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En este recorrido por el articulismo de opinión que voy haciendo, en forma de múltiples razones, pero una de ellas, es récordar, es homenajear, al columnismo de opinión de estos tres últimos tres siglos de nuestro terruño –porque creo que queda por descubrir un articulismo de opinión del siglo dieciocho, que creo, o esa es la sensación que tengo, está metido en los baúles de los archivos periodísticos de la prensa del siglo dieciocho, o dicho de otro modo, que antes de Larra, aunque sea el abuelo genial, debieron existir bisabuelos y bisabuelas en este género…-.
Pues en ese recorrido que estoy haciendo, quizás ya lleve mencionados más de cien, quizás, ya me acerque a los doscientos nombres, y, se pueden realizar este homenaje y recuerdo, de dos maneras, algunos todavía están vivos y vivientes, y, que duren muchos lustros. Pues se puede hacer, de tres maneras, una «comentando su figura total», o «un libro de artículos en concreto», o «récordando un artículo o columna particular…»
No sé la fecha del artículo siguiente, no sé el periódico donde se materializó este conjunto de palabras, sólo sé el título. Y, con el título, usted lo puede buscar… Bueno pues rectifico la frase anterior, pero no la erradico de la columna que estamos construyendo, Adiós mi España preciosa, lo publicó Elvira Lindo, en El País, el día 01 de octubre del 2006. Yo, como casi todos mis coetáneos hemos consumido y leído y pensado y meditado mucho columnismo de opinión, que trataba de todos los temas… Y, de alguna manera uno al mirar en el espejo de la prensa del pasado, recuerdo haber guardado, cientos de números de periódicos, que después, la vida y la realidad de la vida te lleva a tener que tirarlos y retirarlos del mundanal ruido –después de haber pasado otra ojeada por encima, diez o treinta años de publicados, lo que te lleva a entender el mundo de otra manera…-.
Mi sociedad, digo mi, porque es en la que he vivido y existido y respirado y saboreado los momentos buenos y menos buenos. Ahora que ya estoy en la tercera edad, uno es consciente, de algunas nostalgias del pasado, y, de algunos pasados nostálgicos. Todo ha ido cambiando, más o menos, no podemos evitar, no solo los cambios, en los que hemos sido también causantes y productores de cambios, aunque sean pequeños. Todo ha cambiado desde niño cuándo con pantalones cortos jugaba en un pueblo-ciudad de la Meseta Sur de esta Península…
He tenido toda la vida, bajo la cabeza la sombra de una pregunta, unos dicen, que nosotros los de la Piel de Toro, somos una realidad que no nos parecemos totalmente a ningún otro pueblo de Europa, otros dicen, que cualquier región-sociedad-nación-Estado de Europa o de Occidente, tiene muchos puntos en común y otros diversos. Otros, dicen que estamos entrando en un periodo, ya estamos en él… que se está fragmentando lo que es Europa. Lo que ha sido Europa durante siglos, se está abriendo a otras posibilidades…
Panta rhe de Heráclito, todo fluye, todo cambia, es el destino del ser humano. Porque a más seres humanos, cada uno puede producir nuevos cambios, aunque sean pequeños. Aceptamos/aceptemos los cambios o no. Igual que compramos yogures o pan, e, influimos en la economía con las compras que realizamos, también aceptamos cambios y recambios de ideas y de gustos y de modos de ser y de costumbres y todo va cambiando. No solo cambian los conceptos y las técnicas de las ciencias, sino cambia todo. Estamos en un mar de miles de cambios, cada generación se van en ella, produciendo nuevos cambios. Y, esos cambios los hacen todos los individuos. Todos cambiamos y todos producimos cambios… España ha cambiado una barbaridad. No todos los cambios son malos y negativos, no todos los cambios son buenos y positivos… Esta es la realidad.
¿Dirán, como analizamos, si un cambio es bueno y positivo, y, otro no es bueno, no es positivo…? ¡Yo, solo tengo un método, que el cambio sea acorde con el saber ortodoxo, segundo, que sea acorde con una moral y ética correcta…!
A veces, pienso que en España, se han producido en dos generaciones, se ha pasado de una sociedad agrícola a otra postindustrial. Y, en el resto de Europa, este cambio han tardado cuatro generaciones, al menos. Y, estos cambios tan rápidos y profundos que se han producido en España, nos han llevado, a que en ciertos temas hayamos perdido el norte. Mi padre nació en una sociedad agrícola, y, falleció en una sociedad postindustrial. Creo que es el símbolo y signo de lo que estamos hablando. Mi padre ha fallecido ya hace una década y algo. Mi homenaje a mi padre y madre… España ha cambiado una barbaridad.
Pero la cuestión es que tenemos que analizar, los cambios –y, los artículos de Elvira Lindo, que debe usted leer si desea, nos muestran muchos de esos cambios-, con el saber ortodoxo de la ciencia y con el saber ortodoxo de la moral, si no queremos perdernos en los cambios… Paz y bien…