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- Desde el inicio del año, “28 de nuestras personas voluntarias y empleadas han perdido la vida mientras cumplían con sus deberes humanitarios”, denuncia Julia Pastor, directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española.
- En 2023, 82 países sufrieron una grave crisis humanitaria. Y más de 300 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en todo el mundo por no tener acceso a derechos básicos como alimentación, vivienda, protección o asistencia sanitaria.
- A lo largo de 2023, Cruz Roja Española ha conseguido llegar a 7.307.317 personas, 487.790 más que al año anterior.
En los últimos años estamos presenciando un aumento significativo de crisis humanitarias globales que están generando situaciones de violencia sin precedentes. Esta constante está suponiendo un enorme desafío para el trabajo humanitario a la hora de acceder y poder brindar asistencia y protección a las personas afectadas. El 19 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, una jornada clave para hacer un llamamiento urgente a Proteger la humanidad y para recordar la necesidad de garantizar el acceso seguro del personal humanitario.
Más de 300 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en todo el mundo por no tener acceso a derechos básicos como alimentación, vivienda, protección o asistencia sanitaria. En 2023, 82 países sufrieron una grave crisis humanitaria. Una lamentable tendencia en este sentido es que “la población civil es cada vez más parte de los conflictos, y los bandos armados la toman como víctima directa de sus ataques y, por tanto, se ve inmiscuida en el conflicto, aunque no lo quiera”, explica Daniel Rosselló, delegado de Cruz Roja Española en Palestina. Lo que hace que, en consecuencia, el propio trabajo humanitario se vea afectado. “En algunos contextos de conflicto, la ayuda humanitaria puede ser instrumentalizada, lo que puede afectar a su propósito original de brindar apoyo a quienes lo necesitan”, añade Daniel Rosselló.
En este contexto, “el personal humanitario –personas que ayudan a otras personas– afronta un aumento en ataques o violencia cada vez mayor. Esto debe parar. El personal humanitario, incluyendo a personas voluntarias, deben estar protegidos”, advierte Julia Pastor, directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española. “Como líderes de la red humanitaria más grande del mundo, –continúa Julia Pastor–reconocemos que hemos llegado a un punto crítico en el que debemos exigir la seguridad y protección de nuestro personal voluntario y trabajadores. Una sola vida perdida es demasiado. Y, sin embargo, desde el inicio del año, 28 de nuestras personas voluntarias y empleadas han perdido la vida mientras cumplían con sus deberes humanitarios. En un período tan corto, este es uno de los niveles más altos de violencia a nivel global contra los equipos de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja que hemos visto en los últimos años”.
Desde los ataques del 7 de octubre y la escalada del conflicto, personal sanitario, así como conductores/as de ambulancias, han perdido la vida en Israel y Gaza mientras portaban emblemas que están protegidos internacionalmente. Seis miembros de Magen David Adom de Israel han perdido la vida, al igual que 21 miembros de la Media Luna Roja Palestina. En Sudán, el conflicto ha durado más de un año, destruyendo comunidades y desplazando a millones de personas. En medio de esta crisis, han fallecido siete personas voluntarias y empleadas de la Media Luna Roja Sudanesa, en una situación donde millones de personas sufren violencia, hambruna y disrupción de sus vidas diarias.
El mensaje de Cruz Roja Española es contundente: “La violencia contra los trabajadores humanitarios debe detenerse de manera urgente. Este es un momento crucial para que se respete el acceso seguro del personal humanitario para asegurar la prestación de asistencia humanitaria y la protección de todas las personas que se ven afectadas por una crisis”, explica Julia Pastor.
De ahí que este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria debe servir para defender que el personal humanitario no es un objetivo, sino que, acorde a los Principios Fundamental del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y bajo el Derecho Internacional Humanitario, pretende prevenir y aliviar el sufrimiento de todas las personas, sin distinción, en todas las circunstancias como eje de central de sus acciones.
Los compromisos de Cruz Roja Española ante crisis humanitarias
Para Cruz Roja, como la red humanitaria más grande del mundo, el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria es un momento importante para poner en valor el Principio de Humanidad y la necesidad de responder de manera urgente a los desafíos humanitarios y las necesidades de todas las personas afectadas por una crisis humanitaria.
Desde Cruz Roja Española se trabaja día a día en prevenir y aliviar el sufrimiento de las personas en todas las circunstancias como eje central de sus acciones. Concretamente, la Organización Humanitaria ha colaborado con las diferentes Sociedades Nacionales para que puedan salvar vidas, ha acompañado a las personas a liderar sus vidas de una forma digna, segura y con oportunidades de prosperar, así como a las comunidades en su capacidad de acción para transformar. “A lo largo de 2023, Cruz Roja Española ha conseguido llegar a un mayor número de personas que en periodos anteriores. En concreto a 7.307.317 personas (487.790 más que al año anterior)”, detalla la directora de Cooperación Internacional de la organización.
