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La institución provincial distingue a las personas y organizaciones relacionadas con la provincia de Málaga que a nivel individual o colectivo hayan contribuido de manera relevante a la promoción de la Solidaridad Internacional y los Derechos Humanos
Virginia Alfaro ha liderado proyectos en Honduras, Mozambique y Angola para la protección de la infancia, la mujer, la promoción de la juventud, entre otras misiones
El presidente de la Diputación, Francisco Salado, ha destacado «la solidaridad como «algo muy arraigado en la provincia de Málaga», y «el potente tejido asociativo que ayuda a las administraciones públicas a solucionar problemas a los que nosotros no podemos llegar»
(Prensa Diputación) La Diputación de Málaga hace entrega un año más de su Premio Provincial de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos, que ha recaído en esta ocasión en Virginia Alfaro Calvo, de la Asociación Misevi, que siendo muy joven y después de una experiencia en Honduras, decide llevar su vida como misionera laica dentro del carisma Vicenciano.
En el acto se ha contado con la presencia de representantes de los grupos políticos de la Diputación María Isabel Ruiz Burgos (PSOE), Antonio José Luna (Vox) y Juan Márquez (Con Málaga), así como de Mar Torres, concejala del Ayuntamiento de Málaga del distrito Palma-Palmilla, como parte del jurado. También ha asistido la alcaldesa de Fuengirola, Ana Mula. Salado ha agradecido a todos aquellos que han presentado sus candidaturas como es el caso de la Asociación Cooperación Vicenciana para el Desarrollo-Acción Misionera Vicenciana de España, que propuso a Virginia Alfaro para este premio.
El presidente de la Diputación, Francisco Salado, ha destacado «la solidaridad» como «algo muy arraigado en la provincia de Málaga», siendo «fruto de ello el potente tejido asociativo que ayuda a las administraciones públicas a solucionar problemas a los que nosotros no podemos llegar».
Asimismo, ha hecho entrega del cheque de 10.000 euros a esta vecina de Fuengirola que desde muy joven encontró su vocación en servir a los más desfavorecidos. Tras pasar por Honduras maduró la idea de llevar este estilo de vida de apostar por el cambio sistémico junto a los pobres.
Virginia nació en 1968, estudió en un colegio de las Hijas de la Caridad y participó de JMV, grupo juvenil Vivenciano, lo que le proporcionó experiencias de encuentro con diferentes realidades sociales, despertando su ilusión misionera. Estudió Educación Especial y Tratamiento Comunitario de Base, así como Doctrina Social de la Iglesia.
Actualmente es miembro del equipo coordinador de Misevi España (Misionerios, Seglares, Vicentinos), una organización no gubernamental para el desarrollo que siendo laicos, orientan sus labores hacia la promoción humana y espiritual de las personas, la lucha contra la pobreza y el compromiso activo con los contextos de exclusión social que se producen en los países y entornos donde la asociación esté presente.
Desde 1990 ha viajado a Honduras, Mozambique y Angola. En Honduras (1990-2008) ha sido directora de un programa socio educativo con menores en exclusión social titulado ‘Amigos para siempre’, y ha participado en redes municipales de protección a la infancia. Asimismo, ha coordinado la pastoral Educativa Diocesana y de la Penitenciaria Diocesana; así como ha sido secretaria de la Pastoral Penitenciaria Nacional y colaboradora en Radio Luz, radio diocesana.
En Mozambique, concretamente en Nacala, de 2008 a 2015, ha coordinado el centro de formación de líderes Federico Ozanam, ha coordinado el programa de cursos de formación profesional de la Escuela Secundaria Santa María y ha colaborado en la gestión de la escuela primaria Cristo e Vida donde da inicio al proyecto de atención a niños con necesidades especiales y en la alfabetización de adultos. Asimismo, ha sido coordinadora de la emisora católica de la Diócesis de Nacala, Radio Watana y coordinadora diocesana de Justicia y Paz.
En Lobito, Angola, desde 2016 y hasta la fecha, ha participado en la pastoral parroquial, específicamente con Cáritas, Catequesis infantil y promoción de la mujer.
Asimismo, coordina el programa de intervención comunitaria con foco en la primera infancia y mujer Omola Wasandjuka, que pretende reducir la exclusión social, promoviendo los derechos básicos como la salud y educación. También es coordinadora del centro de formación de líderes juveniles Ondjango Yapongoli, una iniciativa de Misevi (Misionerios, Seglares, Vicentinos) que pretende dinamizar redes de recursos entre la población juvenil favoreciendo la formación de líderes jóvenes que posibilite un cambio en estructuras sociales.
La premiada ha agradecido el premio a la Diputación de Málaga. «La cooperación internacional solo es posible cuando se cuenta con una red de apoyo» ha afirmado. «El premio hará mucho bien en Angola, en la ciudad de Lobito, Benguela (Angola)», ha precisado.
Gardonados en ediciones anteriores
Entre los premiados de otras ediciones se encuentran la entidad social Brazadas Solidarias, vinculada a la Fundación Vicente Ferrer (2022), por sensibilizar a la sociedad y recaudar fondos para luchar contra la exclusión social, a través de la organización de eventos deportivos; la Organización No Gubernamental para el Desarrollo malagueña Pozos sin Fronteras (2021), por su labor en hacer accesible el agua potable y la implementación de infraestructuras agrarias como base para sustentar el desarrollo de territorios desfavorecidos en América del Sur y África; Manos Unidas (2020), por su labor desde hace más de 60 años en países de América, Asia y África, donde desarrolla proyectos de lucha contra el hambre y el subdesarrollo y para erradicar las causas estructurales que los producen.