Artículo Periodístico 4.441º: «La gloria y el éxito y Mariano José Larra»

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Los humanos siempre buscan, con todos los matices que se quieran la gloria, el honor, el éxito, la dignidad y el triunfo. Se mezclan todas estas realidades materiales y mentales.

Somos una de las cinco especies pertenecientes actuales de primates, las otras son el chimpancé, el bonobo, el gorila, el orangután y nosotros. Nosotros somos conscientes que somos herederos de una larga evolución de cientos de milenios. Para llegar hasta aquí, hemos recorrido muchos viajes y muchas especies intermedias o terminadas.

Hasta dónde sabemos todas las otras cuatro especies de primates, que pertenecen a  nuestra familia, denominada primates, todas tienen una escala social. Por supuesto más rígida que la nuestra. Pero me temo y pienso que esa diferenciación social existente, se debe y se basa en fundamentos genéticos y biológicos. A veces, pienso que la humanización y la humanidad es el camino de que esas diferencias biológicas sean en lo social menos predominantes…

Esa diferencia de la alta nobleza de hace tres siglos, era clara y evidente, dicen que en El Escorial, la iglesia o basílica o templo de El Escorial, cuándo Felipe II, asistía a Misa, todas las clases sociales, estaban unas detrás de otra, según la alta nobleza o mediana nobleza o baja nobleza, y, al final el pueblo. Ahora, esas distinciones tan grandes y graves no se producen. Pero la alta nobleza actual con base en la economía y las finanzas y en la gran industria quizás, exista más diferencias, de ellos, con nosotros, el pueblo… Pero evidentemente, no en las iglesias, si es que todavía asisten a sus cultos, o solo participan en algunas…

En fin, entre los cambios que han sucedido, es que la vestimenta se ha simplificado, de los miles de cambios que se han producido en estos tres siglos, desde 1750, la revolución industrial, uno, ha sido el vestido que se ha simplificado y sintetizado, e, incluso secularizado y empoblecido –de pueblo, me permiten este neologismo-, salvo en las bodas y acontecimientos semejantes…

Los humanos seguimos buscando la gloria y lo que lleva consigo, unos con más humildad y modestia y, otros con más soberbia y vanidad. Porque la gloria y el éxito se besan, y, con ellos vienen aparejadas cuestiones sociales, económicas, culturales, afectivas. Y, unos buscan la gloria en los negocios y otros en la cultura, aquellos en las artes, o en los sistemas educativos, hasta hace poco, muchos buscaban en las escaleras de la religión, y, en cualquier cosa, en castellano se indica un refrán duro y reduro: «todos quieren ser cabeza de ratón y no cola de león…».

Creo que como en todo hay que moderar ese deseo de gloria y notoriedad. Creo, que el ideal sería que cada uno, en su oficio y su profesión, si es legal y moral, fuese lo más alto posible, para servirse de ella correctamente, y, con su oficio servir a los demás. Pero después, en su vida normal y rutinaria, ser una persona humilde o modesta, que puede ser extrovertida o introvertida… pero modesta y humilde. Creo que este es el ideal. Diríamos alcanzar la perfección moral y espiritual con y en la vida rutinaria y diaria, de cada uno, en su familia, en su trabajo, en su ciudad, en y en… Vivir con suficiencia y en suficiencia en todos los aspectos buenos y verdaderos y posibles de la vida…

Pero hoy, son malos tiempos, para percibir y valorar a las personas humildes y modestas, aunque sean egregios y notables en sus oficios y profesiones. Hoy, quizás, no existan esas diferencias en la calle, entre la nobleza económica y el pueblo, pero hoy, se lucha con uñas y dientes, para ocupar el puesto. Hoy y ahora, se llama la competencia, y, se produce en todos los niveles. Hay que ser pueblo y estar con el pueblo y vivir con el pueblo, para darse cuenta, que se les ha metido hasta los tuétanos, lo que llaman la competencia y la competitividad, se pelea por cualquier cosa, para flotar como el aceite…

En muchos sentidos, el nivel moral se ha reducido mucho, y, por tanto, no existen las cortapisas que en otros siglos existían, al menos, creían que toda persona tenia alma inmortal, creada por Dios, y, nadie era más que nadie, en eso, ni siquiera Felipe II era más que el hombre más humilde de su imperio y de su reino… porque ambos tenían alma inmortal, creada y criada por el Buen Dios. Pero ahora se ha olvidado en muchos corazones esta convicción…

Nos hemos encontrado con un artículo, del maestro Larra, publicado en La Revista Española, el 02 de abril de 1833, titulado: Don Cándido Buenafé, o el camino de la gloria. En siglos pasados, la gloria era más fácil de percibir y de ver, porque existían menos campos: el terreno de lo religioso, de lo militar, de la nobleza, de las tierras, de la enseñanza-educación, de los negocios… pero ahora los terrenos de la gloria y del éxito, son los mismos, pero aún se han abierto a más campos…

Bueno, sería además de alcanzar gloria terrena, con honor y dignidad y humanidad y legalidad y moralidad. Además de alcanzar esa gloria, también nos acordáramos de ser personas, suficientemente morales y bondadosas. Porque la gloria de la buena moral es necesaria para que el corazón marche bien, en sus sístoles y diástoles… Hoy, olvidamos mucho la gloria de la paz y de la bondad interior. Que es una meta a alcanzar también, además de la última marca del TESLA, y, de las últimas vacaciones a las Islas Mauricio… ¡Hasta pronto, maestro del articulismo, señor Larra, misterio de la historia, alguien formado en Francia, se considera uno de los diez mayores articulistas  hispánicos…!

http://youtube.com/jmmcaminero      © jmm caminero (16-22 septiembre 2024 cr).
Fin artículo 4.441º: «La gloria y el éxito y Mariano José Larra».