En el ámbito de la asistencia humanitaria, el apoyo concreto de Cruz Roja Española se centra en la respuesta a las personas afectadas por grandes crisis humanitarias como los conflictos en Ucrania, la Franja de Gaza y Sudán; las crisis migratorias en Centroamérica y Darién o la grave situación de inseguridad alimentaria en varios países de África. Además, colabora desde hace muchos años en la respuesta a emergencias por desastres naturales como inundaciones (Tanzania, Kenia y Brasil), epidemias cómo cólera (Zimbawe) y desplazamiento forzoso de personas (República Democrática de Congo).
Entre los meses de enero y agosto de 2024, “Cruz Roja Española ha desplegado a 87 delegados/as (52% mujeres y 48% hombres) de los/as cuales en torno al 54% han sido desplegados/as en África, 31% en América, 13% en Europa y 10% en Asia y Oriente medio. Nuestra acción de cooperación internacional se desarrolla en 43 países en todo el mundo y contamos con delegaciones en 27 países, desde las que apoyamos a las Sociedades Nacionales en la respuesta a crisis humanitarias emergentes, crónicas y olvidadas, promoviendo además la mejora de capacidades en preparación y respuesta a desastres”, comenta Julia Pastor, que añade: “En el marco de las últimas grandes emergencias y crisis humanitarias que han requerido el envío de materiales de ayuda humanitarias, como los terremotos de Siria – Turquía, los conflictos en Gaza y Sudán o el huracán Beryl, –de categoría 5, que afectó partes del Caribe, la Península de Yucatán y la costa del golfo de Estados Unidos a finales de junio y principios del mes de julio– se han enviado cerca de 300 toneladas de materiales de primera necesidad que buscan responder a las necesidades humanitarias inmediatas y urgentes de la población afectada”.
Independientemente del contexto actual y del devenir del mundo, las necesidades que atiende Cruz Roja Española son atemporales, múltiples y enfocadas a las necesidades de las personas afectadas. Garantizar el acceso a agua segura e higiene, a una salud básica o a una ayuda humanitaria básica (como a alimentación, alojamiento o ropa) es crucial, pero también lo es reparar en otros aspectos como el empleo. La respuesta de Cruz Roja es holística; el fin último es que todas las personas cuenten con la capacidad para liderar vidas seguras, sanas, dignas y con oportunidades de prosperar.
La innovación en la respuesta humanitaria
“Nos encontramos en un mundo polarizado, pero las crisis se han vuelto más complejas en los últimos años. Eso conlleva un mayor número de necesidades humanitarias y un mayor número de personas vulnerables. En 2021, había 235 millones de personas vulnerables; en 2022, 700 millones. El aumento es brutal”, asegura Gabriela Perullo, responsable de relaciones con el Movimiento y cooperación técnica en el área de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española.
Con este mundo cambiante y más en un contexto de crisis humanitaria, se observa la necesidad de apostar por una actuación más enfocada y en este sentido, la innovación ha de entrar en juego. “Hay aplicaciones o herramientas que permiten un muy buen manejo de los datos para trabajar de forma más eficiente y útil a la hora de intervenir y atajar las necesidades de las personas”, especifica Gabriela Perullo.
La incorporación de innovación en proyectos implica avance y crecimiento, pero al mismo tiempo, unos desafíos por cumplir. Los datos, precisamente, centran el trabajo de Lucía Martínez, parte del equipo de gestión de la información dentro de la unidad de emergencias de Cruz Roja Española. “Primero, recabamos datos (de fuentes primarias, secundarias, entorno, beneficiarios, organizaciones gubernamentales…); con estos datos tenemos una visión real y actualizada de la situación”.
Trabajo humanitario, una intención clara
A pesar de estos avances y puntos de vista alentadores, la reducción del espacio humanitario y la falta de cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario afecta directamente a la situación de las personas afectadas por una crisis, así como al propio personal humanitario que ve comprometida su situación de seguridad y limitada su capacidad de respuesta.
En este contexto, las acciones de Diplomacia Humanitaria constituyen una poderosa herramienta para influir y facilitar que tanto las partes implicadas en un conflicto, como los responsables de tomar decisiones como los líderes de opinión y la propia ciudadanía, actúen en todo momento desde el respeto y la protección de las personas afectadas por una crisis humanitaria.
La labor humanitaria tiene la firme intención de aliviar el sufrimiento y asistir de forma integral a las personas afectadas y siempre con Los Principios Humanitarios como faro. Esta labor es posible gracias a la dedicación del personal humanitario y la red de más de 16 millones personas voluntarias en todo el mundo que protegen y cambian la vida de las personas antes, durante y después de una crisis humanitaria. Por ello, cuidar, proteger y recordar que el trabajo humanitario no entiende de bandos, sino únicamente de personas, será la vía para seguir sumando.