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Cada día, nos llegan docenas, centenas de datos o supuestos datos, hechos o supuestos hechos, interpretaciones o supuestas interpretaciones, y, no sabes cual es verdad.
El problema de la verdad, y la demostración de la verdad, es el problema eterno del ser humano. El problema del dato, si ese dato o noticia es verdad, cuánto de verdad es, y, cómo es la interpretación de ese dato y esa verdad, qué argumentación de verdad o no verdad dispone. Y, cuánto tanto por ciento de verdad y no verdad.
Esto es enormemente complejo y al mismo tiempo, sencillo y simple. Ocurre un hecho equis, y, ese hecho equis, está formado por diversas datos o variables o características, y, por tanto, ese hecho-dato con diversidad de variables-características hay que interpretarlo-razonarlo-valorarlo, si es verdad o si no es verdad. Primero si es verdad el hecho, si es verdad los datos-noticias-variables que se nos indican. Tercero, si es verdad las argumentaciones-razones-causas-consecuencias que se nos indican…
Esta es la complejidad de cualquier hecho o realidad o ente o ente-real. Y, en ese movimiento nos movemos y removemos y conmovemos. Así, hemos ido haciendo la historia e Historia, así nos ha ido haciendo la historia y la Historia…
Pero ocurre en un hecho, si quieren considérenlo bajo la realidad de cosa o de rex o de ente o de dato, se plantea otro problema, cuánto el saber ortodoxo humano conoce, porque de los agujeros negros solo tenemos un conocimiento limitado. Segundo, de ese hecho, digamos más inmanente a nosotros, una realidad equis o zeta que exista, cuánto de ese hecho conocemos, cuántos datos-variables-causas. Tercero, como se relacionan entre sí, esos datos o variables, en definitiva, cuarto, como se argumentan…
Esto se complica aún más, porque tanto lo real-hecho-ente y sus variables-características se expanden por una serie de circuitos culturales, puede ser el lenguaje oral, o el lenguaje escrito o visual o auditivo, puede ser en forma de libro, discurso, conferencia, entrevista, etc., y, puede ser también en distinto formato: papel, televisión, radio, viva voz entre dos personas, etc.
La realidad, es que si nos percatamos, se van combinando y mezclando el chocolate con leche con galletas en distintos tipos de utensilios-tazas. Se llega a momentos, que el hecho-realidad, y los datos-variables, y, las interpretaciones-explicaciones, y, cómo se difunde medios-instrumentos, se van mezclando, y, opino modestamente, que sus perfiles se mezclan y se combinan y se recombinan y reconducen y varían ilimitadamente… Vean la portada de diez periódicos –por no entrar en radio o televisión o Webs- de un mismo «hecho-ente-cosa-dato-acontecimiento», véanlo y verán y percibirán los matices diferentes y diferenciados –y, eso si permiten libertad de escritura-.
De ahí, que la historia y la Historia muestra y demuestra hasta la saciedad, dos principios, que en cierto modo se contradicen: por un lado, se indica sin datos o documento o archivo no se puede inducir o deducir que un hecho fuese realidad. Segundo, al mismo tiempo ese supuesto hecho, no solo tiene que tener una fuente o datos o documento de información, sino varios que se deben contrastar…
Pero se llega a una tercera realidad, que todos los historiadores, y, cualquiera que se fije en la realidad lo sabe: los archivos y documentos y las realidades sociales e históricas que suceden, no se expresan muchas por escrito, no queda documento, solo conversaciones privadas, en mayor o menor grado, y, además se pierden, se destruyen, se deterioran, se manipulan, se van cambiando las realidades concretas. Y, así sucede, que de lo presente, digamos estos últimos cinco décadas, sucedieron realidades que a medias conocemos y a medias interpretamos. Aquello de Cunqueiro, si quieres conocer algo de la historia, tiene que ser de algo que sucedió hace tres siglos…
La realidad y la cosa y los entes y lo que sucede es como un juicio jurídico, se presentan unos hechos y unas interpretaciones y unos testigos. Pero puede suceder, que otros testigos que vieron el hecho, no se les llame al juicio. Puede ser que los testigos, cambien o camuflen, con buena o mediana buena voluntad los hechos que vieron o percibieron o sufrieron. Puede ser que unos y otros, se hayan fijado en algunas variables del hecho y no en otras. Y, al final, está el juez, que con la buena legalidad y con su buena intención y su buena inteligencia y su buena voluntad, intenta fijar «un hecho o una realidad», y, unas «causas o agentes que actuaron en esa realidad», y, al final, «unas interrelaciones entre variables y causas causantes», y, por tanto un «veredicto sentencia».
Al final y al principio, y, al principio y al final, te llegan mil informaciones al día y cada dia. Y, no sabes cuánto grado de realidad tienen, cuánta verdad llevan, cuánto se dice y cuánto no se dice, cuánto se tapa, otras informaciones y realidades y causas y hechos y datos, que nunca se dicen y se tapan y se olvidan. Al final, la gran pregunta de la historia y de la Historia, cuánto se sabe de la historia, cuánto se sabe de la Historia.
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