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Los ciudadanos de Gran Canaria llevan meses consternados. Pese a que la isla es una zona de fiestas y ocio nocturno donde se dan cita muchísimas personas de gran poder adquisitivo a lo largo del año, nada hacía pensar que no se tratara de una forma de ocio legal y legítima.
Sin embargo, ahora todo esto está en tela de juicio. Así ha sido desde que comenzaron las informaciones del llamado caso 18 lovas, un entramado en el que, supuestamente, se captaba a mujeres y a menores para acompañar a poderosos empresarios a fiestas y, según ha desvelado la policía, se les forzaba a tener sexo con ellos.
En estos momentos, el caso está en manos del Juzgado de Instrucción Número 2 de las Palmas de Gran Canaria. Desde esa sede, el juez encargado de evaluar los hechos ya ha emitido varios informes en los que habla de prácticas delictivas ante las que las personas procesadas tendrán que responder.
Hasta el momento, el caso 18 lovas se ha saldado con la imputación de seis personas por diversos delitos. Entre ellos, se encuentran cargos graves como el de prostitución de menores, agresión sexual y trato degradante.
Los hechos se remontan casi una década
Los primeros indicios del caso 18 lovas se remontan a los años 2015 y 2016. En esa época, la Agencia de modelos 18 lovas trabajaba captando a modelos y azafatas para diversos eventos que se celebraban por toda la isla.
Sin embargo, esta parecía ser solo la tapadera del verdadero negocio: una vez contactadas y comprometidas, las chicas eran obligadas a acudir a fiestas como prostitutas. Allí, debían mantener relaciones íntimas con diferentes personas sin poder negarse a ello.
Así lo atestiguan algunos de los testimonios que han ido apareciendo después de la denuncia de una madre que encontró esta información en el diario de su hija y lo denunció a la policía. Tras ello, los agentes comenzaron a investigar y certificaron que los hechos contados por la adolescente podrían ser reales y, además, darse de manera repetida y con varias mujeres y niñas.
En la investigación, que no se encuentra exenta de polémica, incluso se hace mención a que una de las menores podría haber resultado embarazada tras acudir a alguna de las fiestas, que generalmente se celebraban en mansiones privadas o yates.
Inconsistencia en las declaraciones
Para añadir aún más perplejidad e indignación al caso, en los últimos meses la instrucción ha identificado una serie de inconsistencias en las declaraciones de las víctimas, que podrían poner en riesgo el resto de la investigación.
Uno de los problemas que más han resonado entre la sociedad de Gran Canaria es el hecho de que una de las supuestas víctimas habría podido mentir sobre su edad, no siendo menor en el momento de los hechos.
Debido a ello, el clamor popular es que el juez vaya hasta el final de todo en este caso y pueda esclarecer qué pasó en el caso 18 lovas cuando la agencia cerraba las puertas de cara al público general y ofrecía sus servicios a los supuestos abusadores.
El objetivo, dicen los vecinos, es que se pueda resarcir a las víctimas tal y como se merecen y que se castigue a los culpables de tales hechos.