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(Tomás Salas) Ha fallecido el 15 de noviembre de 2024 (el día del martirio de Juan Duarte Martín, al que le dedicó un bello poema), en la Álora que él tanto cantó, Antonio Vergara Borrego. Si hubiera que definir su larga vida en una frase, ésta sería: hizo muchas cosas y las hizo bien.
Fue un buen maestro. Maestro a la antigua: de libreta, cartilla y pizarra; de orden y disciplina, aunque mezclados con cariño y el buen hacer. En el buzón de correos de su antiguo piso, tenía una tarjeta a modo de cartel con su nombre y la expresión Maestro Nacional. Me hacía gracia este anacrónico título y le decía en broma que no lo quitase, que en “este país”, antes llamado España, sólo quedaban dos cosas nacionales: él y la selección de fútbol.
Fue un buen y fecundo escritor. Publicó 14 libros, más las colaboraciones en antologías y en periódicos. Tocó distintos géneros. Sin duda, el más propiamente suyo era la poesía. Poeta de raíz clásica, pero también popular. Dominador de todas las estrofas y del verso libre. Amplitud temática: la religión, la vida, la muerte, el amor, la familia y los amigos, el flamenco, pero sobre todo, las cosas y los personajes de su querida Álora. Además, tenemos su trabajo lexicográfico en su Vocabulario popular aloreño, libro que ha tenido dos ediciones y que quizá sea su obra más leída. Hay que añadir sus dos libros sobre la Peña Flamenca de Álora, entidad de la que fue secretario. El segundo, conmemorando su 50º aniversario, ha sido su última obra, publicada en 2022.
Un tercer aspecto, al que pongo el nombre de Actividades Culturales. En este marchamo genérico se incluyen conferencias, pregones, presentaciones de espectáculos, recitales, periodismo radiofónico, charlas a niños en colegios, miembro de jurado de certamen poético. Y un largo etcétera. Creo que su último acto público fue una charla a los alumnos del IES Las Flores de Álora sobre el habla popular (22-04-2024). Era reacio ya a estas actividades y lo convencí que para que fuese, pero me pidió que lo acompañara y diésemos la charla entre los dos. Los jóvenes disfrutaron con la cantidad de anécdotas y ocurrencias que Antonio les contó relacionadas con el lenguaje perote.
A estas facetas, se añade su incursión breve pero intensa en la política. Fue concejal con la candidatura de UCD en las primeras elecciones municipales de la democracia, en el periodo 1979-1983. Siempre dejó claro que iba como independiente y no admitía consignas de partido. Lo más curioso es que ostentó la concejalía de cultura con un gobierno del PSOE -algo impensable en la situación política actual-, siendo alcalde D. Pedro Aranda Cuenca. Realizó una labor fecunda como concejal; por ejemplo, publicó, presentó y prologó el III tomo del libro de D. Juan Calderón Rengel Álora, su gente y sus cosas.
Todas estas facetas las desarrolló con un sentido minucioso, detallista, ordenado, exigente. Antonio no dejaba margen a la improvisación. Preparaba sus actos como un buen opositor prepara sus exámenes, incluso cronometrándose.
Termino con una pequeña anécdota personal. Me regaló su último libro Cincuenta aniversario de la fundación de la Peña Flamenca de Álora (2022). Yo le pedí que me lo dedicase, como otros suyos. Llevado por su talante meticuloso decidió que yo le llevaría el libro y él, tranquilamente en su casa, redactaría la dedicatoria. Pero esto no se hizo. Quizá en la otra orilla, si allí hay cafeterías (¿quién sabe?) tomemos otro café (que pagará él, como siempre) y me escriba esta dedicatoria pendiente.