El Pinar estrena mobiliario exterior fabricado con plástico reciclado procedente de contenedores amarillos de cercanía

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Las mesas y sillas emplazadas en los patios del centro durante este arranque de curso académico 24/25 son el resultado del proceso de reciclado de más de 750 kilogramos de botellas, envases y otros productos de desecho manufacturados por la empresa ‘SOLTECO’, especializada en la fabricación de este tipo de materiales, con acreditación y certificación de ‘NIVEL 1 de final de obra y trazabilidad con objetivo de logro medioambiental’

Departamento de Prensa Colegio El PInar.- La Educación, más allá de la realidad formativa que contemplan los planes curriculares y su desarrollo lectivo, puede ser también uno de los principales frentes de batalla desde los que acometer los retos a los que se enfrenta esta sociedad. Uno de los más acuciantes es, sin duda, el desarrollo sostenible. Los recursos naturales del planeta son limitados y preservarlos ya no es una opción. Por este motivo; cada pequeño acto, cada acción, por limitada que parezca, cuenta. La última iniciativa emprendida desde el área de infraestructuras y servicios complementarios de El Pinar es uno de esos gestos que suma, no sólo por lo simbólico, si no también porque aporta un plus en la carrera global hacia este objetivo.

Más de 750 kilos de botellas, envases y otros productos plásticos apilados en decenas de contenedores amarillos de ciudades y pueblos de la geografía andaluza han terminado en los patios y zonas comunes de la institución académica de Alhaurín de la Torre en este arranque de curso. No son fáciles de identificar porque no se ven como una montaña de desechos depositada en la pista central o en los márgenes de los pasillos. La magia del reciclaje y un proceso de manufactura acreditado por la normativa medioambiental de la empresa fabricante, especializada en economía circular, los ha convertido en mesas y sillas que, además, han dado una nueva vida a los espacios exteriores que ahora los alojan.

Los más de 1.350 alumnos y alumnas de los distintos niveles de enseñanzas; así como el resto de miembros de la comunidad educativa, cuentan desde hace dos semanas con un varios ‘sets’ de sillas y mesas que son el ejemplo perfecto de esa segunda oportunidad que se les puede proporcionar a los productos de desecho que ya nadie quiere en casa.

Según detalla la empresa Solteco, encargada de la fabricación del mobiliario, se trata de cientos de kilos de plástico “de fracción resto y fracción rechazo procedentes de Andalucía. Para contextualizar, el plástico de rechazo es aquel plástico procedente de los contenedores de residuos sólidos urbanos (RSU) o industria y que no tiene un circuito específico de reciclaje”.

RESPETO AL MEDIO AMBIENTE

El proceso de manufactura es también respetuoso con el medio ambiente, ya que se lleva a cabo mediante una aplicación controlada de calor que funde el plástico sin quemarlo, creando una masa compacta y homogénea, sin pasar por un proceso de lavado y, por lo tanto, sin generar lixiviados que perjudiquen el ecosistema, según detallan las mismas fuentes, que añaden que “una vez elaborada la masa, libre de humedad, impurezas y restos de otros impropios, creamos la perfilería que sirve como material principal de nuestro mobiliario”. Finalmente; y no menos importante; este mobiliario está alineado con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y la agenda 2030 en su Objetivo 12: ‘Producción y consumo responsables, y conectado con los valores a transmitir por los nuevos modelos de enseñanza que apuestan por la economía circular como protagonista de una transformación social basada en la sostenibilidad’.

Esta iniciativa conecta con un programa de acción más amplio que tiene lugar en el marco del centro y que se enfoca en los desafíos que plantea el ecosistema. Su desarrollo tiene lugar a través de iniciativas ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos), de aprendizaje multidisciplinar, con trabajos de innovación didáctica basados en la sostenibilidad y el respeto al Medio Ambiente. El equipo docente utiliza estos proyectos para introducir temas que son auténticos retos medioambientales como parte de un sistema de coeducación que apuntala la transmisión de los objetivos curriculares reglados. Algunas de estas líneas de acción están conectadas de igual manera con la economía circular, la concienciación en el uso de los recursos naturales, el reciclaje o los hábitos de vida saludables.