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La razón teórica y la razón práctica todo el mundo sabe son terminología kantiana, y, desde entonces, pero también antes, se ha utilizado de muchos modos y de muchas maneras.
En este recorrido que estoy haciendo por el articulismo y columnismo periodístico de opinión, en estos dos siglos y pico –ya he escrito que creo existe un columnismo de opinión en el siglo dieciocho que está esperando ser recuperado de los anaqueles de las hemerotecas, antes que se pierda, y, también he indicado que Larra no es el primero en este género, aunque sea el bisabuelo genial, que antes estaban Fernán González, mujer, Blanco White y otros-.
Pues aprovechamos columnas del pasado y autores del pasado y del presente con una doble intención recordar nombres y recordar columnas concretas. Es una forma de entender y comprender que la historia de nuestra sociedad es larga y larguísima en opiniones, quizás eso es lo que siempre hemos hecho dar opiniones de unos y de otros, en las plazas de los pueblos de unos y de otros desde, al menos, los romanos.
Con esa excusa tropiezo y me encuentro con temas y temáticas, con autores y con columnas. Mi intención nunca ha sido la crítica, por tanto, tampoco lo haré, en y con este texto titulado Claves de la razón práctica (sobre políticos y filósofos), publicada en El País, el día 12 de febrero del 2024, firmado por el maestro de periodistas y de directores de periódicos y de columnista y de escritor, el señor don Juan Luis Cebrián.
En este artículo y columna como es lógico se habla, indirectamente, de las desavenencias y los desencuentros y las razones entre el pensador y filósofo y escritor notable Fernando Savater con su medio de publicación, con y por las zozobras y vericuetos de la política y sociopolítica actual española. Pero nos enfrentamos y confrontamos ahora, a un grave problema y a una grave cuestión, teórica y práctica… Se está diseñando el mapa de la Península Ibérica, que tendrá consecuencias durante décadas próximas. La política es el saber de la aproximación, la política práctica, pero existe una política teórica y una filosofía política y una teoría política y una historia política –y, ramas de ciencias sociales aplicadas a la política-, que es el campo en el que yo más he arado… -aunque apenas redacte textos columnisticos de estos temas hasta ahora-.
No soy capaz de juzgar totalmente la sociopolítica práctica, por la sencilla razón, porque desconozco todas las conversaciones telefónicas –encuentros de enlaces, conversaciones en privado y discretas y secretas, conversaciones que se saben existen- que se estarán produciendo en estos momentos, entre las altas elites sociopolíticas y económicas de mi país y sociedad. Ni tampoco las que se estarán produciendo de España y sus altas elites con los poderes de Europa, y, aún menos con los poderes de Norteamérica. Desconozco todo eso. Y, por tanto, no entiendo bien lo que está sucediendo, y, por eso apenas redacto columnas de opinión de estos temas…
Ya sé, que para muchos articulistas, su función y su finalidad, es indicar, que tal postura de tal presidente de gobierno o de tal jefe máximo de la oposición debe ser esta o la otra. Ya lo sé, de eso y por eso y en eso, decenas de columnistas de opinión de todos los medios viven y medio viven y sobreviven y algunos viven muy bien. Pueden que acierten o desacierten, pero desde luego dan sus veredictos, sus opiniones, sus ideas, expresan algo de sus fuentes y nos indican algo de sus ideologías o de sus fines y de sus intereses –ciertamente muy solapado esto último…-.
Recuerdo en estos años tres cifras, hacia 1.031-1032, es el comienzo oficial, y, en aquella época la Península Ibérica se dividió en siete u ocho reinos de dos confesiones distintas. Y, recuerdo otra cifra, 1640 cuándo España perdió Portugal, y por consecuencia una parte de América, y, recuerdo en estos años que desde ese año no hacemos nada más que perder cada siglo trozos de territorio, y, aumentando siempre la leyenda negra, de una manera o de otra –cosa que es una cosa injusta, quién hizo los primeros hospitales, universidades, catedrales, etc., a los pocos años de llegar a América, qué otro imperio lo hizo… por eso de salvar los cuerpos y salvar las almas, pero por desgracia el cine vino después de que América se emancipara de España y cayera en otras redes…-.
Y una tercera cifra, que va desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón, 1469 que empieza esa unión y ese esplendor de ese y este Reino, lo digo adrede que se extendió por medio mundo, que va desde ese año, 1469 hasta 1640, como antes hemos indicado.
Estas cifras y lo que hay dentro debería ser meditado y ser pensado en estos tiempos y en estas épocas y en estos años. Ninguna región habría llegado a su desarrollo a y en todos los sentidos si no hubiese sido por el conjunto del resto de las regiones. Y, en segundo lugar, mirando el pasado, la unión hace la fuerza, y tercero, los proletarios unidos jamás serán vencidos, y, diez dedos en las dos manos es mejor que siete dedos en dos manos. No olvidemos que la paz social y la riqueza vienen de la armonía entre todas las clases sociales y entre todas las regiones, aprendamos de Confucio que está sosteniendo un nuevo gran imperio mundial. Y, no olvidemos que si miramos los últimos cinco siglos, la situación del Mediterráneo ha sido compleja, y, siempre lo ha sido, ya en los conflictos de Cartago y Roma, y, en los conflictos de Grecia y Persia-Medos.
¡Y, la situación de Europa, y la situación mundial…! ¡No estemos ciegos, ni sordos, ni mancos, ni cojos de la realidad… veamos la realidad, veamos la realidad, miremos al sentido común y la prudencia mirando la historia y la Historia…!
A quién podría yo llamar, para indicarle, tengan sentido común, tengan racionalidad, tengan prudencia, vayan más despacio, no conviertan la Península Ibérica en una nueva Edad Media, con varios reinos-estados-repúblicas… Aprendan del pasado, porque el corazón de los hombres, no cambia, siguen o seguimos con los mismos deseos, pasiones, emociones, pulsiones, egoísmos…
Nadie me llama al teléfono, ni deseo que nadie lo haga, a nadie llamo por teléfono, ni deseo hacerlo. Pero la paz, como nos diría el beato Juan XXIII es el mayor bien sociopolítico, sobre la paz se montan todos los demás bienes, valores, riquezas. Paz y Pan y Pax. Paz(N)X. Aviso a caminantes… Aviso a aviadores… Aviso a nadadores… ¡Aviso que nadie va a oír, ni meditar, ni pensar, ni razonar…!
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Fin artículo 4.147º: «La razón práctica y Juan Luis Cebrián».
