotéticamente, desde un lugar del mundo a otro, obras de todas las tendencias, de todas las temáticas, en todos los idiomas y lenguas y alfabetos del mundo, Para que como una botella de un naufrago, quién sabe, algunos textos literarios o de letras, puedan permanecer o tener una posibilidad o una esperanza de futuro. Que pongamos por caso un conjunto de cien poemas de una persona metida en una aldea de la India profunda, pueda tener una posibilidad de que esa copia quede en la Europa vieja y antigua, y, quién sabe, mañana pase a las colecciones artísticas plásticas de algún museo de importancia, de un Archivo de Arte, de una Fundación Artística.
Vivimos en un mundo contradictorio, por un lado, con razón se guardan lo que se denomina Ephemera, y, todas las grandes bibliotecas ya tienen colecciones importantes, de vitolas de cigarros, de cajas de cerillas, de envoltorios de caramelos y similares, y por otro lado, cientos de miles de obras literarias duermen en cajones, que su futuro es el olvido.
No pondré nombres, ni apellidos, ni ciudades, ni lugares, pero bibliotecas enormemente importantes, tienen catalogadas y numeradas y expuestas para ser vistas colecciones de Ephemera, pero libros con depósito legal y con la legislación de su país y lengua, pero publicados o encuadernados en gusanillo, no le otorgan una catalogación para que puedan ser consultados, o material publicado en DVD que llevan etiquetado manual, pero publicados con depósito legal, con la legislación de su propio país, tampoco lo catalogan para que puedan ser consultados y conocidos y reconocidos por las personas que quieran, por investigadores, etc., pero si no se catalogan e indexan y se archivan y se insertan en bases de datos, esas publicaciones, por muy modestas que sean, no existen… Y, esto sucede… Esto que narro no es una invención, ni es una metáfora, sino es una realidad…
Esta iniciativa cultural de Mail Art Literario, no haría competencia con nadie, ni con nada, ni con la industria cultural clásica, pero sería un elemento más cultural, muchas obras, que de otro modo, terminarán olvidadas, deterioradas, destruidas, puede existir una posibilidad que una copia en papel o en DVD quede en alguna colección y termine en algún archivo. Porque al final, quién sabe el valor de las cosas, lo que hoy no es valorado, puede que dentro de cien años, se perciba con otros ojos… De todas formas, en el peor de los casos, tendría el mismo valor que esa pieza de Mail Art en su parte o dimensión plástica.
Levanto esta lanza y esta espada y este escudo para que el mundo del mail art, alguien persona o colectivo o entidad o colección o museo o fundación recojan esta iniciativa y la pongan en práctica. Sea en un nivel o sea otro. Solo es cosa de empezar a caminar, aunque sea modestamente… Aunque sea con pasos pequeñitos. Se puede al principio mezclar y combinar ambas formas de Mail Art, el clásico en todas sus manifestaciones, y, éste Mail Art Literario… Paz y bien…
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Fin artículo 4.034º: «Arte Correo Literario o Arte Postal Literario, III».