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El próximo sábado 16 de noviembre, el Teatro Antonio Gala de Alhaurín el Grande acogerá la representación de la exitosa comedia «Dos hombres solos, sin punto com… ni ná», protagonizada por Manolo Medina y David Caballero. La obra, que celebra su 25 aniversario, se ha convertido en la comedia más longeva de España, superando el millón de espectadores y conquistando escenarios tanto en España como en México. Las entradas están disponibles en Giglon. En esta entrevista, Manolo Medina nos cuenta cómo ha sido este increíble viaje humorístico que sigue arrancando carcajadas tras casi 26 años de éxito ininterrumpido.
Revista Lugar de Encuentro: 25 años celebrando el éxito de «Dos hombres solos, sin punto com… ni ná». ¿Qué se siente al saber que esta comedia se ha convertido en la más longeva de España?
Manolo Medina: Creo que lo mejor es seguir adelante sin preguntarte el porqué. El 15 de noviembre del presente cumplimos 26 años y lo único que te puedo decir es que se está cumpliendo lo que yo creo que es mi misión en esta tierra que es hacer reír a cuanto más gente mejor. No ha sido nada fácil, pero se ha conseguido.
«Se está cumpliendo lo que yo creo que es mi misión en esta tierra que es hacer reír a cuanto más gente mejor»
Esta comedia ha conseguido pasar de generación en generación y qué bonito es ver como ahora vienen a vernos muchos jóvenes alentados y animados por sus padres a que compren una localidad y se sienten a reírse como nunca .
RLE: ¿Qué recuerdas de esa primera actuación en el pub «La Guarida del Ángel»? ¿Imaginabas en aquel momento que estarías celebrando 25 años sobre los escenarios?
M.M.: Yo aquello lo hice como un favor, y las 60 personas que habían eran amigos míos y amigos del dueño. Cómo me iba a imaginar que aquella tontería que en su momento duraba 45 minutos se iba a convertir en una de las comedias más vistas y aplaudidas de nuestro país, e incluso de México, porque está de gira en México con actores mexicanos, habiendo superado ya el millón de espectadores. Hemos recibido el reconocimiento y el premio Sancho Panza que otorga la asociación de humorismo de España, ASHUMES; la butaca número uno del que fue el emblemático teatro Alameda de Málaga está bautizada con mi nombre por haber realizado más de 500 actuaciones en ese escenario. Con esta obra, fuimos recibidos por S.S.M.M. la reina doña Sofía y la reina doña Letizia en nuestro 15 aniversario.
Cuando uno hace algo, lo hace para un momento, y lo que menos puedes imaginar es que se convierta en largo y fructífero.
RLE: La obra tiene personajes muy carismáticos inspirados en tu madre y tu vecino. ¿Cómo fue crear esos personajes y qué elementos de ellos crees que conectan tanto con el público?
M.M.: Fue muy fácil porque yo ya tenía la idea en la cabeza. Mi madre era una jerezana de patio, con un sentido de humor, tan tremendamente singular y tan disparatado que, por ponerte un ejemplo, fue capaz estando un día en el mercado, comprando, volverse hacia una mujer que tenía a su izquierda, y al reconocerla, le preguntó: ¡Uy! Mari Carmen al final, ¿te moriste tú o tu hermana?
«Mi madre era una jerezana de patio, con un sentido de humor, tremendamente singular y disparatado»
Imagínate lo que era esa señora que un día al entrar en mi casa me dijo que estaba muy contenta porque la peluquería que se estaba montando abajo de casa iba a destinar parte de sus ingresos a los niños del África y al preguntarle por qué me decía eso me contestó: Manolin coño, anda que no es grande el cartel de la peluquería…
¿Qué cartel mamá?, le pregunté… El de UNICEF, me contestó ella. UNISEX MAMÁ, AHÍ PONE UNISEX le contesté mientras que me partía de risa.
Y a Gonzalo lo tenía viviendo en la puerta de enfrente de mi casa. Ocho hijos en el mundo, pero tú entrabas en su casa y te lo encontrabas con una bata roja con un dragón detrás comiéndose las uñas y gritando a su mujer mientras movía sus manos como una señorita: es hartura de niños Pilar, coño!!!!
Me hacía tanta gracia el pronunciado comportamiento femenino que tenía Gonzalo que lo mezclé con la gracia y la forma de ver la vida de mi madre y creé mi personaje sin saber que iba a llegar a donde ha llegado.
RLE: Has recorrido muchos teatros en estos años. ¿Cuál ha sido una de las anécdotas más memorables durante estas décadas de actuaciones?
M.M.: ¡Uf! Imagínate, en casi 26 años, todo lo que nos ha pasado. Aparte de la anécdota de nuestro encuentro con doña Letizia y doña Sofía, que algún día te contaré si quieres en otra entrevista aparte porque es larga pero muy muy divertida, pero de lo más divertido del mundo, como anécdota te puedo contar que un día en el teatro Alameda, aquella tarde se había ido al aire acondicionado y hacía un calor tremendo, al salir de camerino ya se había ido todo el mundo. Había una señora sentada y otra de pie y yo me acerqué porque pensé que a la mujer le había dado algo por el calor que hacía en la sala y al acercarme, le pregunté: señora, ¿le ha pasado usted algo? Ella me contestó: QUE ME HE MEAO MANUÉ.
