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Vivimos una situación económica compleja, en la cual la morosidad en el alquiler es un problema para los propietarios de inmuebles. Tanto es así, que en muchos casos prefieren dejarlos vacíos por el alto riesgo de impago. Por suerte, en el mercado están surgiendo soluciones del tipo de la Renta garantizada, empresas que aseguran el cobro de la renta mensual a cambio de un pequeño porcentaje de la misma.
Hay que seleccionar de manera muy rigurosa a los inquilinos
La elección correcta de los inquilinos puede prevenir problemas de morosidad. Así, es necesario solicitar documentación como los contratos laborales (siempre deben ser indefinidos), los comprobantes de ingresos e incluso el historial del alquiler si es posible.
Se trata de detectar riesgos desde el inicio, como personas con contratos precarios, ingresos bajos o que ya han tenido conflictos alquilando, para descartarlas y evitar problemas.
La importancia de los seguros de alquiler
Debido al auge de los impagos, en el mercado de los seguros han surgido las pólizas que buscan proteger a los propietarios. Existen seguros con diversas coberturas, comenzando con aquellas que garantizan que el arrendador va a cobrar la renta durante un periodo de tiempo determinado. Los más completos incluso cubren los gastos legales cuando hay un conflicto.
Contratos claros
El contrato de alquiler siempre debe ser claro y bien detallado. Tiene que especificar las fechas de pago, las penalizaciones si las hay e incluso cómo se va a proceder en caso de impago.
Esto actuará a modo disuasorio con el inquilino, que verá de forma clara cuáles serán las consecuencias en caso de que deje de pagar la renta mensual. Un abogado especializado tiene que revisar el contrato, pues solo serán válidas aquellas cláusulas que estén dentro de la ley.
Comunicación activa y flexibilidad ante las dificultades
Una buena comunicación del propietario con el inquilino llega a ser la diferencia entre un retraso temporal en el pago y uno que se alarga en el tiempo. Cuando el arrendatario deja de abonar las mensualidades, o comunica que va a tener dificultades, lo mejor es buscar soluciones conjuntas. Se pueden ofrecer pagos flexibles o prórrogas, de manera que el conflicto se resuelva.
Nunca interesa llegar a las instancias legales, puesto que los procesos son largos y costosos. Solo hay que recurrir a ellas cuando el propietario ve que no va a poder cobrar de ninguna manera.
Uso de plataformas digitales para facilitar la gestión del cobro
Existen multitud de plataformas digitales que simplifican la administración de los pagos del alquiler, reduciendo las posibilidades de que se produzca un impago.
A través de ellas se automatiza el cobro de las mensualidades, se envían recordatorios para el pago y se gestiona el seguimiento de los contratos. Puede ser una herramienta muy útil para las personas que tengan varios inmuebles o en el caso de los inversores.
Fomentar la cultura del pago puntual
Ya son muchos los propietarios que optan por estrategias que animan a sus inquilinos a pagar. Estas tienen que ver con algunos incentivos si el pago se hace en la fecha acordada. Aquí, se incluyen descuentos al finalizar el contrato y hasta pequeños descuentos en algunos meses del año.