Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 18 segundos
Los menores inmigrantes arriban a toda España. La obviedad -necesitada de recordatorio frente a los envenenadores y falsos patriotas- es que cuando los inmigrantes -menores y adultos- llegan a Canarias llegan a España, llegan a toda España. Y hay necesidad imperiosa de distribuir la acogida por el resto del territorio español. Ante ello y descaradamente, el Vox de Abascal amenaza al Partido Popular con la ruptura de los gobiernos autonómicos compartidos si acepta el reparto. Y venenosamente, el Junts de Puigdemont solamente apoya el reparto si no llega a Catalunya. Lo más reaccionario les une íntimamente. Como les une a Trump en sus ataques a la inmigración ilegal, y sus servidores europeos, el Reagrupamiento Nacional de Le Pen en Francia, y el presidente Viktor Orbán en Hungría.
Canarias es territorio español
En un año, más de 30.000 personas han llegado al archipiélago. Solo en el mes de enero, El Hierro, la isla más pequeña del archipiélago ha visto desembarcar en sus costas nada menos que 4.000 migrantes. De los llegados en pateras y cayucos o rescatados en el mar, 2.758 son menores -un promedio de 15 diarios- y casi la mitad de ellos a través de El Hierro (1.245, el 45%).
Globalmente, los menores llegados en estos seis meses a las islas representan el 14,3% de todos inmigrantes arribados en lo que va de año (19.165). Hace tiempo que Canarias está desbordada por la llegada de inmigrantes, pero dramáticamente de menores inmigrantes no acompañados. Las previsiones del Ministerio del Interior son que llegarán otros 10.000 jóvenes menores de edad en los próximos meses. Los 80 centros habilitados en el Archipiélago (a principio de año eran 30) no pueden dar cabida a ese número.
El Gobierno -como obligación constitucional de cualquier gobierno, gobierne quien gobierne nuestro país- ha tomado la decisión -imprescindible y también solicitada por el gobierno canario- de trasladar a parte de los menores inmigrantes, llegados a las islas, a distintos emplazamientos de la península.
Puigdemont y Abascal ahora -e Isabel Díaz Ayuso hace poco con falsos argumentos como que son un problema de seguridad nacional- rechazan a los menores inmigrantes y Vox habla de una “invasión migratoria”.
(Vox -falsos patriotas- también está atrapado por los usos extranjeros de las palabras. ¿Sabrá que hablar de migrantes confunde a los emigrantes españoles, que se van y que vuelven a nuestro país, con los inmigrantes que salen de su país y llegan al nuestro? Confunde trayectorias vitales de distinto origen).
Cuando la respuesta viene de tu cercanía política
Nada mejor que una cucharada de tu propia medicina. El vicepresidente del Gobierno de Canarias y presidente del PP en Canarias, Manuel Domínguez, ha criticado que se compare a los inmigrantes con “fardos” y “animales”. Incluso invitó a esos acusadores a visitar Canarias para ver en qué condiciones llegan los inmigrantes. “Porque si tenemos un poco, solo un poquito de empatía… si alguien viniese a ver cómo desembarcan esas personas dejaría de usar ese tipo de calificativos”.
Menores inmigrantes, futuros trabajadores
No sólo en el presente, sino en el futuro, necesitamos a los inmigrantes. Sin embargo, la demagogia de la ultraderecha -descarada o disfrazada- de atacar a la inmigración esconde la realidad de que la misma sucursal extranjera de bancos y fondos financieros -el Banco de España- estima que nuestro país necesitará casi 25 millones de inmigrantes en 2053 para cubrir las necesidades laborales.
Actualmente, los inmigrantes trabajan en un porcentaje del 70%. Una tasa de empleo mucho más alta que los nacidos en España, que sólo fue de un 56,5%. Y en estos últimos años han contribuido significativamente a cubrir muchos trabajos necesitados -pero al ser el 80% personas que no poseen estudios universitarios- más del 70% trabajan en el servicio doméstico, la construcción, el comercio y la hostelería, en trabajos baja cualificación profesional.
Como contraste, los nacidos en España sólo ocupan el 29% de los empleos de baja cualificación en 2023. Y en el proceso inverso a ser inmigrante, entre los españoles que emigran un 60% del total en 2022 tienen estudios universitarios.
Porque la urdimbre que une nuestro país
es “la viejísima y compleja sustancia de España”, como dijo Lorca.
Eduardo Madroñal Pedraza