Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 10 segundos
“Uno tiene que eliminar al geoestratega que lleva dentro”. (Somos quienes esquizofrénicamente nos pueblan. EMP)
Biden concedió -en el último minuto de su mandato- indultos preventivos a algunos individuos poderosos pero posibles objetivos de la persecución del inmediato Trump presidencial. Los pueblos del mundo también exigimos indultos preventivos a la superpotencia estadounidense.
En realidad, y en verdad, los únicos indultos preventivos que tenemos los pueblos del mundo son nuestras luchas en defensa de nuestra independencia política, de nuestra soberanía nacional, de nuestro desarrollo económico propio y de nuestra fuerza militar defensiva.
Los indultos preventivos para enfrentarse a sus planeados ataques políticos, invasiones territoriales, aranceles económicos y agresiones bélicas. Y -por una vez estamos de acuerdo con Biden- “la emisión de estos indultos no debe confundirse con un reconocimiento de que participaron en alguna irregularidad, ni la aceptación debe malinterpretarse como una admisión de culpabilidad por cualquier delito”.
De Bush a Trump
Estados Unidos ha estado en guerra siempre, bueno, parece que salvo en once años de su corta historia, tras el genocidio de la viviente población nativa. El poder ofensivo de las bases es el sostén de las diferentes declaraciones bélicas de los presidentes estadounidenses. Por ejemplo, sin ellas, George W. Bush no habría podido declarar “la guerra contra el terror” a raíz de los consentidos ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. En las dos décadas que han pasado desde entonces, su ejército ha movilizado a 2,7 millones de soldados y combatido en 22 países, causando más de cuatro millones de muertos, además de decenas de millones de heridos y desplazados. Estas guerras, desde Irak -fue ya la primera derrota de la superpotencia estadounidense- hasta Afganistán, provocaron que EEUU pasara del declive imperial a su ocaso actual. De Bush a Trump.
El poder militar con Trump
EEUU cuenta como principal herramienta para contener su ocaso con 800 bases militares reconocidas en por lo menos 80 países, sin contar las minúsculas instalaciones llamadas nenúfares. La presencia militar de Estados Unidos siguió aumentando en el planeta durante la administración Biden. También Trump y sus halcones apuestan a que la fuerza lo es todo y que EEUU puede actuar agresivamente para intimidar a sus rivales. Dinamarca y Groenlandia, Panamá y su canal son ejemplos de amenazas imperiales, sostenidas por el ejército más preponderante del mundo, con una red de centenares de bases que le permite entrar en combate cuando sea y donde sea. Trump tendrá a su disposición esas más de 800 bases y nenúfares militares por el mundo. Podrá ordenar bombardeos aéreos, invasiones terrestres, operaciones especiales y llevar a cabo las guerras de interposición que decida.
Instalaciones militares que son la fuerza principal de la política exterior norteamericana, mucho antes de la llegada de Trump, incluso a su primer mandato, y las utilizará en su segundo periodo. Porque, ya en el primer año de su primer mandato, aumentó el presupuesto de Defensa, es decir, mantuvo bien alimentado al oligárquico complejo militar industrial, al que el presidente Eisenhower denunció porque su poder hacía peligrar la democracia en EEUU.
El “nuevo” complejo militar tecnológico
Desde su fundación, la clase dominante de Estados Unidos ha tenido un proyecto imperialista. Sus dirigentes lo han impulsado y con su poder militar han invadido numerosos territorios y países del planeta. Llamar “nacionalismo” al hegemonismo estadounidense es confundirnos. Es mezclar las luchas por la plena soberanía e independencia con la dominación de la superpotencia. Habría que renombrar al “viejo” complejo industrial militar como el “nuevo” complejo financiero-industrial-militar-tecnológico con la inteligencia artificial incluida.
Europa, canija; sus pueblos, gigantes
Europa es enana, hablando militarmente. Alemania es el país europeo con más bases estadounidenses -segundo en el mundo tras Japón- 60 compartidas con el “aliado fiel” y muchas sólo yanquis. Europa no tiene una fuerza de defensa europea. Y EEUU no la defenderá de EEUU. Pero los pueblos europeos crecen en sus variadas luchas por la plena soberanía e independencia.