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En cultura, parece que tenemos una actitud y aptitud de derrochones. Nos permitimos ir dejando en el olvido decenas de escritores y creadores de segunda o tercera fila como si nada.
Uno, de esos autores, como autor de novelas y narraciones, de relatos y de relatos con humor y de artículos periodísticos es W. Fernández Flórez, (La Coruña, 1885, Madrid, 1964). Autor de cuarenta libros que publicó, más los que se quedarán en el tintero o en el cajón, -son dos conceptos diferentes-.
A veces, pienso que existe demasiado antagonismo en las posturas ideológicas, literarias, filosóficas, culturales, religiosas, a lo largo de los siglos. El otro día leía, que Murube miembro de la generación del 27, se está renaciendo, pero muy poco a poco. Nos vamos dejando trozos de pasteles y de pan y de buenos cocidos y paellas, ideas y conceptos de escritores, pensadores, autores plásticos, ensayistas, músicos, científicos, filósofos, etc. Porque han laborado sus edificios en provincias, o, porque han sido considerados de tercera fila. España es una máquina de olvidar en cierto sentido a tantos y tantos que intentaron encontrar ideas y verdades y bienes y bondades y algo de belleza –aunque se equivocasen como todos-.
Estoy modestamente, intentando hacer una especie de recordatorio, es imposible terminarlo, porque son cientos, de escritores de artículos periodísticos de opinión en nuestro terruño. Y, es casi un trabajo imposible por la vastedad. Pero en ese empeño estoy. En el caso de Wenceslao Fernández, sugeriría a estudiosos, académicos, investigadores, universitarios y a su propia fundación, que si es posible, que cataloguen e indexen y archiven la cantidad de productos o piezas periodísticas que hizo y que publicó –al menos lo más aproximada posible-.
Creo que si deseamos que el género del articulismo periodístico alcance un mayor valor, el valor que tiene en sí, hay que primero saber, cuántos individuos de una especie biológica existen. Es como el naturalista, primero, saber cuántas especies vivientes existen en un nicho ecológico, después, de cada una, cuántos individuos existen aproximadamente, después las relaciones existentes entre ellos y ellas…
Sugeriría a la Fundación, si no lo toman a mal, con máximo respeto, que en una etiqueta de dicha entidad, pongan, si desean los herederos y expertos unas decenas de artículos, para que así, las personas puedan consultarlo, pueden ser de diversas épocas, para ver la evolución, de diversidad de temas…
Si nos fijamos bien, simplemente el arco de años que le tocó respirar en este planeta, le tocó de una manera u otra, la crisis del 98, las dos guerras mundiales, la guerra incivil española, las dos postguerras la española y la europea, la guerra fría. Es demasiado para unos huesos humanos. Además, es demasiado para un intelectual, porque al final que era Fernández Flórez un intelectual, un ser humano, que entre otras funciones y finalidades en la vida, trabajaba con ideas, percepciones, pensamientos, conceptos, y, algo de todo ello lo escribía –no se le puede exigir a nadie que en todo acierte, ni que en todo esté de acuerdo con las concepciones de usted o las mías-.
Creo que en nuestro terruño, cometemos un grave error, y, lo pagamos siglo tras siglo. Que alguien porque no sea de tu credo, en sentido amplio, no quiere decir, que no diga o escriba o piense alguna o algunas verdades. Alguien puede pensar bien en muchos temas y cuestiones, aunque no estés de acuerdo con ello. Sería absurdo, que alguien porque fuese de otra religión distinta a la tuya, no aceptarás sus descubrimientos en Física, Matemáticas, Biologías, Neurología… Si alguien hiciese eso, nos parecería una persona ilógica e irracional y antiracional, con enormes traumas o complejos internos. Pero si eso mismo se hace en las humanidades, sean ensayos, antropología, literatura, teorías políticas, ya eso lo percibimos como normal…
Creo que nuestra sociedad, necesita más sosiego intelectual y cultural. Creo que los autores/as del pasado y del presente nos deberían ayudar a eso. Se pueden hacer críticas, pero con más mansedumbre, suavidad, dulzura, piedad, misericordia. Se le puede dejar al otro y respetar al otro que también puede tener algo de verdad, que también puede ir con buena voluntad…
¿A qué puerta tendría yo que llamar, para que se hiciese un Archivo Nacional, varios Regionales que vayan recogiendo nombres y producciones periodísticas de miles de articulistas, periodistas, viñetistas, editorialistas, fotógrafos periodísticos, cronistas, entrevistadores, que han existido y han florecido en este Pentágono de Iberia…? ¡A qué puerta habría que llamar para ir haciendo poco a poco, un directorio de articulistas, pongamos el caso, por regiones o a nivel nacional, quizás, los departamentos universitarios de Ciencias de la Comunicación…!
¡Volvamos a leer y releer a W.F.F., Wenceslao Fernández Flórez! ¡Paz y bien…!