Charlas conmigo misma: «Tengo en el aire la raíz del alma»

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Sí, Esperanza. Tienes el alma tan dolorida, que ni siquiera hablas contigo misma.

Ya va a hacer 2 años que murió tu compañero del alma, y desde entonces no eres la misma. La soledad es mala compañera, y no tienes ganas de nada. Pero la vida sigue y, como él te diría, hay que seguir adelante. Por eso hoy voy por fin a hablar conmigo misma, seguiré contándome las cosas que me rodean, ya sea la naturaleza a la que tú amas tanto, o esas simples poesías que tanto te gustan, y que haces en memoria de tu padre.

Por supuesto que la vida sigue su curso inexorable, y tú también tienes que acostumbrarte a vivir sola, y darte cuenta de que ahora tienes que cuidarte tú y sólo tú.

Así que sigue adelante con tu nueva vida, sin olvidar ni un minuto de la ya vivida. Lucha como siempre lo has hecho, no te des por vencida aunque tengas al aire la raíz del alma.

LA TARDE ESTÁ TRISTE

El viento azotaba fuerte  los cristales
queriendo meterse por el ventanal;
la tarde era triste igual que mi alma
que sola se queda con su soledad.

El cielo pajizo invita al recuerdo
de amores perdidos que no volverán;
así la tristeza se adueña de todo
y sólo la mente se atreve a soñar.

Ese viento helado que cala los huesos
queriendo meterse por el ventanal
me dice que pronto marchará el invierno
y que mi tristeza no se marchará.

Me encuentro tan sola, triste y desolada,
que tengo en el aire la raíz del alma…
Y no sé qué puedo o’ qué debo hacer
para devolverle de nuevo la calma.