Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 40 segundos
Desde Alhaurín el Grande, Málaga, un grupo de policías locales ha viajado voluntariamente para ayudar a las familias afectadas por la devastadora DANA en la Comunidad Valenciana. El canal Youtube de Revista Lugar de Encuentro ha hablado con uno de ellos, Víctor.
Las lluvias torrenciales que han azotado la Comunidad Valenciana en los últimos días han dejado un rastro de destrucción y desesperación en su camino. Pero también han sacado a relucir la solidaridad y el esfuerzo incansable de aquellos que han acudido a ayudar, sin pedir nada a cambio. Entre ellos se encuentra Víctor, un policía local de Alhaurín el Grande, Málaga, quien junto a tres compañeros, David, Israel y Joaquín, se han trasladado a Valencia para ofrecer su apoyo en esta emergencia.
Un viaje de solidaridad
Víctor no dudó ni un segundo cuando vio las noticias sobre la situación en Valencia. “Se me pusieron los pelos de punta, tenía la inquietud de ayudar”, ha contado con la voz entrecortada. Gracias al apoyo de su jefe, Pablo Rengel, Anthony Bermúdez, alcalde de Alhaurín el Grande y equipo de gobierno, pudieron coordinarse para viajar a la zona afectada. “Los compañeros en la plantilla se han volcado para cubrir nuestros turnos, doblando horarios y asegurando que pudiéramos estar aquí”, ha añadido con gratitud.
Desde su llegada a Valencia, la realidad les golpeó de lleno. “Hasta que no llegas aquí, no ves la magnitud del desastre. Cuando te encuentras con la primera familia llorando al preguntarles cómo están, es cuando ves verdadero impacto. La devastación no solo está en las calles anegadas y los coches sepultados en fango, sino también en los ojos de quienes lo han perdido todo» ha explicado.
Días de trabajo sin descanso
Las jornadas comienzan a las seis de la mañana y no paran hasta la noche. Desde los primeros rayos de sol, los policías locales de Alhaurín el Grande están en Albal y Catarroja regulando el tráfico, una tarea vital para permitir que la maquinaria pesada llegue a las áreas más afectadas y puedan continuar con la limpieza y rescate. “Nos hemos encontrado puentes caídos, carreteras intransitables, y nuestra prioridad ha sido desatascar esas vías para que los tractores y camiones puedan trabajar de forma eficaz”, ha comentado.
Pero la labor de estos policías va mucho más allá de la regulación del tráfico. En un esfuerzo conjunto con los vecinos, entran en casas llenas de lodo hasta metro y medio de altura, con el nauseabundo olor de las aguas fecales impregnando el ambiente. “Entramos en una casa y en una hora limpiamos todo lo que pudimos. Al hablar con el dueño, nos dijo que iba a enterrar a su padre, que había fallecido ahogado el día anterior. Esas historias te rompen el alma”, ha relatado Víctor con la voz cargada de emoción.
«El mejor curso de la vida»
Para Víctor, esta experiencia ha sido transformadora. “Este es el mejor libro que he leído, la mejor serie que he visto y el mejor curso que he hecho en mi vida”, ha afirmado. A pesar del agotamiento físico y emocional, resalta la satisfacción de ayudar a quienes más lo necesitan. “La gente aquí es increíblemente agradecida. Nos pitan, saludan, dan las gracias por estar. Te das cuenta de que, en medio de la tragedia, la solidaridad se multiplica”.
Con mascarillas para protegerse del olor y del riesgo de infecciones, los policías no han escatimado en esfuerzos para dar una mano amiga. Han visto cómo los vecinos, que lo han perdido todo, mantienen una actitud positiva y agradecida.
La importancia de no olvidar
Víctor insiste en la necesidad de mantener viva la solidaridad una vez que las cámaras de televisión se apaguen. “Hay muchas formas de ayudar sin necesidad de venir aquí ni gastar dinero. Lo más importante es que estas personas no se sientan abandonadas cuando pase el tiempo y se olvide la tragedia”, ha enfatizado. Además, agradece la colaboración de la UME (Unidad Militar de Emergencias) y los voluntarios, cuya presencia ha sido fundamental para acelerar la recuperación de las zonas afectadas.
“De lo peor, sacamos lo mejor”
A pesar de la dureza de los días vividos, Víctor se lleva consigo una enseñanza imborrable. “De estas tragedias sale la mejor versión de la gente. Tenemos un gran país, con gente solidaria que no duda en echar una mano cuando hace falta”, ha concluido.
La historia de Víctor y sus compañeros de la Policía Local de Alhaurín el Grande es un ejemplo de como en medio del caos y la adversidad, siempre hay quienes están dispuestos a remar juntos para ayudar a los demás. Gracias a ellos y a muchos otros, Valencia empieza a levantarse de nuevo.