No es algo agradable, pero es el mejor regalo que se le puede hacer un cómico, el que alguien se te mee de risa en el teatro gracias a tu trabajo… ¡no lo cambio por nada del mundo!”
RLE: Este 16 de noviembre actuaréis en el Teatro Antonio Gala de Alhaurín el Grande. ¿Qué puede esperar el público en esta función especial?
M.M.: La gente que venga predispuesta a pasar un rato tremendamente inolvidable con un bote de flogoprofen para aquellos que salgan con dolor de mandíbula y con doble compresas porque si ya se me meó una señora en el teatro Alameda, ¿por qué no se va a volver a repetir la historia? (dice entre carcajadas).
RLE: Después de tantos años y miles de espectadores, ¿cómo te mantienes motivado para seguir representando la obra? ¿Hay algo que haya cambiado en tu interpretación con el paso del tiempo?
El escenario es mi hábitat natural. Para mí subirme a las tablas de un teatro me da la energía que necesito para seguir viviendo porque en esas dos horas consigo, que mi persona no tenga ningún problema. Yo tengo un lema: lo que le pasa a la persona, no tiene porqué pasarle al personaje.
La gente paga por ver al personaje, por lo tanto, cuando me subo al escenario es cuando me olvido de todo y me centro en hacer reír a los demás.
Y claro que sí, por supuesto que la obra está renovada y sobre todo actualizada, porque en la cosa más seria que te puedas encontrar en tu vida, hay un toque de humor, por lo que dar aires nuevos a DOS HOMBRES SOLOS, SIN PUNTO COM…NI NÁ no es nada complicado.
RLE: La comedia ha evolucionado en estos 25 años, ¿cómo ves el humor actual en España en comparación con el de cuando empezaste?
M.M.: El humor es el mismo de siempre, es la gente la que ha cambiado. Hay una oleada de ofendiditos que lo tiene que estar pasando muy mal, porque una persona que no tenga sentido del humor, es un muerto con patas.
«Hay una oleada de ofendiditos que lo tiene que estar pasando muy mal, porque una persona que no tenga sentido del humor, es un muerto con patas»
Yo simplemente te digo que Manolo Medina y David Caballero hacemos el humor que hacemos y que si llevamos 26 años, es porque no debemos de estar muy equivocados,
¿no? Más de 1 millón de espectadores no pueden estar confundidos, así que si alguien viene a vernos y sale ofendido… que se lo mire.
RLE: En 2018, «Dos hombres solos…» llegó a México. ¿Cómo fue esa experiencia internacional y cómo recibió el público mexicano la obra?
M.M.: Mira, ese año fue un año de sorpresas porque nacieron dos cosas que yo nunca me podía imaginar que me iban a pasar en mi vida. Una fue la publicación de mi biografía titulada UN HOMBRE SOLO SIN PUNTO COM… NI NÁ, que aprovecho para decir que la pueden encontrar en las librerías, y si no la tiene físicamente, les pueden decir a los libreros que se la pidan o bien por Amazon, y otra fue el que se pusieran en contacto conmigo desde México para hacer la obra en ese maravilloso país.
Yo te puedo confesar que cuando me bajé del avión en México, aún no era consciente de que iba al estreno de mi obra, de mi creación parida en una ciudad tan andaluza, como Jerez de la Frontera, de donde soy, a un lugar tan diferente a nuestra Andalucía, por lo que la acogida y el reconocimiento que aún hoy en día está teniendo la obra allí me resulta cuanto menos poco digerible. Pero lo que sí está claro que es una realidad. Se ha adaptado a las formas, la cultura y expresiones mexicanas y están consiguiendo que poco a poco allí también se convierta en un éxito.
RLE: Recientemente, has incorporado a David Caballero como nuevo compañero en el escenario. ¿Cómo ha sido trabajar con él y qué aporta de nuevo a la obra?
M.M.: Yo siempre he tenido un sexto sentido para ver el talento en los demás. Descubrí a David Demaría en su momento y el caso de David ha sido un caso muy especial, porque él era fan de nuestra obra y ahora lo veo encima del escenario conmigo. Tiene talento, soltura, muy poca vergüenza y desparpajo, que es todo lo que necesita alguien para poder triunfar. Necesita tiempo y tablas y, como ya lleva un año, conmigo estoy viendo cómo crece como artista y eso es precioso.
RLE: Por último, ¿qué le dirías a aquellos que aún no han visto la obra después de 25 años de éxito? ¿Por qué deberían verla?
M.M.: A nosotros nos gusta que la gente se entere que vamos a los sitios y luego que elijan, pero si tuviera que decirles algo es que hoy por hoy, si algo hace falta, entre muchas cosas evidentemente, es reírse y con nosotros lo tienen totalmente asegurado hasta el punto de que si no se ríen… no le vamos a devolver el dinero, pero le haremos cosquillas.